La escasa influencia del resultado de las elecciones al Parlamento Vasco sobre la gobernabilidad del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha desviado el foco mediático a otras citas electorales como las catalanas y las europeas. Esto está permitiendo que la agenda vasca sea la protagonista para los y las candidatas, que se hablen del programa electoral y de las medidas que prometen llevar a cabo. Hay cuatro temas que han cristalizado de manera reiterada entre las preocupaciones de la ciudadanía vasca como son la sanidad, situación y futuro de Osakidetza, lo relacionado con tema laboral, la vivienda y la seguridad.
Si bien es cierto que la igualdad entre hombres y mujer no está entre los primeros puestos del ranking, no es menos cierto que el impulso feminista ha impregnado de manera transversal las políticas en sus diferentes áreas.
Los programas de casi la totalidad de los partidos que concurren a las elecciones del 21 de abril están atravesados por la perspectiva de género, también si hablamos del ámbito de la salud, sector mayoritariamente feminizado, mercado laboral, parcialidad y temporalidad mayor entre las mujeres, o qué decir de la seguridad, donde las violencias machistas siguen siendo una lacra que seguir combatiendo.
El principal partido del Gobierno en Euskadi, EAJ/PNV, considera que la igualdad debe contar con un papel destacado en la agenda del partido de cara a la nueva legislatura. Lo definen como imprescindible en cualquier política pública por su altísimo valor añadido, otorgando un peso considerable al apartado de igualdad. Introduce el término mainstreaming de género para apuntar a la transversalidad en los diferentes ámbitos de intervención política para romper las dinámicas estructurales que desfavorecen a la mujer.
Empoderamiento personal, mercado laboral inclusivo, mejor coordinación entre instituciones, junto a la apertura inminente de los centros 24 horas de atención a las mujeres víctimas de violencias machistas. El programa dedica un apartado a los hombres y les apela a la construcción de una sociedad más igualitaria. La educación en la infancia y la juventud como pilar a apuntalar denota la necesidad de empezar desde la base.
En su epígrafe sobre cuidados, resaltan específicamente la necesidad de mejor la calidad del empleo en el sector, mayoritariamente femenino, a través de la perspectiva de género. La igualdad efectiva entre hombre y mujeres es un punto de no retorno para los jeltzales.
El programa electoral del socio de Gobierno, PSE/EE, está en línea con los nacionalistas al señalar la importancia de las políticas de igualdad como palanca de cambio social. Cuentan con un extenso capítulo dedicado a esta preocupación que también definen como transversal, aunque introducen algunas propuestas muy concretas en concordancia, señalan, con el Gobierno de España donde resaltan que se define como un Ejecutivo feminista, impulsores de la Ley de Igualdad en materia laboral y de haber dotado de recursos económicos al Pacto de Estado contra la violencia machista.
Recogiendo este guante, despliegan medidas como la incorporación en el currículum escolar la formación específica en igualdad, educación afectivo sexual y prevención de la violencia de género o el rechazo a la custodia compartida impuesta en supuesto de violencia machista. Erradicación de esta violencia preparando y mejorando la atención y formación de la Ertzaintza y ventanilla única para que los expedientes no se pierdan en la burocracia. Podría decirse que el abanico sobre igualdad se agita potente en el centenar de hojas del programa.
El duelo por la hegemonía lo van a disputar PNV y EH Bildu en un escenario más igualado que nunca según todas las encuestas. Bildu presume de haber incluido la agenda feminista en sus programas tradicionalmente, de hecho, dejaron caer que tendrían candidata en sustitución de la saliente Maddalen Iriarte. Sin embargo, el elegido fue Pello Otxandiano lo que no les libro de ciertas críticas y decepción entre sus simpatizantes femeninas.
Defienden un programa atravesado por una mirada en pie de igualdad a lo largo de sus 150 páginas. Toman como ejemplo los espacios de gobernabilidad de Cataluña proponiendo un nuevo Departamento de Políticas Feministas para cambiar la forma de relacionarse entre consejerías. Engrasar internamente todos los recursos bajo este eje con dotación suficiente.
Como puntos claves subrayan la necesaria prevención y respuestas a las violencias machistas a través de la reconstrucción de protocolos. Los cuidados son el otro asunto estratégico para los abertzales. Aspiran a la creación de una mesa intersectorial que responda, desde lo público, de igual manera en los tres territorios para empleadas del sector, atención en el hogar etc… Confían en el desarrollo de la Ley de Igualdad aprobada por el Gobierno Vasco.
La fractura entre Podemos y Sumar también se ha trasladado al escenario vasco y concurrirán por separado. Ambas formaciones son contundentes en su programa en lo relativo al feminismo y ambas han optado por dos mujeres Miren Gorrotxategi y Alba García respectivamente.
Los de Gorrotxategi ponen el foco en lo público, lo verde y los cuidados. Proponen un gran Pacto vasco de Cuidados 2030 a desarrollar junto al movimiento feminista y la sociedad civil organizada. Además de un plan de choque contra la precariedad laboral del sector, uno de los más feminizados. Transversalidad de las políticas de igualdad mediante Emakunde (Instituto Vasco de la Mujer) y sin mucho detalle, otro Pacto vasco por una Euskadi libre de violencias machistas. Apuntan a coordinación, recursos y evaluación de las políticas para erradicar la violencia machista. Son algo más específicos al se referirse a la necesidad de una salud feminista que garantice los derechos sexuales y reproductivos. Por último, dos miradas con gafas feministas al deporte y al mundo rural más allá de la agenda urbanita.