Suzanne Lenglen, la niña prodigio que da nombre a Roland Garros

La legendaria tenista francesa, ganadora de 31 Grand Slams da nombre a la segunda pista principal del mítico torneo parisino

Arranca una nueva edición del segundo major de año. Roland Garros reúne a las mejores raquetas del mundo en su arcilla parisina. Esta edición estará para siempre marcada por la gran despedida de uno de sus iconos Rafa Nadal. El tenista balear es para el Grand Slam francés icono y emblema, casi nacional, podríamos decir en un torneo cuya mítica central lleva el nombre de Phillip Chatrier. La elegida para la segunda pista más importante es Suzanne Lenglen (1899-1938).

Icono y leyenda francesa Lenglen es la mujer que da nombre al Abierto francés.

Con capacidad para 10.000 personas, la segunda pista de Roland Garros fue además modificada con motivo de los JJOO, para el verano de 2024 con techo retráctil, para que pudiera cubrirse, y de esa manera las dos pistas principales pueden celebrar tenis a pesar de la lluvia.

La leyenda Lenglen

Suzanne Rachel Flora Lengen fue una niña prodigio. Hija de Charles y Anäis Lenglen, nació en París en 1899. Lejos de lo que se pueda imaginar, Suzanne no tuvo una vida plácida o cómoda. Cogió una raqueta con 11 años de edad y a los pocos meses ya estaba celebrando una final de un torneo infantil en Chantilly. Sus padres comenzaron a vislumbrar su gran capacidad y fue su primogénito, como en el caso de otras tenistas como las Williams, quien hizo las veces de entrenador.

Su precocidad fulminó récords que, a día de hoy, siguen vigentes. Con tan sólo 15 años se convirtió en la tenista más joven de la historia en ganar en pista dura. Entre 1919 y 1926 perdió tan solo un partido, unas cifras que en la actualidad la auparían a la primera posición del ranking. Tanto en Wimbledon como en Roland Garros escribió su nombre, llevándose hasta once entorchados entre los dos campeonatos. El primero que alzó en el campeonato londinense no fue emulado por otra francesa hasta que, 81 años después, Amélie Mauresmo, actual directora de Roland Garros lo consiguió.

Deslumbró su tenis de tal forma que llegó a jugar con el rey de Dinamarca o con el de Suecia.

En 1920 se convirtió en campeona olímpica tanto en individuales como en dobles, en los Juegos de Amberes. La representación femenina era de tan sólo 65 mujeres respecto a 2561 hombres, lo que suponía un pobre 2,7 por ciento, del que ella no sólo fue parte sino que subió dos veces a lo más alto del podio. Lenglen siempre fue una pionera en cuanto a la participación de la mujer en el tenis, y de la misma forma que Billie Jean King luchó por la creación de la WTA, Lenglen hizo lo propio también para que las tenistas pudieran llevar la indumentaria que les hiciese sentir mejor.

Esa lucha le llevó a erigirse también como icono de moda, de la mano de su amigo y aliado el modisto Jean Patou.

Aquejada desde niña de un asma crónica, Lenglen murió prematuramente a los 39 años a causa de una leucemia.

Hoy Suzanne Lenglen ha sido homenajeada de muchas formas, el diseñador e ilustrador francés Tom Humberstone le dedicó un libro en el que se recrean sus logros dentro y fuera de la pista. En cada edición de Roland Garros, Suzzane Lenglen es nombrada multitud de veces al día. No hay mejor forma de mantenerla viva.

 

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