En el norte de Tenerife se encuentra San Cristóbal de La Laguna, una ciudad única por su historia, su trazado urbano y su patrimonio cultural. Fundada tras una batalla decisiva entre las tropas castellanas y los guanches, no solo fue la primera capital de la isla, sino que también llegó a estar en la carrera para convertirse en la capital del país. Desde 1999, ostenta el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su modelo de ciudad colonial sin murallas, su rica arquitectura religiosa y civil, y su ambiente universitario.

Un origen entre aguas y batallas
La historia de La Laguna comienza en 1494, tras la conquista liderada por Alonso Fernández de Lugo. Luego de una sangrienta derrota ante los guanches en La Matanza, los castellanos regresaron mejor preparados. La batalla definitiva tuvo lugar en los alrededores de la laguna de Aguere, donde cayó el mencey Bencomo junto a miles de guerreros indígenas. Fue en ese mismo lugar donde se decidió fundar una ciudad, segura y alejada del mar, libre de ataques corsarios.
La primitiva Villa de Arriba, surgida en torno a la iglesia de La Concepción, fue el germen de lo que se convertiría en una ciudad castellana con un trazado urbano pionero en América. Concedido el título de ciudad en 1510, se convirtió en la residencia del Adelantado y su linaje, lo que le valió el sobrenombre de “Villa de los Adelantados”.
El sueño de ser capital del país
La importancia de La Laguna fue en aumento. En el siglo XVIII ya contaba con instituciones educativas, una vibrante vida cultural y la sede de la Capitanía General de Canarias. En 1810, durante la invasión napoleónica, las Cortes de Cádiz llegaron a considerar seriamente trasladar la capital del Reino a Canarias. La ciudad tinerfeña fue señalada como destino, y la Junta Suprema llegó a reunirse en sus jardines para preparar el hipotético traslado del Gobierno central. Aunque finalmente no se llevó a cabo, el episodio quedó marcado en su historia con una plaza y un monolito conmemorativos.
Centro cultural, espiritual y universitario de Canarias
Durante los siglos posteriores, La Laguna consolidó su papel como centro religioso e intelectual. Fue sede de la primera diócesis del occidente canario y vio nacer la Universidad de La Laguna, hoy una de las más prestigiosas del país. Iglesias, conventos, palacios y casas señoriales convierten su casco histórico en una verdadera lección de historia viva.
Entre sus joyas destacan la Catedral de los Remedios, la iglesia de La Concepción, el Real Santuario del Cristo, la Plaza del Adelantado o la Casa de los Capitanes Generales. Pasear por sus calles empedradas es recorrer siglos de historia, con arquitectura que mezcla lo mudéjar, barroco, neoclásico y tradicional canario.
Patrimonio Mundial desde 1999
Su conservación ejemplar y la armonía de su trazado urbano, que inspiró a muchas ciudades fundadas en América, le valieron en 1999 el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO. La Laguna es la única ciudad de Canarias con este título.
Pero la influencia de San Cristóbal de La Laguna se extiende a sus alrededores: desde el verde Parque Rural de Anaga hasta enclaves arqueológicos guanches como el Barranco de Agua de Dios o la pintoresca costa de La Barranquera. La zona también es conocida por celebraciones tradicionales como los Corazones de Tejina, y por su implicación en la conservación del medioambiente.