Da igual el puesto que ocupe una mujer y en qué sector trabaje. En todas ocupaciones, las mujeres tuvieron un salario inferior al de los hombres. ¿Cuánto? De media, por cada euro que gana un hombre, una mujer percibe 84 céntimos. La brecha salarial se sitúa próxima al 16% y conseguir el equilibrio retributivo requerirá más de una década. Eso, siempre y cuando se mantenga la subida salarial de las mujeres del 5,1%, por encima del 3,4%, según refleja la Encuesta Anual de Estructura Salarial correspondiente a 2023, con datos definitivos, publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En conjunto, el salario medio bruto anual en España fue en 2023 de 28.049,94 euros, un 4,1% más que el año anterior. Para UGT, se trata de un dato positivo ya que permitió seguir ganando medio punto de poder de compra dado que ese año el IPC creció un 3,6%. No obstante, el sesgo de género refleja que, de media, las mujeres percibieron unos ingresos de 25.591,31 euros anuales, frente a los 30.372,49 euros de sus compañeros varones. En términos absolutos, la diferencia salarial se situó en 4.781 euros. El INE aclara que esta brecha debe entenderse teniendo en cuenta variables como el tipo de jornada, la ocupación o la antigüedad, que inciden directamente en la retribución.
El salario más frecuente es bajo
“Los salarios en España siguen siendo bajos en términos relativos”, señala UGT. En este sentido, recuerda que la retribución más frecuente fue de 15.575 euros, una cifra muy próxima al salario mínimo interprofesional, que se situó ese año en 15.120 euros. Es decir, poco más de la mitad (55,5%) del salario medio, que se sitúa en 28.050 euros.

Esta diferencia se explica porque el salario medio —una media aritmética— se ve influido al alza por los sueldos más altos, aunque estos no sean mayoritarios. En cambio, el salario más frecuente es el que percibe el mayor número de personas. Como señala el INE, “figuran muchos más trabajadores en los valores bajos que en los sueldos más elevados”, lo que explica por qué el salario medio está por encima tanto del mediano como del más habitual.
Brecha salarial
“La brecha sigue siendo elevada, puesto que el salario medio de las mujeres tendría que aumentar un 18,7% para igualarse al de los hombres”, advierte UGT. Como refleja el INE, la brecha salarial se detecta en todas las posiciones y ocupaciones. Sin embargo, cuanto más inferior es el nivel de ocupación, mayor es la brecha. De esta forma, en el grupo de directivas y gerentes, las mujeres cobraron 54.003 euros, lo que supone un 22% menos frente a los hombres (65.870 euros). En el polo opuesto, en el caso de trabajadores no cualificados en el sector servicios, sin incluir el transporte, la diferencia supera diez puntos porcentuales: ellas perciben una media de 13.933 euros frente a los 18.601 euros de los hombres.
Según destaca a Artículo14 Begoña García Gil, doctora y profesora del área Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), en función de la ocupación hay brechas especialmente amplias, superiores al 20%. Además de la referida al sector servicios, señala los servicios de salud. En este, las mujeres cobran de media 17.609 euros, frente a los 22.421 euros de los hombres. Ocurre algo parecido en la industria manufacturera cualificada o en los operadores de maquinaria. A su vez, las menores diferencias (menos del 10%) se dan en el ámbito técnico y científico: el salario medio fue de 37.939 euros para ellas y 41.035 euros para ellos.
Hostelería

El patrón se repite por sectores. En hostelería, uno de los más precarizados, el salario medio femenino fue de 15.676 euros, frente a los 18.701 euros de los hombres. En actividades financieras, las cifras fueron 44.032 euros frente a 55.402 euros. Y en sanidad, 29.198 euros frente a 38.317 euros. “En todas las actividades económicas en las que la representación muestral femenina es significativa, las mujeres tuvieron un salario inferior al de los hombres”, constata el INE.
“Un aspecto muy importante que marca la brecha salarial de género en España es que nuestro mercado de trabajo está ya segmentado. Es decir, tenemos profesiones muy masculinizadas, que coincide con profesiones mejor pagadas y profesiones muy feminizadas, que son profesiones peor remuneradas. Probablemente porque en las primeras se entiende que las personas que trabajan en esos sectores precisan mayor formación y a mayor formación mayor salario”, señala García Gil. En este sentido, alude como ejemplo a un estudio de ingeniería, una profesión principalmente masculinizada que además abona salarios muy superiores, frente a otras profesiones feminizadas, como la limpieza.
Cómo cerrar la brecha
“La medida clave para reducir la brecha de género salarial es la transparencia retributiva prevista en la Directiva 2023/970, que entre sus principales funciones se encuentra ser una medida eficaz para cerrar la brecha”, destaca García Gil. Esta norma pendiente de transposición en España revolucionará el mercado de empleo y elevará las exigencias de información de las empresas. Para la experta, será clave valorar objetivamente los puestos de trabajo. “Si se utilizan sistemas neutros para determinar los factores por los que se contrata o se seleccionan las personas trabajadoras, por ejemplo, responsabilidad, impacto, competencias,… se reducen los sesgos discriminatorios para la mujer y se contribuir a que los salarios sean más equitativos”, puntualiza.
No es la única medida. “Los permisos equilibrados entre hombres y mujeres para la conciliación y la corresponsabilidad familiar son determinantes”, recuerda García Gil. Las mujeres tienen en general, menores salarios porque muchas veces se ven obligadas renunciar a ascensos para atender las responsabilidades familiares o del cuidado. Las recetas de UGT pasan, además de por implementar medidas que ayuden a facilitar la conciliación laboral, fomentar la participación de las mujeres en carreras universitarias relacionadas con las ciencias y tecnologías y mejorar las retribuciones en aquellos sectores más feminizados. Todo ello dirigido a eliminar el techo de cristal al que aún se ven sometidas las mujeres.