Rosalía irrumpe en París con dos looks opuestos y llenos de simbología: de la pureza a la penitencia

Rosalía lanza en la Semana de la Moda de París mensajes en clave a través de su vestuario, construyendo un relato que mezcla religión, sensualidad y ruptura

Rosalía con uno de sus looks en la Semana de la Moda de París 2025.

Rosalía ha vuelto a colocarse en el centro de todas las miradas y, como acostumbra, lo ha hecho a través de la moda. La artista catalana, que se encuentra en París con motivo de la semana de la moda primavera/verano 2026, sorprendió a su llegada al Hôtel Ritz con dos estilismos completamente diferentes entre sí. Ambos parecen tener un hilo conductor: la simbología religiosa que, según apuntan numerosas teorías en redes sociales, podría ser la clave estética de su próxima etapa musical.

“Muy pronto, si Dios quiere”. Con estas palabras respondía la cantante a un seguidor que le preguntaba por su nuevo disco. Una frase breve, pero suficiente para avivar las especulaciones en torno a R4, nombre con el que los fans se refieren provisionalmente a su cuarto álbum de estudio. La referencia a lo divino no es nueva en la obra de Rosalía, que en canciones como Hentai o G3N15 ya ha dejado claro el peso que tiene la fe en su vida personal y artística.

 

El simbolismo detrás de los colores

No es extraño que los artistas utilicen la moda como un altavoz para anunciar el rumbo de sus proyectos, y Rosalía domina como pocos ese lenguaje visual. En esta ocasión, los dos looks escogidos en la capital francesa representan polos opuestos dentro de la tradición católica: de la pureza y la resurrección al pecado y la penitencia.

El blanco de la inocencia y la vida eterna

El primer atuendo con el que fue fotografiada al llegar a París se caracterizaba por la sobriedad y la luminosidad. La pieza principal era un vestido largo de algodón blanco, de líneas rectas y con cuello redondo, muy similar a una camiseta básica pero en versión XL. La prenda evocaba las túnicas y hábitos que usan determinadas órdenes religiosas, reforzando así la conexión con el imaginario cristiano.

Completaba el look una chaqueta de piel con estampado cercano al camuflaje y detalles de pelo en cuello, puños y cierre. Un toque más terrenal que contrastaba con la pureza del vestido. El blanco, en la liturgia católica, es el color que simboliza la inocencia, la gloria y la resurrección; de ahí que Cristo, la Virgen y muchos santos sean representados con vestiduras de ese tono.

El look de Rosalía a su llegada a París. (Gtres)

La elección no parece casual: con este estilismo, Rosalía podría estar anticipando un nuevo comienzo, una especie de renacer artístico tras el cierre de la etapa Motomami.

El negro del duelo y la tentación

Horas más tarde, la cantante asistió al desfile de Julie Kegels, joven diseñadora belga que antes de lanzar su firma trabajó para Alaïa. Para la ocasión eligió un conjunto mucho más arriesgado, donde los tonos negros y beiges se combinaban en un juego de contrastes que reforzaba la narrativa planteada con su primera aparición.

El outfit estaba formado por un top de cuello halter que dejaba los hombros al descubierto y un detalle central a modo de cinta que caía como una falsa corbata. La parte inferior consistía en una doble falda: una capa beige ajustada y otra negra de tablas, más corta, anudada con una lazada que abría la silueta y dejaba entrever la piel.

El segundo look de Rosalía en París. (Gtres)

El resultado era un estilismo de líneas irregulares y cierta apariencia desgarrada, en el que la sensualidad tenía un papel protagonista. En la iconografía católica, el negro se asocia al luto, la muerte, la penitencia y el pecado. Un mensaje que no pasa desapercibido si se interpreta como contraposición al atuendo angelical del inicio de la jornada.

Una narrativa visual en construcción

Rosalía parece haber convertido su estancia en París en un escaparate de símbolos. Mientras los rumores sobre R4 se multiplican, la cantante lanza mensajes en clave a través de su vestuario, construyendo un relato que mezcla religión, sensualidad y ruptura. La dualidad entre luz y oscuridad, pureza y pecado, inocencia y lujuria, marca sus primeras apariciones públicas tras meses de relativo silencio mediático.

Lo cierto es que nada en Rosalía está dejado al azar. Desde sus letras hasta sus puestas en escena, la catalana siempre ha sabido entrelazar tradición y modernidad, raíces y vanguardia. Ahora, con estos dos looks contrapuestos, parece reafirmar que su nueva era musical no solo se escuchará, sino que también se verá y se sentirá en cada detalle.

La artista no ha dado pistas concretas sobre la fecha de lanzamiento de su nuevo trabajo, pero sí ha dejado claro que el regreso está cerca. Mientras tanto, sus apariciones en París se convierten en un juego de adivinanzas en el que moda y música se entrelazan para anticipar lo que podría ser uno de los lanzamientos más esperados de la industria.

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