REALEZA

Eugenia de Hannover, la sobrina de Carolina de Mónaco que desfiló para Dior y estudia Medicina

Su lugar no parece estar en los salones de gala, sino en los laboratorios de un hospital

Eugenia de Hannover

La nobleza europea siempre ha sido una fábrica de personajes fascinantes, a veces por la extravagancia, otras por el peso de la historia, y en algunos casos, por la determinación de escribir su propia narrativa al margen de las expectativas. Eugenia de Hannover, bisnieta del último emperador de Alemania, y sobrina de Ernest de Hannover, tiene todo lo anterior, pero con un añadido inesperado: su lugar no parece estar en los salones de gala, sino en los laboratorios de un hospital.

Hija del príncipe Heinrich de Hannover y la condesa Thyra von Westernhagen, nació en 1997 y creció entre los ecos de una familia con siglos de linaje y escándalos en la mochila. Su apellido pesa como un lingote de oro en la historia de Europa, pero ella parece haber decidido que el futuro se escribe con bisturí y microscopio.

Si uno bucea en la historia de los Hannover, se encuentra con tramas que van desde disputas dinásticas hasta banquetes interminables en castillos medievales. Ella, sin embargo, ha cambiado los palacios por la discreción de las universidades. Podría haber optado por seguir la estela de muchas de sus primas, como la princesa Alexandra de Hannover, quien ha encontrado su sitio en el mundo de la alta costura, pero prefirió otro camino.

Desde muy joven fue fichada por la agencia Modelwerk y desfiló en Berlín para firmas como Dior, Chanel y Louis Vuitton. La industria de la moda, siempre sedienta de apellidos ilustres, la acogió con los brazos abiertos. Su perfil era impecable: alta, estilizada, con rasgos que recuerdan a la aristocracia alemana más pura. Sin embargo, y a diferencia de otras royals que han convertido la moda en su plataforma principal, Eugenia de Hannover parecía estar de paso. A los 19 años tomó una decisión que la alejaba del mundo de los focos: estudiar Medicina.

Entre los desfiles de París y los pasillos de la universidad

Eso no significa que haya renunciado completamente a su herencia. Su presencia en la reciente semana de la alta costura de París la devolvió al centro de la escena aristocrática. Sentada en la primera fila del desfile de Giambattista Valli junto a su prima Alexandra, Eugenia dejó claro que su relación con la moda sigue viva, aunque ahora parezca más un hobbie que una carrera.

A diferencia de muchas celebrities que usan Instagram como un escaparate de su vida de lujo, el perfil de Eugenia refleja más inquietudes personales que ostentación. Hay fotos de viajes a Austria, Seúl y Monte Carlo, imágenes de paisajes que parecen postales y una sensación de libertad que choca con la rigidez de la educación aristocrática. Si hay algo que sugiere su cuenta es que el apellido no le ha dado todo hecho, que su vida está en constante movimiento, explorando tanto el mundo como sus propias posibilidades.

Eugenia de Hannover es la última prueba de que la realeza europea ya no es lo que solía ser. No es la princesa de cuento que busca una boda mediática ni la influencer aristocrática que convierte su linaje en una marca personal. Es una mujer que, con un apellido de siglos a sus espaldas, ha decidido que lo importante no es de dónde vienes, sino lo que haces con ello.

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