Cuando se cumple un año de su investidura, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha empezado a trasladar sus dudas sobre su futuro político a empresarios del IBEX. En las últimas semanas ha habido contactos con los máximos responsables de las empresas españolas a cuenta de la reforma fiscal que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha intentado sin éxito sacar adelante en el Congreso ante la negativa de sus socios.
Han sido días de conversaciones con los popes de la banca y las energéticas en las que, según han revelado a Artículo14 algunos de los protagonistas, Sánchez ha hecho llegar que no tiene intención de repetir como candidato del PSOE cuando convoque a las urnas. El presidente está, según las mismas fuentes, “preocupado” por el horizonte judicial de su esposa, Begoña Gómez, investigada por apropiación indebida, intrusismo profesional, tráfico de influencias y corrupción en los negocios.
“Quiere sacarla del foco”, asegura uno de los empresarios que ha hablado con el presidente, quien en privado denuncia también la “campaña de acoso” de la “ultraderecha” a su familia. Sánchez da por hecho que el juez Juan Carlos Peinado estirará durante el caso el año y medio que le queda para jubilarse.
La gran incógnita es el calendario de retirada del presidente. Desde su equipo más cercano se insiste en que su intención es agotar la legislatura “con o sin Presupuestos”, pero tras la tragedia de Valencia han surgido voces que le susurran sobre la “ventana de oportunidad” que sería llamar a los españoles a las urnas el próximo año con un PP vapuleado por los errores de Carlos Mazón en la gestión de la catástrofe.
El CIS de Tezanos
En Moncloa la maquinaria electoral siempre está en marcha. José Luis Tezanos publicará hoy su último barómetro de intención de voto. Entre septiembre y principios de octubre, el CIS ha realizado 21.477 entrevistas en las que preguntó a los españoles por la papeleta que escogerían. La última encuesta daba la victoria al PSOE con un 34% de los votos frente al 31% que obtendría el PP. Se espera que en la que se dé a conocer esta mañana bajen ambos partidos y suban Vox y Podemos, a los que en octubre otorgó un 11,8% y un 3,3% respectivamente. También se medirá el impacto del “caso Errejón” en Sumar.
A Génova también ha llegado la teoría de la “ventana de oportunidad” y hay nervios. Hasta la DANA, Alberto Núñez Feijóo, daba por hecho que Sánchez estaba dispuesto a estirar al máximo la legislatura. En las últimas semanas se ha contemplado la opción de que el PSOE aproveche el agujero electoral en un bastión como la Comunidad Valenciana y el viento a favor para los de Santiago Abascal que pueden suponer los aires ultra de Donald Trump. En el PP preocupa que Vox vuelva a tomar oxígeno cuando empezaba a dar síntomas de fatiga.
Al margen de cábalas, los hechos reflejan el momento actual de debilidad parlamentaria del presidente del Gobierno. La imposibilidad de sacar adelante con los socios de investidura la reforma fiscal augura las dificultades de cara a aprobar el techo de gasto y los Presupuestos.
Puigdemont habla con los empresarios
Moncloa confiaba en que tras el congreso de Junts, que ha coronado a Carles Puigdemont, y el de ERC, que se celebrará el 30 de noviembre, los independentistas catalanes levantasen el veto a los Presupuestos. Lo que llega de Waterloo no invita al optimismo. El prófugo es cada vez más exigente en sus demandas para dar luz verdes a las cuentas, según lo que ha venido trasladando a su “único interlocutor válido”, José Luis Rodríguez Zapatero.
Puigdemont se siente reforzado y ha estado llevando en primera persona las conversaciones con los CEO de las grandes empresas sobre la postura de Junts en la reforma fiscal. El expresident de la Generalitat exprimirá al máximo su papel de muleta de Sánchez tras constatar mediante emisarios en Bruselas que el PP no cederá a sus condiciones para una moción de censura. El presidente del Gobierno decidirá cómo y cuándo se va.