Cerco policial al asesino que apuñaló 89 veces a Mimi

Es el mensaje que subyace tras los últimos pasos de la Guardia Civil. Hay nuevas pruebas y avances en la investigación, a los que ahora se aferra la familia de Miriam Vallejo. Asesinada en 2019, este verano Mimi habría cumplido 31 años

La Guardia Civil durante la reconstrucción este jueves del crimen de Miriam Vallejo.
EFE/ Fernando Villar

De noche, paseando a los perros en un descampado de Meco, en Madrid. A Miriam Vallejo ‘Mimi’ la atacaron por la espalda. Con 89 puñaladas que apenas le dejaron un hálito de vida. Una descarga inhumana y descontrolada que recibió en cuestión de diez minutos, en los que sólo acertó a gritar “dejadme, soltadme, soltadme”. Un plural que, sin embargo, no marcó la línea de investigación durante los primeros meses en los que el único detenido fue Sergio Saéz, el novio de su mejor amiga Celia. Con los dos compartía casa Mimi antes de ser asesinada. “Yo le puse cara cuando mi sobrina ya estaba muerta. Pero mi hermano lo conoció cuando llevaban conviviendo tres meses y diez días antes de su muerte”.

María, tía y madrina de Mimi, es la portavoz de una familia rota. Desde el minuto uno ha sido bastón de los padres de la joven, a los que atendió la anterior jueza de una instrucción que cursa el juzgado número 5 de Alcalá de Henares. Con el actual magistrado aún no se han visto, aunque no tienen queja. Su entrada ha supuesto la reapertura del caso, archivado en 2023 ante la falta de avances, desde que a finales de 2019 Sergio quedase en libertad con medidas cautelares. Hasta ahora, los años se han sucedido sin pruebas determinantes. Pese al trabajo de Científica y a que se tomó declaración a todo el entorno de Miriam, desde amigas a exparejas como a otros hombres que habían contactado con ella a través de redes sociales. Pasos dados que ahora revisa la Guardia Civil con otros ojos. Según lo definió la portavoz del Instituto Armado Mercedes Martín, se trata de “un agente que no participó en la investigación inicial, una valoración neutral”. Un giro crucial, seis años y medio después del crimen.

La Guardia Civil durante la reconstrucción este jueves del crimen de Miriam Vallejo.
EFE/ Fernando Villar

Lo que ocurrió el 16 de enero de 2019 lo tienen detallado al minuto y al milímetro. Desde la distancia a la que quedaban las casas más cercanas al lugar donde fue atacada -519 metros-, como el tiempo que habló por teléfono con una relación incipiente -21 minutos- o el momento exacto en el que recibió la sucesión de puñaladas -entre las 20:40 y las 20:50-. Casi nueve puñaladas por minuto. Cuando la encontró una pareja, estaba agonizando y rodeada por los cuatro perros a los que no oyeron ladrar. Dos eran suyos -Duna y Nilo- y dos de su amiga Celia. Sus collares brillaban en ese tramo oscuro del paraje.

Que no ladrasen, la brutalidad del ataque y la constancia de una relación enrarecida en el chalet compartido situó a Sergio Saéz en el foco de los investigadores. Trascendió incluso el posible motivo: Miriam habría descubierto que estaba siendo infiel a su amiga. También se halló ADN de la joven en la ropa de este, pero la jueza aceptó la posibilidad de que se tratara de un positivo por transferencia al vivir juntos. La coartada que presentó el investigado de que a esa hora estaba jugando en casa a la Play también resultó suficiente como para quedar libre a los cuatro meses. “No te voy a negar que no fuera un varapalo”, reconoce María. “Pero no porque tengamos nada contra él, sino porque entonces teníamos un posible culpable del asesinato de Mimi y ahora no”.

La Guardia Civil continúa investigando sobre el terreno la muerta de una mujer de 25 años que fue encontrada muerta en un camino entre Meco (Madrid) y Villanueva de la Torre (Guadalajara).
EFE/José Antonio Gallego

Los años suman dolor a la ausencia. Este 9 de agosto habría cumplido los 31. Por eso es casi un regalo la reapertura de la investigación. “Es crucial”, recalca María, que se aferra como su hermano y su cuñada a la existencia de un nuevo equipo policial y judicial que cuentan con nuevas pruebas sobre la mesa. De entrada, han revisado los pasos dados hasta ahora. Lo hicieron a plena luz del día, rodeados de periodistas. Y los que no estaban en Meco en ese momento se concentraban en casa de la tía de Mimi. “Aquí estaban toda las cadenas en directo”, detalla a Artículo14, “mientras yo seguía con el rabillo del ojo lo que transmitían del descampado”.

El mayor impacto fue la recreación de los gritos de su sobrina al ser atacada, proferidos en esta ocasión por una agente que hizo de figurante en la reconstrucción. Con un matiz importante: ya no había plural en su petición. “Suéltame, déjame”, gritó la guardia civil junto a la carpa que hace un mes marcaba el punto exacto en el que hallaron a la joven agonizando. En palabras de la portavoz cercana a la investigación, “partimos de cero”. O en camino inverso, según se quiera ver. Pues han revisado cada paso dado, con la certeza esta vez de que el asesino no seguirá disfrutando impunemente de su libertad por mucho más tiempo.

TAGS DE ESTA NOTICIA