Adolescencia

El sexo en la generación Z: menos citas, más castidad y atracción irresistible por la IA

Criados entre algoritmos y cansancio emocional, los jóvenes están reescribiendo las reglas del deseo: un 16% de jóvenes admite haber mantenido una relación sentimental o sexual con un chatbot

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Cualquier encuesta que nos planten sobre la vida sexual de la generación Z nos deja atónitos. Estos jóvenes nacidos entre finales de los noventa y 2012, aproximadamente, han cambiado por completo el guion de las relaciones sexuales y amorosas. Y aún se necesitará cierta perspectiva para un análisis riguroso.

A bote pronto, se muestran más cohibidos con el cuerpo a cuerpo. Se puede interpretar como desinterés, rechazo, prudencia, cautela o pragmatismo. Algunos estudios concluyen que son más conservadores que sus predecesores. Es paradójico si tenemos en cuenta su escepticismo con la monogamia, el rechazo de etiquetas rígidas de género u orientación sexual y la confianza creciente en la IA incluso en términos románticos.

La generación Z huye de etiquetas rígidas en sus relaciones

Claramente, están redefiniendo la sexualidad. En una etapa en la que las aplicaciones se han convertido en confidentes, terapeutas improvisadas y compañía nocturna, no suena descabellado pensar que su pareja ideal fuese una inteligencia artificial. ¿Deberíamos alarmarnos? Más bien tendríamos que soltar algunos clichés para entender por qué que exploren afectiva y sexualmente estas opciones.

Ni sexo casual ni en la primera cita

Abrir el corazón a un chatbot les resulta menos agotador que una cita de verdad. La generación Z es la primera que cuenta con tecnología de IA generativa y avatares desde una etapa temprana, por lo que es frecuente que se cuelen en su vida amorosa como compañeros emocionales o consejeros. “El agotamiento, las brechas emocionales y las crecientes expectativas han llevado las citas a un punto crítico… y ahora es momento de reiniciar la relación. Los solteros de hoy están abandonando los viejos guiones, dando un paso atrás para renovarse, redoblando la apuesta por la inteligencia emocional y reescribiendo las reglas de las citas”, advierte una encuesta de la aplicación Match.

La plataforma revela que el 72 % de los solteros de la generación Z afirma que ha aumentado su pasividad a la hora de dar el primer paso. En cuanto al sexo casual, mejor ni hablarlo. Del 78% que lo practicaba hace 20 años, ha caído al 23%, según un sondeo realizado por el periódico The Times. Más de la mitad asegura que no tendría sexo en una primera cita.

Aunque rechazan etiquetas, el matrimonio aparece en sus expectativas vitales. Casi dos tercios creen que es una institución importante, de acuerdo con la encuesta de The Times. Solo una quinta parte respondió creía que el matrimonio era “irrelevante”. Hace 20 años, el 39% pensaba así. ¿Son más conservadores? Más bien prevalece la idea de que el divorcio no es definitivo.

Más progresistas con las personas transgénero

Aunque los jóvenes son socialmente más conservadores en materia de sexo y matrimonio que hace 20 años, son notablemente más liberales en materia de derechos de las personas transgénero y se definen más progresistas a la hora de aceptar el matrimonio igualitario o adoptar identidades menos tradicionales. Aun así, el 33% de los jóvenes LGTBQ afirma no sentirse cómodos mostrándose abiertos sobre su identidad al salir con alguien, según un informe del Instituto Kinsey y Lovehoney. En España, casi uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años se define bisexual, según el último CIS, cuatro veces más que las generaciones previas, pero son los que menos se visibilizan del colectivo LGTBIQ+.

Han crecido con más información y educación sobre sexualidad que ninguna otra, aunque a veces errónea. De hecho, el 53,8% de los adolescentes accede por primera vez a la pornografía antes de los 13 años, y un 8,7% antes de los 10 años, según Save the Children. Casi siete de cada diez (el 68,2%) consume pornografía de forma frecuente. Esto podría estar marcando, más que ningún otro factor, su manera de concebir el placer.

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Las redes sociales no ayudan. Para su nuevo libro, The Second Coming, la periodista Carter Sherman preguntó a más de 100 jóvenes por qué no tienen relaciones sexuales. Descubrió que no era mojigatería, tampoco falta de deseo, sino otras complicaciones. “Les gustaría tener relaciones sexuales y, de hecho, sienten mucha vergüenza por el hecho de no haberlas tenido todavía o de no tenerlas lo suficiente”. La autora señala que las redes sociales y los móviles, además de consumirles tiempo, llevan “compararse y desesperarse al pensar sus cuerpos no son tan buenos como los de los demás”. Tampoco contemplan las aplicaciones de citas. El resultado es un colectivo cada vez más amplio de íncels o célibes involuntarios.

En Estados Unidos se habla ya de la gran recesión sexual. Una encuesta sobre conductas de riesgo juvenil desvela que la generación Z tiene menos relaciones y más tarde que los millennials. No solo sexuales, también sentimentales. Crece la probabilidad de quedarse solteros, especialmente los hombres. Lo que se observa es una gran resistencia a acatar los modelos que no encajan en su decepción, cansancio emocional o frustración frente a unos estándares de rendimiento que les vienen dados. Priorizan su bienestar y desde ahí definen su propio espacio erótico sentimental.

El 23% usa la IA para mejorar su desempeño sexual

Lo revolucionario viene por la IA. El estudio Singles in America, publicado en junio, revela que el número de solteros que utiliza esta tecnología para mejorar su vida afectiva aumentó un 333% en comparación con 2024. Además, el 23% de los 5.000 encuestados confesó haber usado la IA para tener un mejor desempeño en sus relaciones.

La tecnología está integrada en su vida sentimental

Amanda Gesselman, psicóloga y coautora, indica que los usuarios usan esta tecnología para encontrar pareja y también para hacer que las citas en línea sean “más fáciles, agradables y eficientes”. Pero hay más: un 16% admitió que había interactuado con un chatbot en calidad de pareja sentimental o sexual. Un 40% de la generación Z no descarta tener una pareja de IA, aunque la mayoría todavía prefiere las relaciones humanas. El 25% cree que en un futuro la IA podría sustituir a las relaciones románticas de la vida real.

A la carta y más excitantes

Existen aplicaciones como Character AI, Replika o Anima AI que permiten crear compañeros virtuales a medida. “El 36% de los encuestados dijo que su compañero de IA les proporcionó más placer o excitación sexual que una pareja humana, y el 44% afirmó que su compañero les brindó más apoyo emocional del que habían recibido de una pareja humana”, señala Gesselman.

Un sondeo de la plataforma Joi Ai, que incluyó a 2.000 participantes nacidos entre 1997 y 2012, elevó al 75% el porcentaje de quienes están convencidos que esta compañía llegará a reemplazar completamente a la interacción humana. Mencionaron como ventajas la cercanía emocional, la comprensión constante y una conexión sin juicios.

¿Es realmente la vida sexual y amorosa más satisfactoria? OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, realizó una investigación junto al MIT Media Lab y los resultados no fueron precisamente alentadores. Tras cuatro semanas de interacción, quienes usaron el modo de voz con un chatbot de género opuesto terminaron experimentando más sensación de soledad y una mayor dependencia emocional de la IA.
Lo verdaderamente significativo no es si la generación Z tiene más sexo, menos sexo o un sexo que se delega en pantallas. Lo relevante es que estamos asistiendo al primer giro tectónico de nuestras vidas íntimas, dando paso a un mundo donde los vínculos románticos se tejen con máquinas.