Una vez finalizados los torneos más importantes de tierra batida que preceden al segundo Grand Slam del año, Roland Garros, las especulaciones sobre quienes llegan en mejor estado de forma al torneo parisino ya están en boca de todos.
Con Jasmine Paolini y Aryna Sabalenka como vencedoras de los dos WTA 1000 que se juegan sobre esta superficie, todos los focos recaen sobre la que, hasta la fecha, siempre se ha mostrado intratable sobre el polvo de ladrillo, Iga Swiatek.
La peor temporada de Iga sobre ‘su’ superficie
La exnúmero uno del mundo y vigente campeona de Roland Garros, Iga Swiatek, está pasando por un momento complicado. Tras un año irregular, donde no ha conseguido levantar ningún título, sus esperanzas recaían sobre su superficie favorita, pero ni aun así ha recuperado las sensaciones de antaño.
En el Mutua Madrid Open, cayó por un más que contundente 6/1 6/1, en semifinales ante Coco Gauff y en Roma, Danielle Collins se deshizo de ella deciseisavos de final. Los resultados hasta la fecha han sido algo pobres para la ganadora de cuatro Roland Garros. Su última esperanza recae en su torneo favorito, donde ya se entrena. Vistas sus últimas actuaciones sobre la Philippe Chatrier es imposible descartar a Iga, pero lo que es cierto es que no sería sorprendente que este año la balanza no cayera de su lado.
La número uno del mundo, ante una nueva oportunidad
Es conocido por todos que la tierra batida no es la superficie en la que mejor se desempeña Aryna Sabalenka. La bielorrusa ha admitido que quiere coleccionar los 4 ‘grandes’ y esta es una nueva oportunidad para estar un paso más cerquita de ello.
Su temporada hasta la fecha está siendo muy buena. Con el título en Madrid volvió a reinar sobre su ‘peor’ superficie, pero hay que recordar que la altitud de la capital española le va como anillo al dedo para su potente juego. Por desgracia para ella, París se encuentra al nivel del mar y en estas condiciones es donde su juego se ve más neutralizado. Esto lo sufrió en Roma, donde se despidió en cuartos de final ante la campeona olímpica Qinwen Zheng.
La número uno del mundo no es la principal favorita en Roland Garros, pero sí que es una de las candidatas. Además, tiene en Serena Williams un espejo donde mirarse. A la americana tampoco le favorecían las condiciones lentas de la tierra batida, pero esto no impidió que se coronara reina en París hasta en tres ocasiones.
Jasmine Paolini, con la moral por las nubes
Ganar en casa debe ser algo parecido a tocar el cielo y es justo lo que Jasmine Paolini acaba de conseguir. La italiana se deshizo de la siempre combativa Coco Gauff en la final de Roma, postulándose así como una de las favoritas de cara a Roland Garros.
Paolini ya sabe lo que es llegar a la última ronda del Grand Slam parisino y de volverlo a hacer ya tendría la experiencia que se requiere en estas circunstancias. La tierra batida es donde mejor se desenvuelve, el año pasado lo demostró tanto en Roland Garros como en los Juegos Olímpicos y este año parece que va por el mismo camino. La victoria en el WTA 1000 de Roma le ha llenado de confianza y vuela a París como una de las más temidas del cuadro.
Coco Gauff, gran gira de tierra, pero sin recompensa
La más regular hasta la fecha sobre polvo de ladrillo ha sido la americana Coco Gauff. Sus finales tanto en Madrid como en Roma son la prueba de ello. Si bien es cierto que no ha podido levantar ningún trofeo, ha dejado grandes actuaciones.
La versatilidad y velocidad de Coco son dos de las grandes armas con las que cuenta la tenista y, por ello, se desenvuelve a las mil maravillas sobre tierra. Su mejor actuación en París fue en 2022, donde llegó a la final.
La americana es capaz de todo, en un mismo partido puede pasar del todo a nada y viceversa, pero parece que este año ha encontrado una mayor regularidad. Por todo esto no sería descabellado pensar que Coco pudiera lograr su segundo Grand Slam, el primero en tierras galas.
El torneo está más que abierto
Si algo es evidente es que no hay una clara favorita como había los años anteriores. A las ya mencionadas previamente, se le unen una lista de jugadoras que podrían luchar por el torneo.
Mirra Andreeva viene cuajando su mejor temporada. La joven crece torneo a torneo y ha demostrado ser un hueso duro de roer en todas las superficies. Por su parte, Qinwen Zheng ganó el año pasado el oro olímpico en la Philippe Chatrier y, aunque está siendo algo irregular, es imposible descartarla.
Nuestra mejor baza, si nos fijamos en el ranking, sería Paula Badosa, pero es imposible saber en qué condiciones físicas se encuentra la española. No ha disputado ningún torneo desde Miami y en el aire está saber si participará en París.
En un Grand Slam, donde la tensión es máxima, todo es posible y a nosotros sólo nos queda disfrutar de ello.