Tal y como avanzó Artículo14, Carlos Mazón no ha anunciado su dimisión. Ni en vivo ni en diferido: “No es el momento”. Y eso que, cuando el presidente de la Comunidad Valenciana ha llegado a las Cortes autonómicas, sobre las once de la mañana, un centenar de personas le ha brindado un recibimiento hostil: pancarta en mano y a voz en grito, los manifestantes le han exigido que dé un paso atrás. Durante las casi dos horas y media que ha durado su comparecencia, no han cesado las protestas a pie de calle.
Posteriormente, a media tarde, durante el turno de réplica a los grupos parlamentarios –PSPV y Compromís han sido particularmente vehementes, pues le han vapuleado con crudeza para que coja la puerta de salida-, Mazón ha lanzado su órgano: “Valencia necesita esa recuperación. Y si no soy capaz de liderar la recuperación asumiré la responsabilidad y no iré a la reelección. Eso es asumir la responsabilidad”.
En el discurso inicial, el presidente valenciano ha hecho la requerida autocrítica, “hubo cosas que no se hicieron bien”, ha trazado una cronología de los hechos previos y posteriores a la mayor gota fría de la historia reciente en España, a fin de equilibrar las responsabilidades políticas; ha desgranado un plan de acción con 136 medidas, para hacer frente a la reconstrucción de la región; y, finalmente, ha anunciado una remodelación de su Consell de Govern, como publicó este diario.
Dos nuevos departamentos
Se trata de “una nueva estructura gubernamental, un nuevo Consell para la recuperación”, que sumará dos áreas: una vicepresidencia para la recuperación económica y social. “Será el corazón de nuestra estrategia”. Y tendrá por objetivo “coordinar la reconstrucción económica y social” de la región, además de “integrar y fortalecer” desde “la gestión de los fondos europeos hasta el impulso del empleo”. Esta nueva unidad, ha detallado, “será la puerta de entrada de nuevos proyectos, inversiones que generen empleo”. Todo para que “cada persona encuentre su lugar en la recuperación” y sienta que forma parte de un “renacimiento”.
“No sólo reconstruiremos lo que se ha perdido sino que levantaremos todo lo que sea necesario para prevenir futuras adversidades con las herramientas, medios y servicios al servicio de nuestra gente”, ha recalcado Mazón. La vicepresidencia tendrá, a su vez, una comisión interdepartamental en la que participarán todos los consellers del Govern.
Por otro lado, creará una “consellería de Emergencias e Interior”, para “proteger y velar por la seguridad de todos los valencianos”. Este departamento, que nunca antes había tenido hueco en el organigrama del ejecutivo autonómico, “no sólo actuará en situaciones de crisis”, sino que se centrará en la “prevención”, con un diseño de nuevos protocolos. “Los tiempos demandan que las administraciones estén listas para actuar en cuestión de minutos, que los servicios de emergencias tengan un punto central”, ha subrayado.
“Los protocolos no fueron suficientes”
Carlos Mazón inició su discurso con un recuerdo, a las 216 víctimas mortales de la tragedia; con un agradecimiento, a todos los que, en estas semanas, han pisado el barro para echar una mano a los cientos de miles de damnificados; y con una labor de pedagogía sobre la magnitud de una catástrofe que “marca un antes y un después”, que no tiene precedentes. “Que nadie tenga la tentación de compararla con otra catástrofe natural”, ha reflexionado. “Ya nada volverá a ser igual”.
A modo de justificación, ha admitido que “los protocolos no fueron suficientes”. Que fallaron los “sistemas de prevención de alertas”, que se vieron “sobrepasados” por la magnitud de las riadas. “No voy a negar fallos”, ha insistido. Eso sí, posteriormente, cuando desgranaba la cronología de los hechos, ha señalado a terceras personas. A lo sumo, ha cargado las tintas contra “el sistema”. A su juicio, “no respondió” como debía. “No contamos con información suficiente. Fallaron demasiadas cosas”. Para dirimir todas estas cuestiones, ha comunicado que impulsará una Comisión de investigación en las Cortes valencianas. Y ha expresado sus deseos de que hagan lo propio en el Congreso de los Diputados.
“Hay quienes no hacen autocrítica sobre su gestión, no voy a ser yo. Hubo cosas que no se hicieron bien, no hacemos esto para poner excusas, sino para que esto jamás se vuelva a repetir”, ha afirmado el president valenciano. “Se hizo lo mejor que se pudo en la situación en la que se estaba, con la información de la que se disponía y con los recursos con los que se contaba, aunque es evidente que no fue suficiente”.
Sobre lo acontecido en el fatídico día 29 de octubre, cuando el agua anegó toda el área metropolitana de Valencia, Mazón ha asegurado que falló la información de la AEMET y que faltó más coordinación con la Confederación Hidrográfica del Júcar. También con el Gobierno central. Según su versión, a primera hora de la mañana se celebró una reunión en la delegación del Gobierno en la que “ningún representante de emergencias de la Generalitat” fue “convocado”.
La agenda de Mazón el día de la DANA
De su itinerario en aquella jornada, ha eludido entrar en detalles: “Mantuve mi agenda sabiendo cómo estaba la situación y sabiendo que la consellera de Interior se había desplazado al Cecopi. Los avisos se habían enviado. No obstante, cuando fui advertido de que la situación en la presa de Forata se agravaba, me trasladé al centro de coordinación de alertas. No fue fácil el viaje, el mal tiempo produjo gran densidad de tráfico”.
Una vez expuesta, minuto a minuto, la relación de los hechos, Mazón ha mencionado el punto más crítico de la catástrofe: la alerta tardía a todos los móviles. “Conviene recordar que la única normativa sectorial en pleno vigor que hoy contempla los avisos masivos es cuando hay fenómenos adversos en industrias químicas y roturas de presas. Ante la gravedad de la rotura de la presa de Forata, se envió la alerta. […] Es una decisión acertada de la dirección de la emergencia, ahí sí funcionó la coordinación”.
Más allá del relato de la catástrofe, Mazón se ha centrado en la reconstrucción de la región. Y, ahí, ha alzado la voz ante el Gobierno: “El peso de esta tarea monumental no debe recaer sobre los hombros de la Generalitat. Somos conscientes de nuestra capacidad para afrontar la adversidad, pero reconocemos que la unidad y la colaboración se vuelven más que deseables, indispensables. Que esta carga se comparta”.