¿Quién es María Blasco? Cronología y claves del caso que ha sacudido al buque insignia de la lucha contra el cáncer

Blasco asumió el liderazgo del mayor centro de investigación contra el cáncer tras un proceso plagado de quinielas, despidos, acusaciones cruzadas y trapos sucios. Ayer, el mismo patronato que en su día la nombró, decidió destituirla por unanimidad

La llegada de María Blasco a la dirección del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) fue un auténtico culebrón digno de una trama de Succession. El 22 de junio de 2011, Blasco asumió el liderazgo del mayor centro de investigación contra el cáncer en España tras un proceso sucesorio plagado de quinielas de nombres, despidos, acusaciones cruzadas y trapos sucios ventilados en revistas científicas. Blasco, quien no cumplía con el requisito de tener al menos diez años de experiencia en gestión, era la última candidata de una lista de diez investigadores, pero finalmente se convirtió en la elegida del patronato, que anuló las otras candidaturas para designarla. Sin embargo, ayer, tras casi catorce años al frente del centro, el mismo patronato que en su día la nombró, decidió destituirla por unanimidad.

Cómo empezó el conflicto

El desencadenante de la crisis fue el pasado 17 de diciembre, cuando el patronato del CNIO rechazó el Plan de Actuaciones para 2025 presentado por la dirección de Blasco. Además, solicitó auditorías externas y exigió informes detallados sobre la gestión económica y laboral del centro. El patronato señaló varios problemas graves: una caída significativa en los rankings científicos (Nature Index y Scimago), un déficit presupuestario de 4,5 millones de euros, y un evidente deterioro de las infraestructuras científicas.

En enero, el conflicto se intensificó cuando un grupo de investigadores del CNIO firmó una carta dirigida al Gobierno pidiendo la destitución de la dirección. Entre los firmantes estaban 23 de los 49 investigadores principales del centro (todos jefes de grupo), quienes denunciaron una “caída de la competitividad científica”, un “deterioro de infraestructuras” y el daño reputacional que todo esto había causado. Además, se filtraron informes que detallaban al menos diez denuncias internas contra Blasco por acoso laboral desde 2013. Estas acusaciones incluían testimonios anónimos que describían un ambiente de trabajo “marcado por el terror”.

Frente a estas denuncias, Blasco ofreció una rueda de prensa improvisada para defender su gestión. Negó categóricamente las acusaciones de acoso laboral y señaló al director gerente del CNIO, Juan Arroyo, como el responsable de irregularidades contables, las cuales afirmó haber denunciado ante la Fiscalía. Según Blasco, Arroyo había favorecido a un grupo de empresas mediante contratos menores, que en el primer trimestre de 2024 sumaron adjudicaciones por casi 4 millones de euros. Blasco se presentó como víctima de una campaña de “acoso laboral, desinformación y bulos”.

Una estructura bicéfala y la guerra interna

El CNIO ha operado hasta ahora bajo una estructura bicéfala: Blasco como directora científica y Arroyo como director administrativo. Este modelo, diseñado para separar la gestión científica de la económica, terminó por convertirse en una guerra de facciones internas. Blasco defendió que la falta de medios, el deterioro de las infraestructuras y los problemas financieros eran responsabilidad de Arroyo y de un presupuesto gubernamental congelado desde 2014. Arroyo, por su parte, presentó al patronato un informe de más de 500 páginas que recogía trece casos de acoso atribuibles la directora del CNIO. Entre los denunciantes, según el texto, se encuentran becarios, técnicos, jefes de grupo y hasta vicedirectores, citando además una encuesta psicosocial realizada entre el 74% del personal del CNIO. Los resultados revelaron altos niveles de violencia psicológica, discriminación e incluso casos de acoso sexual.

Ni el informe de Blasco ni el de Arroyo lograron convencer al Patronato, que les ha fulminado. “El Patronato ha decidido responder a la necesidad de iniciar una nueva etapa en el CNIO, ya que entiende que en estos momentos existe un clima de trabajo incompatible con el que debe darse en un centro de referencia y excelencia como es el CNIO”, ha dicho el organismo en un comunicado. Ni una palabra de agradecimiento a Blasco ni al gerente, cerrando así una salida tan abrupta como lo fue en su momento el controvertido proceso que la llevó a asumir la dirección del centro.

El adiós de Blasco

“En la vida hay que saber y llegar y saber marcharse”, ha escrito María Blasco en un correo electrónico de despedida dirigido a los empleados del centro. A quienes ha revelado, según relatan a Artículo 14, que planea retomar sus investigaciones sobre los telómeros, a los que dedicó dos décadas de trabajo, y su implicación en las enfermedades. ¿Será desde el CNIO o desde otro lugar?