La Reina apoya el empoderamiento femenino de la producción de cacao

La Reina conoce de primera mano su poder transformador gracias a la Fundación Microfinanzas BBVA. Los microcréditos impulsan el cultivo de cacao y la salida de la pobreza de miles de familias

Foto de familia del acto “Semillas para un futuro sostenible”, presidido por S.M. la Reina. BBVA

El cultivo de cacao tiene gran poder transformador y facilita el empoderamiento de las mujeres, la creación de empleo y la disminución de la pobreza. Una realidad que la Reina apoyó ayer presidiendo el acto ‘Semillas para un futuro sostenible’ de la Fundación Microfinanzas BBVA: “Tres millones de personas en situación de vulnerabilidad, que progresan y consiguen formarse y que sus hijos e hijas tengan la oportunidad de estudiar gracias a los microcréditos de la Fundación Microfinanzas BBVA. No olvidemos que según Naciones Unidas las mipymes generan el 70% del empleo global”.

Entre otras iniciativas, la Fundación Microfinanzas de BBVA apoya a los productores de cacao de Colombia, República Dominicana y Panamá, que en estos países emplea directamente a más de 200.000 personas. Por su parte, Carlos Torres Vila, presidente de BBVA, afirmó que “si algo nos inspira es su voluntad, su determinación de llegar más lejos. Son un ejemplo para todos, de sacrificio, fortaleza y capacidad de salir adelante”.

“Hacer más”

La producción de cacao en sus países emplea directamente a más de 200.000 personas, empodera a las mujeres y ofrece oportunidades para el progreso educativo de las familias cacaoteras. La Reina pudo conocer de primera mano las historias personales que laten detrás de este fruto milenario gracias a los testimonios de tres cacaoteros de Colombia, Panamá y República Dominicana atendidos por las entidades de la FMBBVA. De familia cacaotera, la dominicana Ana Rodríguez lidera Las Productivas, una cooperativa creada tras el paso del huracán George en 1998: “Nos unimos para sobrevivir, pero con los años nos dimos cuenta de que podíamos hacer mucho más”, explicó.

Hoy, hacen bombones y mermeladas de cacao e impulsan y facilitan la participación de mujeres jóvenes en la industria. Sus productos se comercializan en tiendas locales, supermercados y en restaurantes de alta cocina, como los de la Chef Tita, lo que demuestra que el cacao es una herramienta de empoderamiento femenino y una oportunidad de empleo para jóvenes rurales. República Dominicana es líder en la producción y exportación de cacao orgánico, produce un 60% de la exportación mundial, según datos del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Más ejemplos

En Panamá, “el cacao es más que un cultivo: es una forma de vida que se ha transmitido de padres a hijos”, ha contado Constantino Blandford, que pertenece a la etnia Ngäbe Buglé, que utiliza técnicas ancestrales para producir cacao orgánico, lo que contribuye a preservar la biodiversidad y cuidar el medioambiente. En su intervención Jordi Roca, copropietario del Celler de Can Roca, anunció que visitará al emprendedor panameño de la FMBBVA, a quien podría fichar como proveedor de cacao. El cacao no solo tiene un sabor extraordinario; es una historia viva que conecta a comunidades enteras con el mundo”, afirmó.

Mi madre siempre decía que el chocolate era más que un dulce, era una oportunidad”, ha contado Marlon Ferreira, que a sus 29 años es el fundador de Maluwa Chocolate Company, una empresa premiada internacionalmente y cuyas tabletas de chocolate se venden en Colombia y Estados Unidos. Un éxito que no habría sido posible sin el cacao que compra a agricultores colombianos que, en muchos casos, han sustituido sus plantaciones de hoja de coca por el que llaman el “fruto de la paz”. Este cambio ha mejorado la economía local y está permitiendo construir un futuro más estable en el país.

Mipymes

Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) como las de estos emprendedores son pilares esenciales de la economía global. Representan el 90% de las empresas, generan el 70% del empleo mundial y aportan el 50% del PIB, según Naciones Unidas. En América Latina, donde las mipymes constituyen el 99% del tejido empresarial, su papel es clave para combatir la pobreza y la desigualdad. En este sentido, Javier M. Flores, director general de la FMBBVA, destacó que la labor de los pequeños emprendedores “es una semilla para el cambio económico y social porque cuando las pequeñas empresas prosperan, sus entornos también lo hacen y con ellos, la sociedad en su conjunto”.

Y aunque el trabajo de los emprendedores reduce la pobreza y la desigualdad en muchas regiones del mundo, se enfrentan a grandes desafíos, entre los que el presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, destacó el acceso a la financiación, la brecha digital y la adaptación al cambio climático. Torres Vila puso varios ejemplos de cómo está trabajando la FMBBVA para ayudarlos a mitigar el impacto del calentamiento global sobre sus negocios.

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