El camino no ha estado exento de curvas. De debate interno y decisiones que en su momento se consideraron arriesgadas. Hoy, el Partido Popular acude a las manifestaciones contra la violencia de género y con motivo del día internacional de la mujer. No siempre fue así. En noviembre del pasado año, en la última renovación interna de la formación, Alberto Núñez Feijóo creó la vicesecretaría de igualdad y conciliación, con Ana Alós al frente. “El feminismo forma parte de la esencia del PP”, ha llegado a defender Cuca Gamarra, mano derecha del líder gallego.
Gamarra ha sido protagonista activa en esa evolución del partido. El momento cúspide ocurrió en 2019, con Pablo Casado en la presidencia, aunque pasó inadvertido para muchos de puertas para adentro. El 8M de aquel año ya hubo un amago de cambiar con la tradición del PP. Hasta entonces, Génova montaba su propio acto conmemorativo, pero no se sumaba a las protestas. No lo hacía a nivel nacional porque algunos alcaldes y cargos intermedios sí se descolgaban de esa consigna en sus provincias, acudiendo a las protestas reivindicativas.
La discusión interna fue enorme. Se llegó a anunciar una representación del PP en la manifestación de Madrid. Gamarra, a favor, era la vicesecretaria en cuestiones sociales de la cúpula. Andrea Levy, también en el órgano de dirección, se descolgó al conocer el contenido del manifiesto. Se sumaron otras voces en contra como la de Isabel Díaz Ayuso. “Nadie está al tanto de ese manifiesto. Lo importante es estar. Lo simbólico es la fotografía del PP allí”, reivindicaron quienes, pese a todo, apostaban por ir. Entonces, ganó el no.
El debate resurgió unos meses después. Con motivo del día contra la violencia de género, el 25 de noviembre, la cuestión sobre si ir o no a las protestas ocupó de nuevo la reunión del Comité de Dirección. A puerta cerrada, Gamarra defendió la asistencia, con independencia de las consignas. “Una vez demos ese paso, ya nunca más nos preguntarán si vamos a estar o no en la manifestación. Superaremos ese debate”, arguyó el sector que defendía estar. La opinión de ese comité no fue unánime. De nuevo, hubo muchas dudas, como las de Cayetana Álvarez de Toledo, pero Casado dio la autorización.
La tarde de ese 25 de noviembre fue fría en Madrid y la representación del PP en la manifestación muy reducida. Gamarra la encabezó. A su lado, Ana Camins, en aquel momento secretaria general de la estructura madrileña, y Marimar Blanco. El equipo de comunicación convocó a los periodistas en los aledaños del Banco de España, lejos de la multitud. La vicesecretaria reivindicó la lucha contra la violencia machista desde la unidad. Después, las tres echaron a andar hacia la protesta. Era la primera vez. El PP a nivel nacional se sumaba a la marcha.
Hubo nervios por la posible acogida negativa de los participantes. Ciudadanos, que llevó su propia pancarta, vivió momentos de tensión. Pero el PP optó por la discreción “y todo salió bien”, rememoran quienes estuvieron. No hicieron todo el recorrido y acabaron en un bar en los aledaños del museo del Prado para celebrar su asistencia.
Fue un hito. A partir de aquel 2019, la participación del partido en este tipo de manifestaciones se normalizó, aunque la ley del sólo sí es sí y sus consecuencias jurídicas tensara el tablero político. Este año, los populares estuvieron representados en la manifestación de Madrid, tal y como confirmó Alós a Artículo14. Además, Feijóo protagonizó un acto en Barcelona con el lema “Feminismo, del de verdad”.