Salud

Parir en casa, el nuevo culto obstétrico

Influencers y famosas están animando a las mujeres embarazadas a dar a luz en el propio domicilio como una experiencia íntima y respetuosa. Analizamos sus riesgos con ginecólogas y obstetras

Fragmentos de mujer
Fotograma de Fragmentos de mujer, película dirigida por Kornél Mundruczó

Dicen los entusiastas del parto en casa que unas pocas décadas no son nada frente a siglos en los que los nacimientos ocurrieron sin la asistencia médica moderna. Es verdad que parir es un proceso natural y fisiológico que culmina de manera espontánea la gestación, pero se olvidan de un detalle sustancial: la mortalidad materna y perinatal.

Las mejoras en la atención sanitaria, que incluyen el acceso universal a cuidados prenatales, de parto y posnatales de calidad, redujeron las tasas a nivel global un 40% solo en las dos últimas décadas, según la OMS. Si miramos un poco más atrás, el parto hospitalario supuso una revolución en la salud reproductiva en cuanto a la reducción drástica de la mortalidad y la mejora general en la salud de las mujeres y sus bebés. En los primeros años del siglo XX, la tasa de mortalidad materna en España era muy elevada, alcanzando cifras de hasta 20 muertes por cada 1.000 nacidos vivos. A medida que los partos se trasladaron a los hospitales y mejoró la atención obstétrica, esta cifra descendió progresivamente hasta situarse en 3,6muertes por 100.000 nacidos en la década de 2000 (una de las más bajas de Europa).

Falsas comadronas que van por libre

En Estados Unidos, sin sanidad pública universal y donde el acceso a la atención prenatal y al parto depende de los seguros privados, está tomando fuerza una legión de gurús similares a las fundadoras del Free Birth Society (Sociedad del Parto Libre), que promueven ideas dogmáticas que contradicen cualquier evidencia científica. Menosprecian la medicina, las ecografías, los controles prenatales y los planes de emergencia. Su rechazo absoluto a cualquier tipo de intervención médica, incluso en situaciones de emergencia, ha llevado a múltiples casos de muerte fetal y neonatal documentados. ¿Podría haber gurús similares en España? Lo inquietante es que, cuando salen a la luz, ya acumulan varias tragedias.

Desde una cultura muy visual y de la mano de las redes sociales, influencers, actrices y otras figuras públicas están creando una especie de nuevo culto obstétrico que ensalza e idealiza el parto en casa simplificando el proceso a una experiencia natural y confiando en la buena voluntad de la naturaleza. Descuidan advertir que, a veces, la biología toma un desvío inesperado. La doctora Marta Suárez, ginecóloga, nos recuerda algunas de las formas que puede tomar ese camino inesperado: “atonía uterina, hemorragias graves que precisen de intervención urgente, desgarros, infecciones, distocia de hombros, parálisis braqueal y distrés respiratorio del recién nacido, pérdida del bienestar fetal … Son algunas de las complicaciones más comunes que no pueden resolverse en el domicilio sin profesionales adecuados, sin la monitorización adecuada, sin quirófanos, sin neonatólogos, sin recursos necesarios”.

A Baby Story, un documental en el que varias parejas comparten sus experiencias

Según un estudio de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), tras el parto en casa, un 17% de las madres tuvieron que ser trasladadas al centro hospitalario por desgarros de alto grado, un 55% por distrés neonatal y un 5,9% de ellos por una hemorragia postparto. Mientras, las devotas del parto en casa narran e incluso retransmiten minuto a minuto su experiencia envolviéndola en una estética muy cuidada. Piscinas hinchables, colores pastel, velas, música celestial, luz cálida, abrazos… Todo muy “íntimo”, “empoderador”, “auténtico” y “aspiracional”, según se lee en sus publicaciones.

Un derecho reconocido, pero costoso

Parir en casa es legal, aunque en España no está cubierto por la Seguridad Social, lo que implica un desembolso en torno a los 2.000 y 4.000 euros. Menos del 0,32% de los nacimientos siguen esta opción, según el Instituto Nacional de Estadística. Equivale a poco más de un millar de partos anuales en todo el país. Es un derecho reconocido por la OMS, así como por diferentes sociedades científicas, siempre que se cumplan ciertos requisitos que garanticen la seguridad de la madre y del bebé: selección estricta de casos, formación de las matronas o los protocolos de transferencia rápida al hospital.

Estudios en países como Australia, Holanda y Reino Unido muestran que el parto en casa puede aportar ventajas para la madre y el recién nacido, pero es necesario que se dote de los suficientes medios materiales, que sea atendido por profesionales formados y acreditados, y que se encuentre perfectamente coordinado con las unidades de obstetricia y neonatología hospitalarias, para poder garantizar su seguridad. Según una investigación de neonatólogos españoles, no hay suficientes datos de seguridad ni evidencia científica que avalen el parto domiciliario en la actualidad. “Con la actual estructura sanitaria en nuestro país, no se puede recomendar el parto domiciliario en España”. Las asociaciones españolas, como la FAME, recomiendan que solo se realice en embarazos de bajo riesgo y siempre con la asistencia de matronas cualificadas, planes de emergencia y la posibilidad de derivación a hospital si es necesario.

Por tanto, cuando las influencers deciden compartir sus partos, el problema no es la exhibición, sino esa ilusión de nacimiento ritual controlado e idílico que amplifican las redes sociales. Lo delicado es también tratar de crear doctrina confundiendo medicina y respuestas rápidas con patología. Sus argumentos no le valen a la doctora Suárez, que nos recuerda que también la Obstetricia y la Ginecología han evolucionado con los años, de manera que, además de aplicar sus conocimientos médicos, “favorecen la autonomía de la mujer y su bienestar físico y emocional. En general, el parto, como cualquier atención ginecológica, se atiende desde el respeto y con un trato humano. De hecho, la gran mayoría de las ginecólogas y las obstetras somos mujeres”.

Razones para dar a luz en casa

Susana Pérez, médico especialista en Ginecología y Obstetricia, encuentra que en este fenómeno confluyen diferentes causas, muchas de ellas más sociales que clínicas. En primer lugar, la percepción de medicalización excesiva del parto hospitalario. “En algunos entornos, las tasas de intervenciones (inducciones, cesáreas, episiotomías) superan lo recomendado por organismos internacionales, lo que genera desconfianza o sensación de pérdida de control en las mujeres”.

Por otra parte, la búsqueda de un parto más respetado. “Muchas mujeres desean un acompañamiento continuo, libertad de movimiento, menos intervenciones y un trato más cercano. Cuando esa expectativa no se cumple en el hospital, algunas lo buscan fuera de él”. En su opinión, la pandemia generó un aumento puntual de partos en casa por miedo a acudir al hospital o por restricciones en acompañantes. “Y esa inercia ha continuado, alimentada por comunidades que comparten experiencias y recursos”.

La doctora no se olvida del influjo de las redes sociales. ”Los relatos positivos de partos en casa circulan con gran fuerza, mientras que los eventos adversos -menos frecuentes, pero reales- suelen ser menos visibles”. Todo ello refleja a su juicio, una realidad clara: “Hay aspectos de la atención hospitalaria que deben seguir mejorando. El objetivo no debería ser trasladar el parto al domicilio, sino conseguir entornos hospitalarios que combinen seguridad con respeto, acompañamiento y mínima intervención cuando sea posible”.

 

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