Luis Mateo Díez recibe el Premio Cervantes de manos de los Reyes: “Vivir contando y contar viviendo”

El escritor leonés Luis Mateo Díez echa la mirada atrás, a sus orígenes como narrador y a su aspiración de contar la vida y conquistar lo ajeno, en su discurso de aceptación del Premio Cervantes 2023

Luis Mateo Díez
El escritor español Luis Mateo Díez recibe los aplausos, entre otros, de los reyes de España, Felipe VI y Letizia

La ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2023 al escritor leonés Luis Mateo Díez ha comenzado como es habitual con un acto en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares al que han acudido numerosas personalidades del mundo de la cultura y la política, encabezados por los Reyes Felipe VI y Letizia.

Urtasun: “Mateo Díez es escritor frente a toda adversidad”

El primero en tomar la palabra ha sido el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que ha destacado que el galardonado es “uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino, escritor frente a toda adversidad, creador de mundos y territorios imaginarios”, recogiendo así el fallo del jurado. Con ellos, los lectores transitan por espacios que les resultan conocidos obra tras obra: Celama, la ciudad de la sombra, Armenta… a la vez que sienten que, paradójicamente, todo es nuevo, todo es original y está abierto ante sus ojos como un hogar que se amplía cada vez que se vuelve a él.

Ha continuado Urtasun afirmando que Mateo Díez bebe “de un espacio geográfico real, bien conocido por el autor y vivido por él, pero llevado a los territorios de la ficción y lo simbólico”. Por eso no es solo un espacio físico, sino también una alegoría del extravío humano, la soledad, el destierro y los sueños que quedan por cumplir.

Ernest Urtasun

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, da un discurso durante la ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2023 al escritor español Luis Mateo Díez

Tras aportar algunos datos biográficos, el ministro de Cultura ha continuado hablando de su formación literaria y lectora, aludiendo al desván de su casa, esa “madriguera entregada al misterio” en la que Mateo Díez devoraba libros desde pequeño. Allí se almacenaban libros requisados durante la guerra y la posguerra, entre los que se encontraba Corazón, de Edmundo de Amicis, “un libro prohibido por entonces que marcó su vida literaria ya que fue el primero que le hizo llorar”.

A los 12 años, en 1954, se trasladó a León, después de que nombraran a su padre secretario de la diputación. En 1961 empezó Derecho en la Complutense, y en 1969 entró en el cuerpo de técnicos del ayuntamiento de Madrid en el servicio de documentación jurídica. Fundó junto a otros escritores leoneses la revista poética Claraboya, y en 1972 reunió sus poemas en el libro Señales de humo.

Poesía, cuento y novela

“No obstante, sus intereses literarios se orientarían siempre hacia el terreno de la prosa”, ha continuado Ernest Urtasun mientras en la Universidad de Alcalá de Henares se vivía un silencio reverencial. En 1973, Mateo Díez publica Memorial de hierbas, “una recopilación de cuentos en la que se descubre claramente el carácter germinal de lo que habría que venir después, las características de su obra: las luces y sombras de la vida, la conciencia del tiempo, la pérdida (no solo de un ser querido, sino de la tierra en la que se ha nacido), y por supuesto el humor, aunque a veces, dice el propio autor, tenga comunicaciones con la alegría o con la desgracia”.

Luis Mateo Díez nunca dejará de cultivar el género del cuento. “Llegará a declarar que durante años pensaba que el cuento era su único destino como escritor”. Por ello el autor lo llega a fusionar con la novela, en un género híbrido “difícil de etiquetar”, según Urtasun, que también ha destacado cómo el relato se combina con el ensayo, como sucede en Los males menores.

“En Días de desván realiza una invocación de la infancia y la inocencia, con los descubrimientos, los empeños y las fantasías que le son propios. Y llegamos a Vicisitudes, compuesto por un mosaico de personajes que comparten el territorio urbano de las ciudades de sombra, paisaje que les une en esta obra de 85 capítulos que el autor considera una novela”, ha proseguido Urtasun.

Premio Cervantes 2023

Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, conversan con el escritor español galardonado Luis Mateo Díez

La novela corta es, para Luis Mateo Díez, un lugar privilegiado. “El género permite que se le pueda aplicar la misma intensidad del cuento pero en un mayor número de páginas, entrando en experimentaciones, giros y soluciones con una absoluta libertad de técnicas y opciones”. El diablo meridiano, El eco de las bodas, El fulgor de la pobreza y Los frutos de la niebla son ejemplos de esto: relatos compuestos, cada uno de ellos, por tres novelas cortas.

“Dominio indiscutible del lenguaje”

Ha destacado el ministro también las fábulas del premiado, con las que concreta la soledad del individuo, el sentido de la vida y su fragilidad; “fábulas que remata con una verdad trascendental pero exenta de enseñanzas morales”. El jurado destaca también cómo en sus creaciones destacan “la pericia y el dominio indiscutible del lenguaje, que el autor acredita en una escritura en la que el autor mezcla con maestría lo oculto y lo popular; un estilo propio, exigente, de gran originalidad”.

Urtasun ha mencionado también sus “territorios”, el universo personalísimo de Mateo Díez, que se concreta en un lenguaje también personalísimo, marcado por la precisión, el término exacto, la combinación de la palabra que proviene del discurso escrito con la que proviene del hablado y que bebe en gran medida de la narración popular, en “esas reuniones en las que los asistentes se contaban historias que se volvían leyendas durante las noches de unos inviernos que eran larguísimos y muy duros”.

El titular de Cultura ha destacado así mismo tanto sus dotes como conversador como la amplitud de sus amistades, para proceder después a recoger todos sus premios y galardones, incluyendo su incorporación a la Real Academia Española, y todas sus obras publicadas. “Sobrevolándolo todo siempre está la defensa a ultranza de la imaginación, cuya constante presencia genera en sus textos una reconocible realidad, que como sostiene Mateo Díez, es la condición del arte”.

Ha recogido también sus influencias literarias, de Proust a Tolstói, de Valle Inclán a Galdós, y por supuesto, Cervantes: “Componen sus escritos una fusión entre lo clásico y lo contemporáneo”, para proceder a agradecerle la creación de su universo, en el que brilla lo cervantino y lo universal de la tradición oral. “Gracias por enriquecer nuestra lengua castellana a través de cada una de tus obras, una contribución que este Premio Cervantes viene debida y merecidamente a reconocer”, ha concluido.

“Mis personajes me salvan a mí”

A continuación, el escritor Luis Mateo Díez ha recibido el Premio Cervantes con un discurso en el que ha reconocido que ha vivido “entregado” a sus personajes, porque son ellos los que le “salvan”. “Mis personajes no tienen tanta nobleza, pero son conscientes de alguna ejemplaridad heroica, ya que sus aventuras se consuman al doblar las esquinas donde aguarda el destino y la consecuencia de alguna perdición o la expectativa de un sueño que pudiera salvarlos. A ellos vivo entregado, ya que son ellos quienes me salvan a mí”, ha afirmado durante su intervención, visiblemente emocionado.

Luis Mateo Díez

El escritor Luis Mateo Díez a su llegada a la entrega del Premio ‘Miguel de Cervantes’ 2023 en el paraninfo de la Universidad de Alcalá

“He tenido la suerte en mi vida de haber sido dueño de una infancia que, aunque suene un poco exagerado, encaminó mi destino de escritor. La infancia, decía Cesare Pavese, es el tiempo mítico del hombre. Lo que a cada uno corresponde de esa edad imaginaria en la que todo nos llega y sucede por vez primera (…), el patrimonio de lo primigenio, la experiencia de lo primordial”, ha comenzado su discurso.
Díez ha continuado hablando en una intervención de más de veinte minutos y ante la mirada de sus familiares y otras autoridades de sus personajes, que considera que no le pertenecen y que, en ocasiones, ponen a prueba su capacidad de invención, como “una suerte de hilo conductor que va y viene sin otro compromiso que el de la escritura”. Mencionando también la tristeza y desolación de una infancia de posguerra, ha destacado “la geografía y el paisanaje” de su niñez, que constituyen un personaje más en su obra, sino el más importante. “La suerte de los afectos se imponía a la desgracia de tantas desdichas”, ha afirmado con rotundidad.

“El arte, compromiso con la vida”

Recordando la afirmación de la escritora Irene Némirovsky de que “toda gran novela es un callejón lleno de gente desconocida”, el creador del imaginario territorio de Celama ha defendido la relación del arte con “ese compromiso con la vida al que se debe aspirar”. “Las artes nos enriquecen y hacen mejores, además del placer que proporcionan”, ha defendido, a la vez que citaba su acervo literario con menciones a James George Frazer, Rafael Azcona o a Rilke y su definición de la infancia como la patria perdida del hombre. “Lo anónimo cede a la escritura y al autor de la creación propiamente literaria”.

En cualquier caso, ha recordado, también usando las palabras de Jorge Luis Borges, que “la irrealidad es la auténtica condición del arte”. Por ello, Mateo Díez ha afirmado tener “una precaria incapacidad” para escribir lo que le pasa. “Nada me interesa menos que yo mismo, y lo digo con una radicalidad sospechosa pero no mendaz”, ha apuntado.

“Nada me interesa menos que yo mismo”

El escritor leonés ha hecho un repaso de su trayectoria hasta llegar al lugar en el que se encuentra ahora literariamente, “con la inquietud de un octogenario de salud razonable, y conciencia de las ausencias correspondientes”. Así, ha asumido que pese a ser autor de una obra prolífica, se encuentra con un cúmulo de ficciones que, “sin avalar la posteridad, sí lo hagan con la condición de póstumo, fruto de la sobrecarga”. Para Díez, “escribir es descubrir” y desde su infancia contar la vida fue su “aspiración”. En este sentido, la revelación de tantos cuentos y voces contadoras, íntimamente unidas a las propias de los grandes maestros de la ficción, fue el aliciente que le llevaron a apostar por este oficio literario.

El Quijote, su primer héroe

El autor ha tenido además varias palabras para ensalzar la obra de Cervantes, en especial de El Quijote, que también influyó en su obra. “El libro que escuché con mayor deleite fue Don Quijote de la Mancha. Recuerdo la primera mañana de su lectura, cuando la nevada nos robaba el recreo, y el incipiente caballero venía de mucho más lejos que los copos que veía por la ventana”, ha narrado con voz lírica. “La entidad de mis personajes no estaba, así, eximida de una incierta heroicidad, tan cervantina y quijotesca, en aras de una imaginación liberadora y redentora, siendo acaso héroes del fracaso, como así me gustó denominarlos”, ha confesado.

Díez ha retrocedido varios años para hablar de su relación con don Quijote, “ya con algún viso de melancolía infantil en el invierno de su primer conocimiento”. Para el autor, este encuentro tuvo un “aliciente misterioso, rodeado de algún secreto deslumbramiento”, que en nada atañía a los personajes que ya le habían asombrado y se irían “fosilizando como hitos que perdurarían en sus convenciones no menos inolvidables que triviales”.

Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y el escritor español Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2023

Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, y el escritor español Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2023, junto a familiares, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, entre otros

“Don Quijote llegaba para quedarse conmigo como un héroe no menos inquietante que entrañable, del que bastante tiempo después, cuando el incipiente narrador en que habría de convertirme, heredero a veces avergonzado de aquel niño escritor, que por suerte nunca hizo una redacción sobre la vituperable vida de las moscas, comencé a saber que no era un héroe, que ‘el caballero de la triste figura’ tenía otra catadura como figura enaltecida en la gloria de quien lo había creado, y que más bien de un antihéroe se trataba, de un reincidente perdedor, término que nunca me gustó pero que no deja de ser significativo”, ha continuado el premiado.

La idea del héroe que no lo es, ya que más bien de un antihéroe se trata, no se quedó ahí, sino que alumbró sus primeros personajes. “Escribí para ellos una transformación de la identidad heroica. Poco a poco, en el mundo que iba creando, esos seres de ficción tenían, todavía sin mucha conciencia por mi parte, una incierta imagen quijotesca”, ha añadido, destacando “la fragilidad de su voluntad luchadora por la vida, el afán de vivirla y sobrellevarla con el rendimiento de la generosidad”, ha zanjado.

“Fabulador universal”

El rey Felipe VI ha recordado las palabras del jurado que le otorgó el galardón al señalarlo como “uno de los grandes narradores de la lengua castellana, heredero del espíritu cervantino”. Y ha resaltado la figura de su padre, que poseía una interesante biblioteca, pero también los relatos orales que escuchó Díez de niño (como también recordó el escritor en su discurso). “Precisamente, la imaginación y la memoria constituyen, junto con la palabra, la base de su obra”, ha afirmado el monarca.

El rey también ha citado varios de los títulos notables del leonés, como La fuente de la edad, con aquellos cofrades “donde lo que importa no es el hallazgo de la fuente, sino vivir en la imaginación lo que la realidad niega”. Ha destacado también su sentido del humor, muy presente en su obra, así como la creación de una provincia imaginaria, como hiciera Canetti. En el caso de Díez fue Celama, “lugar donde confluyen mito, imaginación y memoria” y que, como recordó Felipe VI, “ha traspasado fronteras”, al igual que hiciera la Comala de Juan Rulfo o el Macondo de García Márquez.

El rey Felipe VI

El rey de España, Felipe VI, da un discurso mientras preside la ceremonia de entrega del Premio Cervantes 2023 al escritor español Luis Mateo Díez

“Hay soñadores pertinaces en las obras de Luis Mateo Díez y en ocasiones coinciden las imágenes del subconsciente con los presentimientos más temidos “, como ocurre en La mano del sueño, ha procedido Felipe VI. Diversidad de géneros, personajes perdedores y solitarios y “las enfermedades del alma” que les atenazan en forma de todo tipo de dolencias, son otra de las señas de identidad de escritor, según manifestó el monarca que finalizó su discurso insistiendo en que Luis Mateo Díez es “uno de los grandes fabuladores de la literatura universal”.

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