Elecciones catalanas

Examen14: Lo que los catalanes han dicho en las urnas

Las dos primeras fuerzas parlamentarias de Cataluña juntas no superan el 50% de los votos. La fragmentación es profunda y será la protagonista durante la próxima legislatura

Así queda el Parlament de Cataluña con el 100% del voto escrutado
Así queda el Parlament de Cataluña con el 100% del voto escrutado

1. Tres mayorías posibles, pero ninguna favorable al Referéndum

El 8 de octubre de 2017 la denominada mayoría silenciosa catalana salió a la calle tras el referéndum ilegal del 1-O. Entonces, los partidos contrarios al referéndum (Ciudadanos, PSC y PP) sumaban 57 diputados, hoy la suma de PSC, PP y Vox alcanza los mayoritarios 68 escaños. Hay, por tanto, tres arquitecturas posibles: la sociovergente (74 escaños), el tripartito (68 diputados) y la del 8 de octubre (68 escaños). Quizá la última no sirva para construir, pero sí para bloquear.

2. Illa, ganador aritmético que tendrá que defender su merienda

Salvador Illa se mira al espejo de Maragall. Es comprensible la satisfacción, pero corre el riesgo de quedar embriagado por el resultado, pero, aunque todas las mayorías pasan por sus manos, ninguna de ellas parece estable.

3. Puigdemont, a la tercera derrota, ¿va la vencida?

El president Puigdemont pide paso. El candidato con el electorado más disciplinado (obtuvo 21,4% en 2017, 21,3% en 2021 y 21,6% ayer) anuncia su jugada: trasladar el centro de gravedad de la política catalana al Congreso de los Diputados. “Yo te doy España, pero tú me das Cataluña”. Por cierto, Junts se ha quedado a 761 votos de quitarle un escaño al PSC en Lleida. La venganza de Ponsatí: su lista ha obtenido 812 votos ilerdenses.

4. ERC baja de categoría, pero es decisiva

El suspenso de ERC como partido de Gobierno le deja en una situación imposible. Si acepta entrar en el tripartito, profundizará en su caída. Si opta por bancar una investidura fallida de Puigdemont habrá reservado plaza en el coche de Thelma & Louise.

5. El PP renace creciendo por su izquierda

En términos políticos puede estar más que satisfecho. Durante toda la campaña ha mirado demasiado por el retrovisor y resulta que se ha quedado más cerca de ERC que de VOX. Ha conseguido absorber el espacio político de Ciudadanos, penetra en terreno socialista y va resolviendo la relación de jerarquía con Vox en la plaza más difícil.

6. Muere el procés, pierde el soberanismo, pero el independentismo sobrevive

El independentismo ha perdido 7 puntos en estas elecciones: del 50,8% al 43,6%. Con estos resultados desaparece todo rastro de unilateralismo y el procés no tiene más recorrido. Sin embargo, las fuerzas independentistas aún mantienen un respaldo muy amplio, aunque en Barcelona ya no supera el 40%. Y mientras Puigdemont no renuncie a la política, esa llama no se apagará.

7. Fragmentación tribal

Las dos primeras fuerzas parlamentarias de Cataluña juntas no superan el 50% de los votos. La fragmentación es profunda y será la protagonista durante la próxima legislatura. El PSC y el PP son los que mejor ha resistido este fenómeno.

8. Giro a la derecha y la carta de Pedro Sánchez

La izquierda, a pesar de los cinco puntos de subida del PSC, ha perdido más de 6 puntos. ERC y CUP pierden entre las dos 10 puntos y 18 escaños. La derecha recupera posiciones y crece tanto la vertiente independentista (3 puntos: del 22,8% al 25,8%) y la de ámbito nacional (del 17,1% al 19,6%). Tras su carta a la ciudadanía, Pedro Sánchez buscará cargarse de razones recordando el avance de la ultraderecha: Vox y Alianza suman el 11,8% y 13 escaños.

9. Alianza a medias

Una de las protagonistas de la noche que se ha quedado a medias. Con solo 2.800 votos más en Barcelona la candidatura independentista, ‘islamófoba’ y ‘antiimperialista’ habría conseguido dos diputados más. Hubiera sido el último giro de tuerca del laberinto político catalán.

10. Ciudadanos, triste réquiem con un dulce epílogo

En 2021 quiso volver en sí y ya era cadáver. Entonces ya murió, hoy ha quedado enterrado. El partido que nació para combatir el independentismo en Cataluña se ha visto superado por el PACMA. Su triste y sacrificada desaparición va acompañada de un dulce epílogo: el soberanismo es hoy minoritario en Cataluña.

11. Tiempo de pragmatismo crítico

Los resultados también tienen una lectura sobre la fatiga del electorado. La participación ha quedado por debajo del 58%. Los catalanes vienen declarándose exhaustos de una política tóxica que solo se mira al ombligo y no se preocupa de los problemas reales: sequía, vivienda, transporte, educación… El próximo Gobierno debe alejarse de la búsqueda los días históricos y resolver problemas.

12. El próximo presidente del Parlament

La primera pista sobre la gobernabilidad catalana será la negociación de la mesa del Parlament. ERC tendrá la oportunidad de dejarse querer tanto por Junts como por el PSC y Comuns. No es un tema menor, ya que al pilotar el proceso de investidura será la persona con más relevancia política en las semanas posteriores.

13. El baile de la investidura y el orden de los factores

La repetición electoral está en el horizonte, pero antes debe haber una investidura. Y no es lo mismo qué candidato vaya primero. En cuanto exista una investidura fallida dará comienzo el juego de la culpa: ¿quién será el responsable de una repetición electoral? La experiencia en este tipo de escenarios dice que no se trata de cómo empieza: la patata caliente del juego de la culpa cambia de manos fácilmente. Por si acaso, no haré planes para los dos primeros domingos de octubre.

14. Próxima estación: el Estatut

Antes una última mirada hacia el pecado original de la actual situación: Barcelona, 13 de noviembre de 2003. José Luis Rodríguez Zapatero: “Pascual, apoyaré la reforma del Estatuto de Cataluña que apruebe el Parlamento de Cataluña”.

En ese momento las matemáticas parlamentarias eran las siguientes:

Independentismo: 69 escaños frente a los actuales 61.

Tripartito de izquierdas: 74 diputados en 2003 y 68 hoy.

Soberanismo: 78 diputados frente a los 67 ahora.

Es muy tentador pensar en cambiar a Zapatero por Sánchez, ver cómo se parecen los 42 escaños de Maragall a los actuales de Salvador Illa y mirar a Puigdemont y ver a Artur Mas. Habrá que ir a por los apuntes para refrescar un poco cómo fue todo aquello.

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