Hoteles con Historia

Solares: 200 años de un destino sanador

Recuperamos la historia de Castilla Termal Solares, el hotel wellness construido sobre el Manantial de Fuencaliente, en la localidad de Solares, la primera estación termal de Cantabria (s.XVIII)

Fachada lateral del hotel actual de Castilla Termal Solares

La creencia de que el agua sana ha existido siempre. Los habitantes de la pequeña localidad de Solares lo saben desde hace, por lo menos, 200 años. Porque el agua del Manantial de Fuencaliente (así lo llaman, por los 29,8 grados de temperatura a los que emana el agua) se bebe y se toma en baños, -como si de un elixir se tratase- desde hace siglos, en uno de los hoteles más longevos de nuestro país, Castilla Termal Solares. El mismísimo Dalí presumía de beber únicamente agua de Solares, el agua que “Sólo sabe a agua”, como reza su lema. Es famosa la frase del genio, “yo no me drogo, yo soy la droga, yo sólo bebo Solares”.

Piscina termal de agua mineromedicinal de Castilla Termal Solares

Piscina termal de agua mineromedicinal de Castilla Termal Solares, la tercera más grande de Europa

Nos sumergimos en los 850.000 litros de agua mineromedicinal de Castilla Termal Solares, la tercera piscina de sus características más grande de Europa, y en los más de 200 años de historia de un oasis del bienestar situado a 20 minutos de la hermosa Santander, al que uno puede escapar, tomar fuerzas, recuperar las ganas, el equilibrio y el buen humor. Un plan wellness, cultural y gastronómico para el turista que busca de relax y bienestar. Una arraigada tradición balnearia de sanación y descanso que se conserva desde el s.XVIII.

Deliciosas fotografías del viejo album de recuerdos del balneario de Solares, s.XIX

Fotografía del viejo álbum de recuerdos del balneario de Solares, s.XIX

Solares: la historia de un pueblo con aguas milagrosas donde se bailaba el vals

Esta historia comienza con la construcción de una casa de baños sobre el conocido manantial de Fuencaliente allá por el año 1827. Se habían descubierto sus excelentes cualidades y un año más tarde, el agua era oficialmente reconocida como Agua Mineral de Utilidad Pública. Este hecho hizo posible su comercialización bajo la marca Solares y más tarde, la casa de baños original se convirtió en el elegante Gran hotel, de un señorial estilo neoclásico.

Cartel publicitario del agua de mesa de Solares de los años 50

Cartel publicitario del agua de mesa de Solares de los años 50

El plan no tardó en ponerse de moda y en los años de La Belle Epoque vivió su máximo esplendor. La oferta se completaba entonces con un espléndido casino, que amenizaba las largas estancias en el hotel-balneario y tenían una duración media de un mes. Con la fama de sus aguas y el verdor de sus parques, el hotel Real atraía a pacientes del País Vasco, Segovia, Palencia y Madrid… Los médicos hacían sus debidas prescripciones para pasar una temporada en el balneario y los pacientes muy disciplinados, y sin rechistar, las obedecían. Tenían una fe ciega en sus beneficios y resulta que era verdad que volvían como nuevos.

Ilustración recogida en el libro conmemorativo de la historia del hotel que retrata la vida en sociedad que se hacía en el Balneario de Solares

Ilustración recogida en el libro conmemorativo de la historia del hotel que retrata la vida en sociedad que se hacía en el Balneario de Solares

El fenómeno de los balnearios españoles tuvo un brillante auge durante el último tercio del siglo XIX y las dos primeras décadas del XX. Acontecía en ellos una intensa vida social, que casi siempre giraba en torno a algún personaje de la política, de las artes o de las letras que acudía todos los años a “tomar las aguas”. En Francia sucedía lo mismo y las familias ahorraban todo el año para poder ir a pasar una temporada al balneario, con el respectivo gasto en atuendos, joyas y dinero para gastar en el casino y los divertimentos de la época. Se bailaba el vals, se hacían amistades con personas influentes, se disfrutaba del gratificante ejercicio de la tertulia y hasta podía uno encontrar el amor. El Balneario de Solares fue tan concurrido y famoso que hasta tenía su propio vals. El vals de Solares.

Manuel Pombo, Premio Nacional de Literatura, escritor, periodista y doctor en medicina escribió sobre este bucólico emplazamiento, que regenta con éxito la cadena hotelera Castilla Termal: “El Balneario de Solares era un lugar de descanso y moda. Aún recuerdo los coches llegando a su recinto, y las mujeres que descendían con un falso pudor de faldas acortadas, y las cenas en el salón, mientras la orquesta mimaba a Strauss, y los bailes, y los lentos paseos por las alamedas. Era una brillante y dorada Belle Epoque que no sabía que iba a morir. Y el Balneario refulgía en la noche, y el agua brotaba por sus caños, y los violines hacían girar las parejas en un giro armónico, a veces enamorado”. Qué maravilla.

Habitación Junior Suite de Castilla Termal Solares

Habitación Junior Suite de Castilla Termal Solares

Asistir cada año a los baños era un must social, que ha viajado hasta nuestros días como destino de salud y relax.  Su propuesta incluye circuitos de hidroterapia y masajes restaurativos, sesiones de yoga y la promesa del ansiado descanso en 113 espaciosas y elegantes habitaciones de estilo clásico. También es un destino de naturaleza, al estar rodeado de bosques centenarios que se pueden recorrer caminando o en bicicletas a disposición del huésped, cuenta con invernadero y muy pronto con su propio huerto.

La oferta cultural y gastronómica es muy completa. El patrimonio histórico y artístico de la zona cuenta con lugares interesantes que visitar como el Palacio de los Marqueses de Valbuena, el yacimiento altomedieval de Pico Castillo, el Palacio de los Rubalcaba o la ermita de San Pedro (siglos XVII y XVIII) y sentarse a la mesa a disfrutar de la rica y tradicional gastronomía cántabra en El Manantial es una invitación que resulta irresistible. Tengo que añadir que es de admirar el propósito de Castilla Termal porque en todos sus proyectos, pone un acentuado compromiso por la recuperación del patrimonio, la sostenibilidad y la conservación de las costumbres y la gastronomía local.

Termas de Caracalla, por Alma Tadema

Termas de Caracalla, por L.Alma-Tadema

De Caracalla hasta nuestros días

Las referencias en la historia de los balnearios son numerosas y la creencia (y la demostración científica) de las propiedades curativas de las aguas que emanan de los manantiales a modo de tesoro líquido, – en un generoso gesto de amor de la madre tierra a la humanidad- están más que demostradas. Casi todos hemos podido conocer las historias de las espléndidas termas que el emperador Caracalla construyó para el disfrute y el ocio del pueblo romano, los ecos de las aristocráticas aguas termales de Baden-Baden, ubicadas en las proximidades de la Selva Negra, las termas romanas de Bath (en Inglaterra) o la tradición popular de tomar baños de Budapest, una de las ciudades termales más famosas del mundo. La historia de los balnearios en Europa es entretenida y extensa.

El poder de los súper minerales que habitan en los manantiales ha sido siempre reconocido, valorado y deseado. Del siglo II a.c. hasta nuestros días, el gusto por acudir a las termas como punto de encuentro para renovar el cuerpo y el espíritu, hacer vida social y practicar la conversación, ha sido siempre más que una moda. Unos buscan reposo y tranquilidad y otros, sanación corporal y riqueza social, comer bien y hasta enamorarse.

Piscinas y zona de contraste del área de Balnea Romana, de Castilla Termal Solares

Piscinas y zona de contraste del área de Balnea Romana, de Castilla Termal Solares

La Experiencia Balnea Romana, las propiedades del agua y los tratamientos

La Experiencia Balnea Romana que ofrece Castilla Termal Solares está inspirada en los antiguos baños de las villas romanas y su arquitectura: racionalidad, economía, especialidad, axialidad, simetría y monumentalidad. Además, cuenta con una completa carta de tratamientos de belleza, relax, masajes, etc. Sumergirse en sus aguas es relajante y curativo. Son aguas bicarbonatadas, cloruradas, cálcicas y sódicas y están indicadas en tratamientos digestivos, metabólicos, antiácidos, antiinflamatorios, diuréticos y del sistema nervioso. Son también idóneas para tratamientos termo lúdicos, de belleza, rehabilitación y problemas del sistema nervioso, como el insomnio y el estrés.

Entre los tratamientos recomiendo visitar la zona de contrastes, con un recorrido ambientado en las “termas de Caracalla”, con sauna, pediluvio hamman y poza de agua fría, que se realiza con guía en grupos de 2 a 6 personas en el que la alternancia entre espacios húmedos y secos, -frío y calor-, depuran el cuerpo a través de la eliminación de toxinas, la descongestión de las vías respiratorias y la estimulación de la circulación.

Piscina exterior del hotel Castilla Termal Solares, muy concurrida en los meses de verano

Piscina exterior del hotel Castilla Termal Solares, muy concurrida en los meses de verano

Las aguas del manantial de Solares también están indicadas para el tratamiento de enfermedades reumáticas y degenerativas del aparato locomotor como son la artrosis, la artritis o la fibromialgia y para la rehabilitación de traumatismos e intervenciones quirúrgicas o afecciones respiratorias crónicas: sinusitis, rinitis, faringitis, bronquitis crónica…Por una razón u otra, es altamente recomendable que vayamos todos a darnos unos baños. ¿Qué opináis vosotros?

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