Las Islas Baleares están viviendo un buen momento. Tras años sin un rumbo claro, los nuevos vientos están cobrando un protagonismo cultural sin precedentes que se han visto acentuados durante las últimas semanas. Impulsadas por eventos de gran calado como el Mallorca Live Festival y la pasarela Adlib 2025, vivimos un momento de efervescencia creativa, social y sostenible que merece ser celebrado y analizado. Habiendo nacido en Palma de Mallorca y viendo cómo cada vez más estamos perdiendo todo tipo de identidad, les diré que es un soplo de esperanza ver cómo las islas parecen estar dispuestas a ir esquivando ahora los estereotipos de turismo de sol y playa, avanzado hacia una identidad cultural sólida, diversa y vanguardista. Hoy se lo cuento desde un punto de vista personal, de opinión, con eventos que he podido vivir de primera mano y tener la suerte de haber sido participe de ellos.
Mallorca Live Festival: innovación con propósito
El reciente Mallorca Live Festival ha sido un vivo ejemplo de evolución e innovación en el panorama musical europeo nacido en las islas. Un cartel cargado de artistas de primer nivel, donde ademas, por primera vez, se ha desplegado un escenario ideado por el diseñador Pablo Erroz. Y como el mismo está hecho por un servidor, al cual emocionó la idea de intervenir el mismo cuando vino propuesta por parte del Goib y el propio director del Mallorca Live, extraigo algunas palabras de otros medios que se han hecho eco de la noticia, parece que con una buena acogida: “Su propuesta escenográfica, basada en la integración con el entorno natural, materiales reciclados y una estética minimalista pero cargada de emoción, no solo ha sido un deleite visual: ha sido un manifiesto de sostenibilidad arquitectónica.”
Volviendo al cartel, es abundante la presencia de nombres como Naty Peluso, Rigoberta Bandini, Massive Attack, entre otros, lo que ha contribuido a elevar el nivel artístico y atraer público internacional. Pero lo más notable ha sido la apuesta por la sostenibilidad: paneles solares para generación energética, politicas de reducción de residuos en backstage, gestión circular de residuos y transporte compartido para equipos y asistentes. Con ello, Mallorca deja de ser solo un lugar de conciertos veraniegos y se posiciona como referente de festival responsable y comprometido con el medioambiente.
Adlib 2025: Ibiza como epicentro estilístico
Una de las novedades de esta temporada ha sido mi participación como presidente del jurado en Adlib 2025, una experiencia vibrante y reveladora. Adlib es la pasarela de moda, probablemente con mayor denominación local, que marca el pulso del diseño de la isla: una síntesis de tradición, artesanía y moda contemporánea. Esta edición ha consolidado aún más su carácter único, colocándose por derecho propio como un referente de la moda mediterránea ibicenca.
La paleta cromática inspirada en los blancos puros, los tejidos naturales trabajados al más puro estilo artesanal y las siluetas fluidas han sido el hilo conductor de una pasarela que evoca la luz y la libertad ibicencas. Y es que Adlib no es solo una pasarela, sino un vehículo de proyección de valores: consumo responsable, apoyo a la producción local e historia de la isla, valorización del patrimonio textil y fomento de una industria creativa sostenible. En este sentido, la pasarela se convierte en plataforma de supervivencia del oficio y empoderamiento de los artesanos insulares, enlazando pasado y futuro. Bravo María Fajarnés por tu empeño en seguir apostando todo por esta pasarela desde una visión cualitativa y energéticamente renovada.
Palma, nueva capital cultural europea
Del ritmo de los festivales móviles y la creatividad en las pasarelas, pasamos al dinamismo urbano de Palma, que está asumiendo el rol de aspirar a ser capital cultural europea en 2030. No hablamos solo de centros expositivos como Es Baluard, la fundación Miró o Caixaforum, sino de una ciudad viva, que respira cultura desde los barrios, colmados de galerías emergentes, literatura, cine y música en directo. El nuevo equipo de gobierno municipal ha puesto en marcha una política clara: mirar la cultura como eje vertebrador y motor de desarrollo sostenible.
Así, se han impulsado subvenciones a sellos discográficos locales, ayudas a proyectos cinematográficos autónomos, microfinanciación para editoriales emergentes, y se han lanzado convocatorias a creadores. Además, se está trabajando mano a mano con gremios profesionales para reactivar oficios tradicionales —como cerámica, textiles y gastronomía de kilómetro cero— ligados a la identidad isleña. En unos días además, tendrá lugar la próxima edición de Atlántida Film Fest, capitaneando por Jaume Ripoll, con la presencia, un año más de SM La Reina Letizia en su acto de clausura, al cual acompañará también la posterior recepción de SSMM en el Palacio de Marivent. Todo un hito para Mallorca un año más.
Sostenibilidad: eje del nuevo crecimiento insular
El horizonte de las Islas Baleares, cuyo gobierno está presidido por Marga Prohens, ya no se mide solo en ocupación turística o PIB estival. Hay una nueva hoja de ruta que prioriza la sostenibilidad en múltiples esferas: energética, medioambiental, económica y cultural. Los festivales y eventos no pueden venir de visita sin dejar legado. Mallorca Live va más allá del cartel de artistas, y Adlib entiende que diseñar moda significa pensar también en materiales, personas y entorno.
Por su parte, los ayuntamientos y la comunidad insular respaldan estas iniciativas reconociendo que ese crecimiento es genuino, inclusivo y regenerador. Y que la colaboración público-privada es clave funciona como motor impulsor del cambio entre sector estratégicos como el cultural y el empresarial. No se trata de “más” sino de “mejor”: gestión del agua, reciclaje eficiente, movilidad sostenible. Una desescalada del turismo convencional para dar paso a una nueva forma de vivir y recibir, donde cada euro circula en la economía local, y cada proyecto cultural suma identidad y proyección internacional.
Tenemos un archipiélago dispuesto a recuperar la alegría, enfocado en hacer las cosas diferentes. Las islas han encontrado una vía de progreso que conecta sus raíces —la artesanía, las historias, el paisaje— con la modernidad y la conciencia ecológica. Celebremos este renacer: un punto de inflexión hacia una forma de vivir y crear que pasa por respetar nuestro entorno, impulsar lo local y aspirar a un poso cultural que nos defina. Estos desarrollos demuestran que las Baleares pueden y deben ser mucho más que sol y playa: un motor de creatividad y regeneración para todo el Mediterráneo. Más que sol y playa: las Islas Baleares lideran una revolución cultural con alma y propósito.