MUJER DE LA SEMANA
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Montero en Siberia

María Jesús Montero tiene toda la razón del mundo en el tema este de la subida de la SMI. Otra cosa es que el supuesto mérito del Gobierno sea un indicador de éxito: que haya casi 2,5 millones de españolitos percibiendo esta remuneración demuestra que la economía patria, allende lo macro, camina flaca y amarilla. La viseprecidenta primera acierta cuando dice que, al tratarse de un “sueldo digno”, “hay que equiparar tanto en derechos como en deberes”. El Artículo 31.1 de la Constitución lo deja clarinete: “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio”. Lo demás, o sea, lo de Sumar y PP, y utilizando la expresión de la también ministra de Hacienda, es “populismo fiscal”.

En la sesión de control del pasado miércoles, la oposición hurgó en el enfrentamiento entre Montero y Díaz. Mientras la vicepresidenta primera respondía a siete preguntas parlamentarias, la vicepresidenta segunda hizo un vasto ejercicio de mímica facial, expresando sorpresa, desacuerdo e incredulidad. La ministra de Hacienda mintió descaradamente negando las subidas de impuestos de su Gobierno y, como agotada, cometió un par de lapsus, llegando a llamar “Gamarra” a la líder nominal de Podemos, Ione Belarra.

María Jesús Montero interviene durante la sesión de control al Gobierno este miércoles en el Congreso de Diputados.

Sucedió algo interesante en el hemiciclo: el único diputado que desquició a Montero fue Elías Bendodo. El popular sacó a relucir su marcha a Andalucía, donde tiene “una rebelión a bordo en casi todas las provincias” y “están echando de menos a Susana Díaz”. La ministra, efervescente, le puso de machista y paternalista perdido. Por qué sería.

Recordemos que, cuando la reclusión romántica y epistolar de Sánchez, algunos medios apuntaron a Montero como el relevo “natural e inmediato” del macho alfa socialista. La visepreci, si bien no movió ficha, se dejó querer. El auténtico líder de Podemos, Pablo Iglesias, al que se le está truncando a velocidad de crucero su segunda venida –por un lado, ha sido denunciado este viernes por acoso laboral; por otro, está por ver cómo le afectará el estallido del caso Monedero–, un tipo vanidoso, pero listo, la clavó en TV3 cuando echaba a andar el 2025: “Si Sánchez se va, ¿quiénes competirían en unas primarias del PSOE? Una vez exiliada Montero en la Siberia andaluza (por haberse precipitado cuando Sánchez amagó con irse), quedan Óscar Puente y Salvador Illa”. Nihil obstat.

Las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz en la presentación de ‘La conquista de la Democracia’, nueva serie documental producida por RTVE y Tevescop, este lunes en el Teatro Monumental de Madrid.

Montero sella su ascenso definitivo a los cielos del socialismo andaluz en el XV Congreso Regional, celebrado en el Palacio de Congresos de Armilla (Granada). Tiene como misión dar vida a un partido que tose sangre, con sus cotas más bajas de poder y que pretende desbancar al ínclito Juanma Moreno, recientemente nombrado presidente del Comité de las Regiones de la UE y quien, en la intimidad, sueña con suceder a Feijóo en Génova 13. La arroparán Zapatero, Chaves, varios ministros y –la duda ofende– Sánchez. La aventura de ser cola de león en Despeñaperros p’abajo no será fácil.