La convivencia entre culturas a menudo revela diferencias que para algunos resultan imperceptibles y, para otros, llamativas. Es el caso de Emika Kamieda, una japonesa que vive en España y ha compartido en TikTok su sorpresa al descubrir una costumbre muy arraigada en nuestro país: la tendencia a llamarnos entre nosotros chistando en lugar de utilizar los nombres. Para ella, este gesto es completamente ajeno a la cultura japonesa, donde la comunicación sigue normas de cortesía muy distintas.
El choque cultural de una japonesa que vive en España
En su vídeo viral, Emika Kamieda expresa su desconcierto ante dos aspectos del comportamiento de los españoles: el volumen de la conversación y la forma en que las personas se llaman en público. “Para los japoneses, los españoles gritáis mucho y habláis muy fuerte. ¿Y por qué llamáis a la gente chistando? Cuando alguien chista en la calle, todo el mundo se gira. En Japón nadie lo hace”, comenta con incredulidad.
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La reacción no se hizo esperar. Muchos usuarios en TikTok compartieron sus propias experiencias sobre el choque cultural que supone trasladarse de Japón a España o viceversa. La cuestión no es menor: lo que en un país es habitual y cotidiano, en otro puede resultar incluso descortés o invasivo.
¿Por qué los españoles chistamos para llamar a alguien?
El chistido es una forma de llamar la atención que ha sido adoptada en España de manera informal. Aunque no existen estudios que expliquen con exactitud el origen de esta costumbre, su uso se extiende a lo largo del país y se percibe en diferentes contextos, desde reuniones familiares hasta el trato con desconocidos en la calle.

Fotografía de unas terrazas en Valencia cerca del mercado central | Shutterstock
Para muchos españoles, chistar es un método rápido y eficaz para llamar a alguien sin necesidad de gritar su nombre. Especialmente, en espacios ruidosos. Sin embargo, en otras culturas puede interpretarse como un gesto poco educado. De hecho, en algunos países se considera irrespetuoso, e incluso una forma de llamar a los animales en lugar de a las personas.
El volumen de la conversación: otra diferencia cultural
El caso de Emika Kamieda no es aislado. Son muchos los extranjeros que destacan el volumen con el que los españoles hablan en su vida cotidiana. Para una japonesa que vive en España, acostumbrada a una cultura donde el silencio y la moderación en la voz son signos de respeto, el contraste es evidente.
En Japón, la comunicación suele ser más pausada y discreta, sobre todo en espacios públicos. Hablar en voz alta en el transporte público, por ejemplo, está mal visto. Por el contrario, en España es habitual que los grupos de amigos conversen animadamente sin preocuparse demasiado por el ruido que generan a su alrededor.

Un grupo de estudiantes disfruta del aire libre en Fukuoka | Licencia Unsplash
Este rasgo cultural no es exclusivo de España. En muchos países de habla hispana, la comunicación se caracteriza por una mayor expresividad y volumen. Algo que para quienes vienen de culturas más reservadas puede resultar abrumador.