A la segunda irá la vencida. El presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez, ha anunciado este viernes que su formación modificará su Código Ético para contemplar como falta muy grave que un militante reciba servicios sexuales a cambio de dinero. Esto es, que se pueda expulsar del partido a cualquier militante por “solicitar, aceptar u obtener un acto sexual de una persona a cambio de una remuneración”, como explican desde Ferraz.
El 41 Congreso Federal del PSOE (diciembre de 2024) ya sirvió para aprobar una resolución que abogaba por arrebatar el carnet socialista a quienes incurriesen en estas prácticas. El PSOE se declara abolicionista de la prostitución, y esta medida es un paso que exigían buena parte de las feministas clásicas del partido. Las mismas que amenazaban con forzar el debate en el Comité Federal de este sábado sobre la necesidad de actuar en esta dirección.
Sánchez se ha comprometido a este cambio en una reunión celebrada durante la tarde del viernes en la sede socialista en Madrid, ante las secretarias de Igualdad de los respectivos territorios y las portavoces de Igualdad en el Congreso y el Senado. Buscaba escenificar una cesión a sus exigencias, aplacar a una parte de su partido y rebajar la tensión de cara al Comité Federal.
Las presiones para que se moviera en esta dirección eran considerables. Los audios en los que el exnúmero tres del PSOE, José Luis Ábalos, y su exasesor en el Ministerio de Transportes, Koldo García, se repartían a mujeres en contextos de prostitución, supusieron a gota que desbordó el vaso de la paciencia de dirigentes, mujeres y hombres, que sienten repugnancia ante estos comportamientos.
Las conversaciones salieron a la luz con la publicación del informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil del 12 de junio. Es el documento que destruyó la carrera política del sucesor de Ábalos en la secretaría de Organización, Santos Cerdán.
La supuesta participación de Cerdán en la corrupción del caso Koldo ha monopolizado la vida interna del PSOE y del Gobierno en las últimas semanas. Más allá de la indignación con el exnúmero tres socialista, hoy en prisión provisional, los comportamientos machistas de algunos de los protagonistas de la trama han supuesto un incendio hacia adentro y hacia fuera de las fronteras del partido.
En 2023, el PSOE ya vivió un infierno con la publicación del caso de presunta corrupción del ‘tito Berni’, Juan Bernardo Fuentes Curbelo. Buena parte del malestar tenía que ver, precisamente, por las historias que trascendieron entonces sobre el diputado del PSOE, entre otras cosas sobre su recurso a mujeres en contexto de prostitución.
Para un partido que tiene una importante dependencia del voto femenino, que se reivindica feminista y que aspira volver a intentar aprobar una ley abolicionista en septiembre, era imprescindible mover ficha.
Durante toda la jornada, dirigentes de distintos territorios especulaban con este escenario, sin atreverse tampoco a garantizarlo. A primera hora de la tarde, sin embargo, Ferraz le daba carácter oficial.
No obstante, el elefante en la habitación tiene que ver con cómo considerar probado que alguien solicita, acepta u obtiene un acto sexual. Ferraz no ha informado de cómo lo determinará; es un asunto complejo al que ya se enfrentaron en diciembre, tras el 41 Congreso, y entonces no lograron articular una respuesta clara.
En concreto, el compromiso del secretario general socialista es introducir un nuevo párrafo al artículo 4.5 del Código Ético del PSOE: “Desde el PSOE consideramos que el sistema prostitucional es una expresión de violencia contra las mujeres e incompatible con los principios de los derechos humanos y la ética democrática, ya que implica tratar a las mujeres como objetos o mercancías y no como sujetos de derechos”.
“Nos declaramos abolicionistas de la prostitución porque defendemos un modelo social que luche por la desaparición de las causas que obligan a las mujeres a prostituirse, por ser incompatible con el modelo social que proponemos, de igualdad y de respeto a la dignidad de las personas, y de defensa de los derechos humanos de las mujeres. Por ello, solicitar, aceptar u obtener un acto sexual de una persona a cambio de una remuneración se considera absolutamente incompatible con la militancia en el PSOE y los órganos federales tramitarán estos casos como una falta muy grave de acuerdo a los Estatutos Federales imponiendo, además, la máxima sanción, que es la expulsión del partido”.