¿Se imaginan que tras ser víctima de violencia de género, denunciar, que la policía considere que tu vida corre un riesgo alto, se establezca una orden de alejamiento, pero cuando tu maltratador te asesina el subdelegado del Gobierno te culpe de tu propia muerte? ¿Y si les digo que la violencia institucional escala y cuando supuestamente el hombre que te agredía te asesina y se suicida después se decretan tres días de luto por ambas muertes?
Esta barbaridad ha ocurrido en Galicia donde, desde hace semanas, se investiga como crimen machista un suceso que ha roto la tranquilidad de los vecinos de Moraña. Se halló un coche calcinado con el cuerpo de una mujer y el de un hombre en Campo Lameiros. Él era un maltratador condenado varias veces y ella una víctima de violencia de género.
Pues bien, Abel Losada, el subdelegado del Gobierno en Galicia hizo unas terribles declaraciones en las que aseguraba que “no se puede proteger a quien no está dispuesto a que le protejan”. Se refería a Marisol, la mujer de 49 años cuyo cuerpo se halló en el vehículo, y que, a pesar de la orden de protección, al parecer, convivía con su presunto asesino. Quizá desconozca Losada que nunca es culpa de una mujer que la asesinen y debería saber que no puede recaer sobre las mujeres maltratadas las decisiones acerca de su seguridad.
Los expertos coinciden en que las víctimas tienden a minimizar el riesgo que corren ellas, y sus hijos e hijas. Su situación emocional suele ser precaria, sufren dependencia emocional, económica, disonancia cognitiva, miedo. Si un maltratador, al que el sistema VioGén considera un peligro y riesgo alto para su pareja, quebranta la orden de alejamiento una y otra vez, ese hombre debería haber entrado en prisión. Es un fallo del sistema, nunca culpa de la víctima.
En el caso de que Marisol hubiese rechazado la protección. ¿Se puso algún servicio municipal o autonómico en contacto con ella para ayudarle a salir del ciclo de la violencia en el que estaba inmersa? ¿Se hizo algún tipo de seguimiento por motivos de seguridad? Recordemos que la propia policía consideraba que corría un riesgo alto su vida y Marisol había pedido ayuda. Ha fallado el sistema, otra vez.
Tras la violencia institucional de Losada, llega el Ayuntamiento de Moraña, donde gobierna el BNG, y donde residía la pareja y sube la apuesta. Decide decretar tres días de luto. “Las banderas ondearán a media asta y se suspenderán todos los actos públicos durante estas tres jornadas en señal de duelo por los dos vecinos desaparecidos, a cuyos familiares el gobierno municipal muestran sus condolencias”.
Un despropósito que ha soliviantado a las asociaciones de víctimas. No entienden cómo es posible que en 2025 se equipare el asesinato de una mujer con el suicidio de su asesino.
“Ella fue silenciada y el otro eligió matarla”
Chelo Álvarez, presidenta de la asociación Alanna, cree es “una falta de respeto atroz hacia su memoria. Es una humillación para su familia, amistades y comunidad. Es un agravio para todas las mujeres asesinadas por el machismo. Un acto conjunto de duelo entre víctima y verdugo borra la verdad: que no murieron por igual. Que una fue asesinada y el otro asesinó. Que una fue silenciada y el otro eligió matarla. Confundirlos en un mismo gesto institucional es perpetuar la violencia. Es negar el dolor específico de la violencia de género”.
“Exigimos respeto para nuestras compañeras asesinadas, actos de memoria que nombren con claridad a las víctimas y a los responsables y un duelo que no nos revictimice más. Incluso después de muerta, nuestra compañera ha sido silenciada una vez más. Ha sido invisibilizada, borrada, humillada en el último gesto público que se le debía: el duelo. Ese acto no fue neutro. No hay neutralidad posible entre víctima y verdugo”, insiste.
“Incompetencia de los políticos sumado a una falta de ética moral y humanismo”
Olga Caldera, de la asociación AMAR no entendía nada. “Me siento totalmente aturdida por esta noticia y siento mucha tristeza por la víctima. Una vez más se demuestra que las víctimas no están protegidas, una vez más se demuestra que no se toman en serio la violencia de género y que les importa cero o nada. Esto se podía haber evitado metiendo a este individuo en la cárcel. Tenía un largo historial de malos tratos que le han llevado a asesinar, y lo ha hecho porque la justicia y todo lo que rodea a este problema. No ponen medidas justas y no se protege. Espero que los responsables se hagan cargo de este asesinato”.
“Es vergonzoso que un ayuntamiento o cualquier institución o persona sea capaz de equiparar a una víctima con un victimario. Está fuera de lugar y lo que recalca es la incompetencia de los políticos, sumado a una falta de ética moral y humanismo.
¿Cuántas víctimas tienen que llegar a esto para que se tome en serio que la violencia de género existe, que es real y que es un asesinato?”, se pregunta.
“Están difuminando el crimen, equiparando al asesino con su víctima”
Andrea Cabezas, presidenta de la asociación Stop Violencia Vicaria, es clara: “No fue una tragedia, fue un feminicidio. Él no ‘murió’, él asesinó y luego se suicidó. Y decretar el mismo luto por víctima y agresor es una brutal falta de respeto hacia todas las mujeres asesinadas y hacia quienes luchamos por que se escuche la verdad. Nos están borrando del mapa. Están difuminando el crimen, equiparando al asesino con su víctima, como si sus muertes fuesen iguales. No lo son. Una fue asesinada. El otro eligió matar.
“Estos gestos institucionales no son neutrales: perpetúan la violencia, envían un mensaje devastador a las víctimas y a toda la sociedad. El luto no repara nada, pero la indiferencia y limpiar la imagen del agresor sí que hace daño. El silencio es grave, pero el mal mensaje institucional es imperdonable“, explica.
“Demuestra la realidad del país en el que vivimos y lo que piensan los políticos”
Gregorio Gómez, de la asociación ALMA, cree que es “lamentable no, lo siguiente. Esto demuestra la realidad del país en el que vivimos, el concepto que tienen muchos de las personas que están dentro de los diferentes partidos políticos, lo que piensan realmente y la importancia que le dan al tema, que es realmente la importancia, por desgracia, que le da la sociedad a esta problemática. Cuando los cuerpos de seguridad están investigándolo como un caso de violencia de género, está claro que el hecho de poner a los dos al mismo nivel lo que demuestra es un afán de protagonismo por parte de la institución pública”.
“Espero que los vecinos del pueblo sepan lo que tienen que hacer en las próximas elecciones, porque lógicamente esto refleja la poca importancia que le dan al asesinato de una mujer a manos de su pareja o expareja. Me parece totalmente lamentable“, opina.
“Una completa vergüenza”
Rosalía Iglesias, de la asociación MAMI, asegura que es una “completa vergüenza. Es como lamentar que ahora Bretón se muera. Es alucinante la poca sensibilidad que demuestran con la violencia de género. Un ayuntamiento no puede equiparar el luto por un agresor con antecedentes frente a una víctima que estaba en VioGén. Tienen que lamentar la pérdida de la mujer maltratada, no la pérdida de un energúmeno maltratador”.