El senador por California Alex Padilla cuestionó este jueves el uso de la fuerza de las autoridades federales bajo el Gobierno del presidente Donald Trump, tras ser empujado y esposado en Los Ángeles cuando trató de preguntar a la secretaría de Seguridad Interna, Kristi Noem, sobre las redadas migratorias.
“Si así responde esta Administración a un senador que hace una pregunta… imagínense cómo están tratando a los trabajadores del campo, a los cocineros, a los jornaleros de la comunidad de Los Ángeles, de toda California y de todo el país”, dijo Padilla en una conferencia de prensa improvisada tras el incidente.

El senador demócrata explicó que él y varios legisladores federales han estado solicitando más información y respuestas al Departamento de Seguridad Interna (DHS), dirigido por Noem, sobre las medidas cada vez más extremas de control migratorio, pero las respuestas que han recibido han sido “mínimas” o en algunos casos no se han obtenido.
Trump admite el efecto negativo
El presidente Donald Trump sorprendió este jueves al reconocer en una entrevista televisiva que sus políticas migratorias “muy agresivas” están afectando negativamente a sectores clave de la economía estadounidense, como la agricultura y la hostelería. Durante la entrevista, Trump admitió que las redadas están dejando a estos sectores sin trabajadores esenciales, justo en plena temporada de cosecha y actividad turística.
“Nuestros grandes agricultores y empresarios del sector hotelero me han dicho que estamos perdiendo a trabajadores muy buenos, personas que llevan años en sus puestos, y ahora es casi imposible reemplazarlos”, dijo el mandatario. A pesar de esta admisión, reafirmó su enfoque duro en materia migratoria: “Debemos proteger a nuestros agricultores, pero sacar a los criminales del país. Se vienen cambios”.
Máxima tensión en Estados Unidos
Estas declaraciones se producen en un momento de tensión creciente por la implementación de operativos de inmigración en varios estados, que han generado rechazo y movilizaciones. En Texas, el gobernador Greg Abbott (R) ordenó el jueves el despliegue de más de 5.000 efectivos de la Guardia Nacional para apoyar a las fuerzas del orden de cara a las protestas programadas para este fin de semana.
Abbott justificó esta acción mencionando los disturbios recientes en Los Ángeles, donde manifestantes fueron dispersados con granadas aturdidoras y balas de goma. “Las protestas pacíficas son parte del tejido de nuestra nación, pero Texas no tolerará el caos que hemos visto en Los Ángeles”, declaró. “Quien cometa actos de violencia o destruya propiedad será arrestado y enfrentará la ley”. Agregó además: “No se metan con Texas — y no se metan con nuestras fuerzas del orden”.

Además del despliegue militar, el gobernador anunció que más de 2.000 agentes adicionales del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS), incluidos Rangers y agentes especiales, estarán disponibles para reforzar a los miles de agentes ya distribuidos en el estado.
Las protestas convocadas por el grupo No Kings están previstas para el sábado. Se espera que tengan lugar en ciudades clave de Texas, así como en otros estados como Nueva York, Pensilvania, California o Florida. Las movilizaciones responden al aumento de redadas de ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y al creciente uso de fuerzas militares en tareas policiales.
Protestas multitudinarias en todo EE UU
Mientras tanto, varios estados también se están preparando ante posibles protestas masivas. En Georgia, la Guardia Nacional ha sido puesta en estado de alerta para apoyar a la Policía estatal en caso de disturbios en Atlanta. En Wisconsin, el gobernador autorizó el despliegue preventivo de tropas cerca del Capitolio estatal. En Tennessee, se ha reforzado la vigilancia en Memphis con unidades móviles y drones. En Nueva York, el Departamento de Policía está trabajando en coordinación con el FBI para monitorear cualquier acción violenta derivada de las protestas. En Florida, las autoridades de Miami han restringido algunas áreas del centro para facilitar una posible intervención rápida de la Guardia Nacional si fuera necesario.
Mientras tanto, en California, la confrontación entre el gobernador Gavin Newsom (D) y el presidente Trump se continúa intensificando. Newsom ha denunciado una “usurpación de poder” por parte del presidente y lo acusa de querer instaurar un modelo de gobierno “autoritario”. Trump, por su parte, insiste en que su actuación es necesaria para “salvar Los Ángeles” de la violencia de algunos manifestantes, y ha calificado a Newsom de “incompetente”.
Con el país dividido, protestas anunciadas y una economía en tensión, la inmigración vuelve a situarse en el centro del debate nacional.