En el verano de 2012, una curiosa imagen se convirtió en icono sin quererlo. Las redes sociales, los foros de internet e incluso los informativos más importantes del país no hablaban de otra cosa. A medio camino entre el fenómeno de masas, la fascinación casi berlanguiana y el meme generacional, la restauración del Ecce Homo de Borja, hecha por Cecilia Giménez, vecina de la localidad zaragozana, se convirtió rápidamente en una de las imágenes que construyó el imaginario de toda una generación.
El polémico resultado de la restauración del fresco, obra original de Elías García Martínez, en el Santuario de la Misericordia de Borja, fue la comidilla de todo el país durante semanas. La propia restauradora siempre defendió que la obra no estaba terminada, por lo que se puso manos a la obra para acabar el trabajo. El resultado es el que todos conocemos. Cecilia se vio de pronto en el ojo de un huracán mediático en el que nunca se hubiera imaginado. Tras unos primeros días duros, las mofas se convirtieron en cariño, y el fenómeno puso tanto a Cecilia como a Borja en el mapa, ganándose la simpatía de vecinos y extraños. Tanto fue así que, el día 25 de agosto de 2012, coincidiendo con la romería de San Bartolomé, miles de personas se trasladaron al pueblo, donde, según el alcalde, Cecilia “encontró en el patio de su casa a todo el mundo aplaudiéndole“.
La protagonista de esta entrañable historia, Cecilia Giménez, ha fallecido este lunes 29 de diciembre a los 94 años. Así lo ha anunciado el Santuario de la Misericordia y el alcalde, Eduardo Arilla.

Una obra que ha transformado todo un pueblo
Desde ese verano de 2012, numerosos cambios y transformaciones han tenido lugar en Borja a raíz del trabajo de Cecilia. Decenas de miles de personas han visitado el santuario para ver la peculiar restauración en persona. Esta afluencia, además del impulso económico a través del turismo para el propio pueblo, ha supuesto una mejora para los más necesitados. El dinero recaudado con las entradas se destina íntegramente a la Fundación Hospital Sancti Spiritus y Santuario de la Misericordia, para mejorar sus instalaciones y ayudar a las personas mayores con menos recursos de la residencia, donde estuvo interna Cecilia junto a su hijo, que tiene parálisis cerebral, hasta que fue trasladada a otro centro cuando comenzó a sufrir demencia senil.
En este año que entra, se espera que se superen los 300.000 visitantes de 2025. Estos datos han significado unos ingresos de más de 600.000 euros, y han impulsado la creación de dos nuevos puestos de trabajo en el santuario, según ha confirmado Arilla.

El alcalde de Borja también ha querido asegurar que Cecilia pasó sus últimos años en paz, tranquila y con su hijo, lo que siempre había querido. El alcalde también ha recordado los tributos hechos a la artista en vida, como el nombramiento del centro de interpretación del ‘Ecce Homo’, en el que se explica su vida y el contexto de la polémica restauración. Además, indica que “Para una calle, una plaza siempre hay tiempo” e insiste en el agradecimiento de todos los borjanos pese a la tristeza de su fallecimiento.
Por su parte, desde el santuario han expresado que “Hablar de Cecilia es hablar de madre entregada, de lucha, de fuerza, pero sobre todo es hablar de generosidad, cualidades que le han servido para ganarse el cariño de todo el mundo“. Sin duda, estamos ante una autora y una obra que, sin quererlo, han pasado al imaginario colectivo de todo el país.


