SEX O NO SEX

¿Quién desea un amante “golden retriever”? Taylor Swift lo tiene y no le va mal

Travis Kelce es un hombre de apariencia robusta pero su romántico beso en la final de la Super Bowl derritió a todos los presentes

Taylor Swift - Cultura

Taylor Swift posa ante los medios de comunicación en una alfombra roja EFE

Un golden retriever siempre tiene ganas de agradar. Es obediente, juguetón, cariñoso y de temperamento apacible. Tiene fama de activo y trabajador, no ladra mucho y disfruta de un cuerpo perfectamente equilibrado. ¿A quién no le gustaría tener un amante -humano, claro está- lo más parecido a esta raza canina? No será difícil acostumbrarse a su dermis peluda, aunque quizá eso de que te alcance las zapatillas acabe resultando demasiado empalagoso.

Taylor Swift ha encontrado el equivalente humano del golden retriever en su último novio, la estrella de fútbol americano Travis Kelce. Este hombretón de apariencia robusta no encaja, en cuanto a personalidad, en el estereotipo de jugador de esta modalidad deportiva, a pesar de ser uno de los mejores en el terreno de juego. Su romántico beso en la final de la Super Bowl derritió a todos los presentes y a una multitudinaria audiencia a través de las redes y la televisión. Luego vinieron sus paseos por el lago italiano de Como, sus confidencias al atardecer… Teniendo en cuenta la inmensa influencia de la cantante, va a terminar convenciendo de que donde esté un hombre sencillo, de aparente corazón puro, que se retiren los pitbulls, esos hombres malotes a quienes erróneamente atribuimos seguridad en sí mismos y una fuerza que nos deslumbra.

Hay mujeres -Kate Moss, sin ir más lejos- a quienes les pierde el deseo de antihéroes, ángeles caídos, seres maltratados por la vida, macarrónicos, emocionalmente chiflados y adictos al caos. Difícilmente veríamos a la modelo compitiendo con Swift por un novio. Y si nos limitamos a gustos masculinos, el psicólogo evolutivo británico Gayle Brewer se decantaría claramente por la cantante. Autor de amplios estudios, este investigador ha llegado a la conclusión de que los chicos malotes pueden ser un buen recurso para una aventura pasajera, pero a quienes prefieren las féminas cuando piensan en una relación a largo plazo es, generalmente, a los hombres buenos y cariñosos, que les transmitan seguridad, empatía y compañerismo.
¿Qué aportan? Estabilidad, inocencia, lealtad, romanticismo y capacidad de amar, aun a sabiendas de que están dejándose cegar por el corazón. Dicen que nunca ha habido tanta demanda de este arquetipo masculino en las relaciones de pareja. Hombres generosos en sentimientos y de una simplicidad apabullante. No desafían a la persona que dicen amar, no la ponen a prueba con su peculiar sentido del humor. Este tipo de amantes, que pueden ser igualmente sexys y eróticos, rompen definitivamente el tabú del hombre fuerte e insensible.

La siguiente cuestión, quizá más espinosa, teniendo en cuenta los prejuicios que nos dominan, es su coeficiente sexual. Una cosa es que a nivel emocional nos conformemos con la simplicidad, otra diferente es la simpleza erótica. ¿Qué se puede esperar en la cama de un golden retriever? Alguno hay capaz de entrar en estado febril después de una emoción fuerte o un primer beso. Rara avis y no es lo deseable. La sensibilidad de esta clase de hombres de la que estamos hablando a menudo tiene un impacto muy positivo y directo en la llamada brecha orgásmica, que aún existe entre hombres y mujeres. Igual que la salarial, pero en orgasmos.

Es un término creado por la psicóloga estadounidense Laurie Mintz después de cotejar varias investigaciones que revelaban una notoria diferencia de orgasmos según el sexo durante el encuentro sexual. Un 30% menor en la población femenina. Y eso sin contar con las mujeres que directamente nunca tiene orgasmos. No es que tengan menos capacidad o deseo sexual, sino que, en la mayoría de las ocasiones, no recibe la estimulación adecuada por parte de hombres que en su coitocentrismo se resisten a enfocarse en el placer de la pareja. Por supuesto, hay otras causas igualmente complejas, como el hecho de que algunas mujeres no terminan de priorizar su propia sexualidad.

Lo bueno del golden retriever humano es que se toma su tiempo para estimular los cinco sentidos a partir de caricias, palabras, besos u otros gestos que elevan el placer e inducen al orgasmo. No nos atreveríamos a asegurar cómo será Travis en la intimidad, pero sí es sabido que, bajo su personalidad arrolladora, cálida, vibrante y extrovertida, goza de sensibilidad emocional y una capacidad empática extraordinarias. No le costó reconocer sus méritos cuando iniciaron su romance: “Estar cerca de ella y ver lo inteligente que es ha sido jodidamente alucinante. Estoy aprendiendo cada día”. La sensibilidad puede ser, como vemos, muy sensual y excitante, pero qué pena que todavía el término vaya asociado a disfunción eréctil, problemas de pene o baja testosterona.

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