El Real Madrid entra en una nueva etapa. Pau Quesada debuta como primer entrenador del equipo en medio de una reconfiguración profunda. Sin la capitana Olga Carmona, tras su fichaje por el PSG, el club ha reforzado su plantilla con fichajes internacionales de peso. Sara Holmgaard, Sara Däbritz y Merle Frohms han sido las primeras piezas de un proyecto que busca competir aún más la Liga F Moeve, llegar más lejos en Champions y construir una identidad propia bajo el liderazgo de Quesada.
El punto de partida
La salida de Olga Carmona ha sido más que un movimiento de mercado. Supone la pérdida de una futbolista fundamental en lo simbólico y en lo deportivo. Capitana del equipo, figura clave en la banda izquierda y autora del gol que dio a España el Mundial de 2023. Olga deja un vacío que no se mide solo en números: 186 partidos, 28 goles y una conexión indiscutible con la afición madridista.
Nuevas piezas y otra por venir
El Madrid no ha respondido con promesas ni grandes titulares. Ha respondido con perfiles. Con futbolistas cuya trayectoria habla de compromiso táctico, recorrido internacional y polivalencia. Las primeras incorporaciones del ciclo Quesada son fichajes para reconstruir.

Además de las incorporaciones ya presentadas, aún queda por oficializar el fichaje de Hanna Benninson. Según los últimos rumores, la llegada de la centrocampista sueca ya está cerrada y en breves vestirá la camiseta del club blanco. Una jugadora proveniente de la Juventus y que llega para reforzar el centro del campo, una de las zonas más necesitadas en el Real Madrid. Aunque a diferencia de las nuevas jugadoras, Hanna no llega gratis, ya que firmó con el club italiano hasta 2027.
Sara Däbritz: jerarquía y equilibrio
Con 30 años de edad no necesita presentación en Europa. Centrocampista de clase mundial, Däbritz aporta control, distribución y lectura del juego. Es, probablemente, el fichaje más significativo del Madrid en esta ventana. Llega libre tras finalizar contrato con el Olympique de Lyon, y lo hace con el aval de una década en la élite: Bayern de Múnich, PSG, Lyon y más de 100 partidos con la Selección Alemana.
Su perfil encaja con lo que el Madrid ha echado de menos en fases clave de la campaña: pausa, cabeza fría y liderazgo desde el centro del campo. Su llegada libera a Tere Abelleira de la carga creativa total y ofrece a Quesada una mediocentro (tras la salida de Leuopolz) capaz de sostener el juego en partidos grandes.
Merle Frohms: competencia y experiencia bajo palos
Merle Frohms, un salto de calidad en la portería. Frohms, hasta ahora en el Wolfsburgo, aterriza en la capital española. Su estilo es sobrio, sin estridencias: seguridad en el juego aéreo, buen juego de pies y mando en el área. Competirá el puesto con Misa Rodríguez, que ha sido intocable en las últimas temporadas.

El fichaje no solo introduce competencia en una zona clave, sino que eleva el estándar competitivo del equipo. La alemana llega para ganar. Y lo dejó claro desde el primer día: “Mi primera camiseta fue del Real Madrid, de Beckham”, dijo en su presentación.
Sara Holmgaard: un relevo versátil para el carril izquierdo
Y por último, Sara Holmgaard. Formada en el Fortuna Hjørring y con experiencia en la liga inglesa, la danesa aterriza en Valdebebas con un objetivo claro: ocupar el lugar que dejó vacante Olga Carmona. Pero Holmgaard no es una réplica, su valor reside en la versatilidad. Lateral por perfil, pero también ha actuado como central y mediocentro defensiva, lo que le permite adaptase a distintos esquemas.
Su último año en el Everton fue sólido: 19 partidos, 3 goles y 4 asistencias. Además, es internacional habitual con Dinamarca, siendo titular en los seis últimos partidos oficiales, incluida la clasificación a la Eurocopa de Suiza 2025.
Quesada, entre la táctica y la gestión
El fichaje de Pau Quesada como entrenador responde a una apuesta del club por el conocimiento interno y el crecimiento a medio plazo. Con experiencia en categorías inferiores del Real Madrid masculino (Juvenil A y Castilla), Quesada se enfrenta a su primer reto en la élite femenina. Su perfil combina formación metodológica, capacidad de liderazgo y una visión moderna del juego.

Le tocará gestionar un vestuario en transición, integrar a las nuevas incorporaciones y redefinir la identidad del equipo sin Olga. Sus decisiones marcarán el tono de la temporada: estilo de juego, jerarquías internas y objetivos deportivos.
La reconstrucción, en clave europea
La apuesta por el mercado alemán e inglés no es casual. El Madrid busca jugadoras que dominen el rigor táctico, la disciplina posicional y la lectura colectiva del juego. En un contexto donde la Liga F Moeve exige solidez y la UEFA Women’s Champions League castiga los errores, Quesada tendrá a su disposición una plantilla más madura. Con ello, menos dependiente del desequilibrio individual y con mayor sentido colectivo.
Con 19 jugadoras en el equipo blanco, aún se prevé varios movimientos. Se habla de al menos un fichaje más por línea, con especial atención a la delantera, sobre todo tras la salida de Carla Camacho. Entre los nombres que suenan, está Lizbeth Ovalle, del Tigres, como un posible refuerzo ofensivo.
El desafío: construir desde el cambio
El Real Madrid afronta una temporada clave. En un escenario de competencia creciente, no basta con sumar talento: hay que construir equipo. Quesada asume esa misión con un grupo en evolución, nuevas líderes emergiendo y una afición que ya pide un título.
Holmgaard, Däbritz y Frohms son señales de una hoja de ruta. Más control, más experiencia y más estructura. El conjunto blanco quiere crecer sin perder su identidad. Y para eso, necesita que su nuevo técnico dirija e inspire.