Cuando Kuka (Elvira García) se dio cuenta de que tenía párkinson, se encontraba de viaje en Las Vegas. Estaba disfrutando mucho de la experiencia, pero las fotos que se hacía le devolvían un gesto serio. “Todos me decían, pero Kuka sonríe, y a mí me dolía hasta la cara de hacer el esfuerzo, pero veía el resultado y tenía cara de seta”.
La explicación la encontró en Google: uno de los primeros síntomas más comunes del párkinson es la inexpresividad del rostro. A su vuelta a España su neuróloga le confirmó sus sospechas. “Era un párkinson de libro” le aseguró. Ese día de 2018 ella se prometió que la enfermedad no la detendría “tenía que tirar para adelante”. Cinco años y medio después, tres medallas de oro en tenis de mesa le garantizan que está cumpliendo con creces.
El párkinson le reencontró con su pasión
Con 57 años su enfermedad le volvió a sumergir en un deporte que de niña empezó a practicar por casualidad. “Mi padre no podía llevarme a tenis en Coruña así que me sugirió el tenis de mesa que era lo mismo, pero más pequeño y lo había en el colegio”. En la edad adulta, su trabajo de inspectora ambiental y ser madre de mellizos hicieron que el pingpong pasase a un segundo plano.
Recién diagnosticada “y gracias a cacharrear por Google”, descubrió que los parkinsonianos, como ellos se autodenominan, tenían una comunidad muy activa en la práctica del pingpong viajando por todo el mundo. No dudó en meterse de lleno. Encontró compañeros que se convirtieron en amigos y muchas anécdotas. “En mi primer torneo sólo veía circular pastillas, las veía de todos los colores, estabas jugando y alguien paraba para doparse”, recuerda entre risas. Y es que la dopamina es precisamente la sustancia que el párkinson inhibe y el componente principal del tratamiento de una enfermedad que afecta a unas 160.000 personas en España y a diez millones en todo el mundo (según la Sociedad Española de Neurología). A pesar de la cuantía, Kuka no siente el apoyo de la sociedad “La gente no entiende el párkinson, hay muy poca empatía”.
“Estamos cansados todo el día, nos despertamos con dolor de músculos, te mueves muy despacio, no tienes olfato, te quedas en off”
El desconocido párkinson es una enfermedad neurodegenerativa y sin cura que afecta de forma muy distinta a quien la padece “hay tantos párkinson como personas”. Pero que, en rasgos generales, quienes lo padecen lo resumen con movimiento o rigidez. “Estamos cansados todo el día, nos despertamos con dolor de músculos, te mueves muy despacio, no tienes olfato, te quedas en off”. Off, así se llaman los instantes en los que el enfermo no recibe la suficiente medicación o esta no hace efecto.
Cuando se percató de que su deporte le mejoraba en su día a día terminó por hacerlo parte de su rutina de vida. “Los beneficios del tenis de mesa en esta enfermedad son innumerables, desde el punto de vista cognitivo es muy bueno, porque como tienes que tomar decisiones muy rápido, ataque, derecha, revés, casi no te da tiempo de pensar, a nosotros las órdenes que las neuronas te dan no nos llegan a tiempo, por lo que el pingpong nos ayuda muchísimo”. A los beneficios se le añadió algo que no se esperaba, tres preseas de oro como campeona del mundo.
La Federación Española de Tenis de Mesa puso en marcha hace meses esta iniciativa y se sorprendió con la acogida. Los 35 inscritos en la primera semana acabaron por ser 53 participantes. 48 palistas hombres y cinco mujeres que desde el Polideportivo Brianda de Mendoza de Guadalajara celebrarán el día mundial de su enfermedad ofreciendo todo un ejemplo de superación ante la adversidad. La iniciativa además de una competición deportiva tiene como objetivo la concienciación y el cambio social. El torneo, que es mixto por la poca participación femenina, está adaptado para ellos e incluso dentro de la normativa se contemplan veinte minutos para recuperarse de los famosos off.
Un hito
Cuando le preguntamos a Kuka por sus opciones dentro del campeonato, rápido responde con un sincero “ningunas”. “Me rompí la carrera hace poco, tengo mucho dolor, pero el primer campeonato de España no me lo podía perder, esto es un hito”.
Para ella la competición es casi la mejor parte. “Me gusta muchísimo, gane o pierda, pero me encanta sentir esa adrenalina”. Eso sí, que nadie le inste a moverse. “Cuando desde el banquillo oigo muévete me da mucha rabia, como si no quisiese yo. Para mí es la palabra prohibida”. Gane o pierda con la que seguro sí se identifica es con la de campeona.