Carmela García (Lanzarote, 1964) ha sido reconocida con el Premio Nacional de Fotografía 2025, concedido por el Ministerio de Cultura y dotado con 30.000 euros. El jurado reunido este lunes ha destacado una trayectoria que “transforma y cuestiona los imaginarios sociales, visibilizando realidades que han permanecido en los márgenes desde una perspectiva de género y queer”.
El fallo subraya además la capacidad de la artista para recontextualizar el medio fotográfico “utilizando lenguajes muy contemporáneos donde se mezclan el vídeo, las instalaciones, el collage y el uso de fotografía de archivo”. La decisión la sitúa en la estela de creadores como Jorge Ribalta, galardonado en 2024, o Laia Abril, Cristóbal Hara, Pilar Aymerich, Ana Teresa Ortega, Montserrat Soto y Leopoldo Pomés, entre otros nombres fundamentales de la fotografía española. 
Relectura feminista
Carmela García ha construido una obra en la que la revisión de la historia y del imaginario colectivo ocupa un lugar central. Desde sus primeras series, la artista ha planteado la necesidad de repensar cómo se han narrado las genealogías y qué voces han sido silenciadas. Su trabajo, profundamente conceptual, está arraigado en la subjetividad y en la perspectiva femenina, y se traduce en una exploración sistemática de los lenguajes visuales contemporáneos.
El eje central de su propuesta es doble: repensar y transformar el mundo. Para ello, Carmela García no se limita a la fotografía tradicional, sino que recurre a formatos híbridos que van de la fotografía analógica y digital al vídeo, la instalación y el collage. Su obra aborda las relaciones entre mujeres en todos los ámbitos —afectivos, sociales, políticos y culturales— y reivindica la importancia de recuperar genealogías femeninas que durante siglos permanecieron invisibles.

Reconocimiento internacional
La artista ha expuesto en instituciones de referencia como el Museo Reina Sofía, el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), el MUSAC de León o el IVAM de Valencia. Su trabajo ha viajado también a Estados Unidos (PS1 MoMA), Japón, París y Ámsterdam, consolidando un prestigio internacional que la ha situado en primera línea del arte contemporáneo.
Entre 1998 y 2015 estuvo representada por la galería Juana de Aizpuru en Madrid y ha participado en ferias de primer nivel como Art Basel, ARCO Madrid, Paris Photo y Frieze, consolidando su lugar en el mercado internacional y en el debate artístico global.

El reconocimiento a Carmela García llega en un momento de especial relevancia para la revisión de los discursos artísticos desde la perspectiva de género. Su trabajo se inserta en una corriente que amplía el canon fotográfico y lo confronta, evidenciando que las narrativas dominantes de la historia del arte —y de la historia en general— han dejado fuera a las mujeres y a las identidades disidentes.

