Aunque nombres como Sócrates, Platón o Aristóteles dominan el imaginario colectivo cuando se habla de pensamiento griego, el verdadero pionero de la filosofía occidental fue otro. Se trata de Tales de Mileto, un sabio que vivió en el siglo VI a. C. y cuya figura ha quedado injustamente relegada a un segundo plano en la historia.
Sin embargo, su legado es crucial. Fue el primero en apartarse de las explicaciones mitológicas y en buscar respuestas racionales a los fenómenos naturales. Por eso, muchos lo consideran el auténtico inventor de la filosofía.
Tales de Mileto no solo planteó preguntas fundamentales sobre el origen del universo, sino que también introdujo un método de observación y razonamiento que transformaría para siempre la forma en que los seres humanos entienden el mundo. Su pensamiento marcó el nacimiento de la filosofía como disciplina autónoma. Una disciplina capaz de explicar la realidad sin recurrir a los dioses.
El agua como origen de todo: la teoría de Tales de Mileto
Uno de los elementos centrales en el pensamiento de Tales de Mileto es su propuesta sobre el arjé, es decir, el principio fundamental del que se origina todo lo que existe. Para Tales, ese principio era el agua. Su razonamiento partía de la observación. El agua está presente en todas partes, es esencial para la vida y puede adoptar diferentes estados. Esta conclusión, aunque hoy pueda parecer ingenua, representó un salto radical respecto al pensamiento religioso de la época.
Aristóteles lo menciona como el primer filósofo precisamente por este motivo. En vez de apelar a narrativas míticas, Tales de Mileto se basó en la experiencia, la observación y el análisis. Fue el primero en decir que el universo tenía un orden lógico que podía conocerse sin necesidad de invocar a divinidades. Esta idea —la de un cosmos regido por leyes naturales— es el corazón mismo de la filosofía.
Un adelantado a su tiempo en astronomía y geometría
Pero Tales de Mileto no solo se destacó por sus ideas metafísicas. También fue un sabio práctico. Se le atribuyen aportaciones relevantes en astronomía, como la predicción de un eclipse solar, y en geometría, como la medición de la altura de las pirámides de Egipto mediante el cálculo de sus sombras. Estas habilidades demuestran que su curiosidad iba más allá de lo filosófico: buscaba comprender el mundo en todos sus aspectos.

Según la plataforma World History, sus investigaciones suponían un desafío al pensamiento religioso dominante. A fin de cuentas, en lugar de ver el mundo como una creación de los dioses, lo analizaba como un fenómeno natural. Sin embargo, no existen pruebas de que fuera perseguido por sus ideas. Eso sugiere que su figura fue respetada incluso en un contexto donde la religión era hegemónica.
Este espíritu científico y humanista es lo que hace de Tales de Mileto un personaje tan fundamental en la historia del pensamiento. Su manera de abordar los enigmas del universo sentó las bases para todos los filósofos posteriores, desde los presocráticos hasta los contemporáneos.