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‘Ahí te pudras’ y el punk rosa que cabrea al indie: Las Petunias y la rabia por abrirse paso en la industria

La segunda EP del grupo madrileño regresa siguiendo la estela de su disco de 2024, "Creo que soy de porcelana" para mostrar que la vulnerabilidad también puede arrasar con todo lo que encuentre a su paso

En la portada y título del nuevo EP de Las Petunias ya están descritas algunas de las claves para entender su espíritu. Combativas, reivindicativas, con gusto por incomodar, con actitud punk y mucha mala baba, el grupo compuesto por las veinteañeras madrileñas Cecilia Soto, Elsa Moreno y Natalia Montes, regresa un año después de su álbum debut Creo que soy de porcelana, con la energía intacta. En la imagen de portada de su nuevo trabajo, se las ve en un cruce entre una novela de caballería clásica (armadura, yelmos, espada en mano) y la pura modernidad de quien reparte carteles para hundir a un enemigo y montadas en una moto de última gama. En esa propaganda que quieren llevar al mundo una declaración de intenciones mordaz que sirve como título al proyecto: Ahí te pudras, maldita.

Portada de “Ahí te pudras, maldita” de Las Petunias

El trío del norte de Madrid se vale de apenas cuatro canciones y 13 minutos para lanzar un grito liberador a base de himnos que resuenan con toda una generación. La rebeldía es una temática central para unas músicas que se definen en su página web como “un torbellino”, y a lo largo de los cortes (los cuales se acaban haciendo cortos dado el disfrute que proporcionan) la presentan desde diferentes perspectivas. No necesito estar sola (ya lo he estado toda la vida) arranca el EP con una rabia descontrolada y divertida con la velocidad propia de un rock punk desatado. La canción se convierte en un tema que aúna independencia y sensibilidad abierta en la comprensión de que la vida acompañada es más vida. Las líneas “De repente he entendido que me voy a morir / Y por qué pasaría un día más así / Si yo quiero gritar, si yo quiero sentir” definen perfectamente esa línea entre desobediencia y vulnerabilidad sobre la que baila el disco.

Esa parte más personal se desarrolla más en el siguiente tema Historias de mi madre, primer single del proyecto. Con un sonido más apegado al shoegaze atmosférico, la banda levanta el pie del acelerador en un retrato generacional que no abandona el extrañamiento de otras letras del grupo. Aquí, la memoria, el conocimiento y el arrepentimiento (cuando salió en su Instagram explicaron que se trata de “una canción de perdonar y crecer, sobre todo a nuestras madres”) son los protagonistas mientras los coros del estribillo crean bellísimas capas musicales que por momentos recuerdan a grupos tan míticos como Los Planetas.

Las Petunias

Las referencias caballerescas de la portada encuentran su sentido en la siguiente canción, Tirant lo Blanc. Lo primero que se escucha es el relincho de unos caballos que luego se alejan cabalgando. Las letras de esta canción se inspiran en el clásico de Joanot Martorell, pero contado a su manera. Aquí no hay damas desvalidas y necesitadas, sino bufones, y poetas que no pueden llegar a nadie. Con este dibujo, las madrileñas muestran una historia de amor no correspondido que mezcla referencias de todo tipo con una ambición rockera que logran cumplir.

Para cerrar, las guitarras resonantes de AGOTA LA SUERTE incitan a gritar. Un aullido que resuena en el estribillo con fuerza: “¿Qué va a pasar conmigo?”. No es un grito desesperado, sino uno cargado de rabia y rebeldía, propio de un grupo de mujeres jóvenes que se han hecho hueco en la industria a base de confiar en ellas mismas, de cantar lo que sienten y quieren usar la suerte que les quede para romper con todo, seguir adelante y gritar hasta que agoten la suerte.

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