Mayo de 2025. El Euríbor acaba de registrar su nivel más bajo desde hace tres años. Lo que hace no tanto parecía un imposible hoy es una realidad que se cuela en las revisiones hipotecarias de miles de familias. El índice de referencia más utilizado en las hipotecas variables ha bajado hasta el 2,084 %, una rebaja que, aunque parezca leve, supone un respiro de más de 130 euros al mes para quienes revisan su hipoteca anualmente. Hace justo un año, en mayo de 2024, el Euríbor rondaba el 3,68 %. La diferencia es de más de un punto y medio en apenas doce meses. Y eso, en una hipoteca media, se traduce en más de 1.500 euros al año.
Y, según apuntan desde Kelisto, Bankinter o CaixaBank Research, esto es solo el principio. La tendencia es clara. Si no ocurre una catástrofe económica internacional, el Euríbor cerrará 2025 en torno al 2% e incluso por debajo, en el escenario más optimista.
Con el Euríbor en caída libre y las hipotecas ganando oxígeno mes a mes, el escenario invita a replantear viejos hábitos. No hace tanto, cualquier ingreso extra se dirigía casi sin pensarlo a adelantar deuda, a recortar años, a aligerar cuotas. Pero el contexto ha cambiado. Empiezan a abrirse otras puertas, más ligadas a la rentabilidad que al alivio inmediato. Y ese ahorro que antes tenía un camino marcado ahora duda entre reducir carga o empezar a crecer por su cuenta.
Lo dicen las cifras y lo reconocen en voz baja incluso los más prudentes. El Banco Central Europeo (BCE) ya ha recortado tipos tres veces en menos de un año, la última en abril, y la hoja de ruta del mercado habla de hasta cuatro bajadas más antes de que termine 2025. Si esto se confirma, las hipotecas variables se van a seguir abaratando y las nuevas ofertas a tipo fijo o mixto serán mucho más atractivas.
Entonces, ¿merece la pena correr ahora y amortizar cuando el dinero es más barato que hace un año? Vamos a los números.
Amortizar puede costar dinero
Pongamos un ejemplo. Una hipoteca con 150.000 euros pendientes, a 20 años, con un diferencial del 0,9 % sobre el Euríbor actual. Eso nos da un tipo efectivo cercano al 3 %. La cuota se sitúa ligeramente por debajo de los 840 euros. Si alguien amortiza ahora 10.000 euros, podría reducir su plazo en casi dos años o rebajar la cuota unos 55 euros al mes. Nada mal, a primera vista. Pero hay un detalle que lo cambia todo. Esa amortización se haría en una fase del préstamo en la que ya se ha abonado la mayor parte de los intereses, porque así es como está estructurado el sistema francés. Lo que realmente se está reduciendo es capital, no intereses, y eso hace que el ahorro final sea bastante menor de lo que parece.
Letras, depósitos y fondos conservadores ganan terreno
Y mientras tanto, fuera del banco, hay opciones. Por ejemplo, las letras del Tesoro a 12 meses están ofreciendo rendimientos en torno al 2% para los inversores más conservadores. No son cifras para tirar cohetes, pero superan ya lo que muchos están pagando de tipo real por su hipoteca, especialmente si se confirma que el Euríbor sigue cayendo.
Para quienes buscan un poco más de rendimiento sin asumir riesgos excesivos, los depósitos a plazo fijo se presentan como una alternativa viable. Entidades como Banca March ofrecen depósitos a 6 meses con una TAE del 2,52%. Estos productos permiten a los ahorradores obtener una rentabilidad superior a la de las Letras del Tesoro, manteniendo un perfil de riesgo bajo.
Por otro lado, los bonos de España a 10 años presentan una rentabilidad en torno al 3,25%. Si bien implican un compromiso a más largo plazo, pueden ser adecuados para quienes buscan estabilidad y un rendimiento moderado en sus inversiones.
En cuanto a los fondos de inversión, los de perfil conservador han ganado popularidad en 2025, captando más de 12.000 millones de euros en lo que va del año, según Inverco. Estos fondos, que invierten principalmente en activos de renta fija, ofrecen una diversificación que puede resultar atractiva para quienes desean equilibrar riesgo y rentabilidad.
Para aquellos dispuestos a asumir un riesgo ligeramente mayor, los fondos indexados al MSCI World han mostrado una rentabilidad anualizada del 9,1% en los últimos años, según datos recogidos por HelpMyCash. Con una aportación mensual de 300 euros durante 20 años, el capital acumulado podría alcanzar aproximadamente los 193.900 euros. Frente a eso, amortizar una hipoteca al 3% suena cada vez más a una victoria menor.
Esto no significa que amortizar esté mal. Solo que tal vez haya dejado de ser el camino evidente. No es 2012, ni 2015, cuando el Euríbor estaba por los suelos, pero el acceso al crédito era casi un lujo. Hoy hay hipotecas a tipo fijo por debajo del 2,5 %. Los productos mixtos han vuelto con fuerza y los bancos compiten, otra vez, por ofrecer condiciones atractivas. Amortizar sin mirar lo que pasa alrededor es, como mínimo, poco prudente.