Las mujeres son las principales interesadas en la negociación del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Dos terceras partes de los ocupados que perciben este ingreso son mujeres, como reiteradamente señala Yolanda Díaz. La vicepresidenta ha hecho del SMI una cuestión de género. Pero las negociaciones para su revalorización son complejas. Los sindicatos CCOO y UGT exigen un alza superior a la propuesta por el Gobierno, mientras que las patronales advierten de los elevados costes empresariales, en un país dominado por pequeñas y medianas empresas (pymes).
En el fragor de la discusión, Artículo14 entrevista a Rosalía Vázquez-Álvarez, experta en salarios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), quien aporta una visión objetiva y global. Su perspectiva es especialmente relevante para las mujeres.
– Empecemos por entender la realidad salarial de las mujeres en España.
Las mujeres representan el 47,7% del total de los asalariados, pero este porcentaje aumenta al 60% entre los asalariados de ingreso bajo, es decir, aquellos que reciben menos del 50% de la mediana por hora trabajada. La sobrerrepresentación de la mujer en extremo inferior es más alta -cuatro puntos porcentuales más- que en otros países de alto ingreso. Son datos del último ‘Informe mundial sobre salarios 2024-2025 de la OIT’. Los trabajadores asalariados migrantes representan el 26% de los asalariados con bajos ingresos, pero son solamente el 17,6% del total de asalariados.
Cuidadoras
– ¿Por qué las mujeres son mayoría en los salarios más bajos?
En España, las mujeres son mayoría en el sector servicios y, sobre todo, en la economía relacionada con los cuidados. En estos trabajos, los salarios suelen ser muy bajos porque son sectores que están infravalorados socialmente. Dado que la mujer está sobrerrepresentada en estos sectores, su retribución suele estar por debajo de la media salarial.
– ¿Es la subida del SMI la clave para revertir esta situación?
El salario mínimo es uno de los instrumentos que más ayuda a reducir los bajos salarios en cualquier parte del mundo. Obviamente, un salario mínimo digno, es decir, que se acerque al 60% de la mediana o al 50% del promedio de la escala salarial, es eficaz para atajar los salarios más bajos. Pero la cuestión no es tanto crear un salario mínimo para los sectores menos valorizados, sino que haya una mejora de todos los salarios de las mujeres y hombres que trabajan en áreas mal pagadas, como los cuidados.

Yolanda Díaz interviene en el acto en el que recibe el III Informe de la Comisión Asesora para el SMI, en la sede del Ministerio.
Productividad
– ¿Cómo puede justificarse un alza más allá del salario mínimo?
Ante todo, a través de la creación de estadísticas, que permitan entender cuál es la diferencia entre la productividad de estos sectores mal pagados y sus salarios. Y luego con una negociación colectiva constructiva que permita que los agentes sociales creen un marco donde el crecimiento de los salarios en estos sectores sea una realidad. Las retribuciones bajas están asociadas a sectores infravalorados socialmente, como los cuidados.
Es necesario entender cuál es el valor de estos sectores para el conjunto de la economía. ¿Qué pasaría si no hubiera personas disponibles para cuidar de los ancianos, de los niños, de los enfermos? ¿Qué impacto tendría esto en la economía? Si tuviésemos datos fiables y robustos para entender cuál es el valor de estos de estos sectores, podríamos evidenciar la urgencia de mejorar su remuneración según la escala salarial del país.
– ¿Qué impacto tendría para las mujeres?
Dos consideraciones previas. España es uno de los países avanzados que más envejece. Es decir, va a haber un aumento de la demanda de estos trabajos porque el número de personas que van a necesitar cuidados crecerá. Hay que apostar por mejorar la cualificación de los trabajadores, no solo para que puedan realizar bien sus tareas, sino para que puedan estar bien remunerados. Además, serán quienes coticen a la Seguridad Social y por lo tanto los que van a marcar las pensiones en el futuro.
Ello beneficiará especialmente a las mujeres, que ocupan estos trabajos y, a veces, de manera irregular. A pesar de que son empleos esenciales, estos representan una de las pocas salidas laborales para las mujeres inmigrantes. No solo en España, sino en toda Europa, las mujeres migrantes suelen ocupar estos trabajos sumergidos y mal pagados. La diferencia es que en la UE no se mide estadísticamente el empleo irregular.

Una persona de la tercera edad recibe ayuda.
OIT
– ¿Cómo se va a abordar desde la Organización Internacional del Trabajo?
En España, las mujeres están sobrerrepresentadas en sectores altamente femeninos, donde la remuneración no refleja el valor que aportan al conjunto de la sociedad. Esto es algo que vamos a medir desde la OIT en un futuro bastante cercano. Nuestro objetivo será analizar cuál es el valor añadido de las empleadas domésticas, intentando ver cuál sería el impacto si de repente no existiera.
– ¿Hay algo que puedan hacer los hombres?
Además de la formación, una cuestión importante es que los hombres se impliquen en estos trabajos de cuidado. Los empleos con una mayor representación de hombres tienen una percepción social de mayor valor añadido. Los estudios demuestran que cuando los hombres entran en en sectores tradicionalmente femeninos comienzan a aumentar los salarios de forma real. Esto se comprobado en países donde ha aumentado la proporción de enfermeros, lo que ha elevado el salario medio de estos profesionales por el cambio en la percepción del sector.