Moda

Los vestidos de novia sexy que no gustarán a tu madre

Corsés y mini vestidos reemplazan a los tradicionales looks de novia con un giro final: ni siquiera hace falta casarse para llevar esta tendencia, que ironiza sobre las bodas precisamente en un momento en el que las relaciones fluidas se imponen. ¿Casualidad? Lo dudamos

Skims

Alex Cooper para Skims, fotografiada por Ellen von Unwerth

Sabrina Carpenter es la cantante favorita de la Generación Z, y por eso cualquiera de los looks que luce está destinado a marcar tendencia. Ese es el motivo por el que en el instante en el que apostó por un sinfín de outfits de tendencia nupcial, pero en clave babydoll, supimos que el universo de las novias pronto inundaría las alfombras rojas y después, las redes y las calles.

Ya no hace falta dar el sí quiero para vestirse de novia (algo que agradecemos quienes estamos más lejos de estar comprometidas que de ir a la luna), aunque por descontado, cuando hablamos de diseños nupciales, ya no nos referimos al clásico vestido blanco con velo, sino a creaciones en las que hay más sensualidad que compromiso. Del mismo modo que la cantante se ha atrevido con corsés de Aknvas Aknvas combinados con minifaldas de cuero de la firma española Dominnico (un look que aunque ante semejante descripción, no parece tener tintes nupciales, pero creednos: ¡los tiene!), Carpenter ha llevado también diseños mini de silueta evasé encorsetados como los de Atelier Biser Dress.

¿El denominador común? Todos son extremadamente sexys. Es más: apostar por diseños sensuales ha pasado a ser esencial para las novias en nuestro país, pasando de representar el 13,1 % al 18 %, según el Libro Imprescindible de las Bodas, de Bodas.net en colaboración con el profesor de Esade Carles Torrecilla y Google. Sí: la tendencia hot, hot, hot ya ha llegado a España.

El armario sexy bride de la cantante sigue la estela de los looks de novia que a raíz de la pandemia comenzaron a imponerse. Ante la imposibilidad de poner en marcha grandes celebraciones, el mundo de la moda nupcial se relajó y se hizo más casual, y las marcas, conscientes de que las novias necesitaban opciones en clave ready-to-wear para su gran día (los vestidos cupcake carecían ya de sentido ante la inminencia de las bodas íntimas), introdujeron en sus colecciones looks que podían funcionar a la perfección para pasar por el altar, como han hecho firmas como Max Mara. La estilista de novias Anny Choi señala que sin duda, las marcas vieron ahí la oportunidad de ofrecer opciones más asequibles y sencillas a las novias, abrumadas al “tener únicamente unas 15 firmas grandes nupciales entre las que elegir”.

De la alfombra roja a las bodas “hot, hot, hot”

El año pasado, en la alfombra roja de la gala MET, Penélope Cruz ya nos sorprendió con esta tendencia enfundada en un vestido de novia de la colección Couture primavera/verano 1988 de Chanel, mientras que Dua Lipa eligió para la ocasión un vestido nupcial de la firma que llevó sobre la pasarela en 1992 Claudia Schiffer. Los pasados Globos de Oro fueron un interminable desfile de looks nupciales sensuales, con figuras como Elizabeth Olsen enfundada en un vestido de Vivienne Westwood o una espectacular Hunter Schafer vestida con un diseño custom made de Prada. No sonaron campanas de moda… Ni hizo falta alguna, claro.

Kim Kardashian sorprendió al lanzar una colección nupcial con su marca Skims, para la que puso en marcha una campaña protagonizada por Alex Cooper, conocida por su podcast Call her Daddy, en el que entrevista a las celebridades más relevantes del panorama pop. Inmortalizada por la icónica Ellen von Unwerth, Cooper hizo de esta campaña el ensayo para su boda real (la más sexy de la temporada), que acaba de tener lugar y en la que ha apostado por un arsenal de diseños especiales que gustaron mucho a las redes, pero tal vez, no tanto a su suegra…

Alex Cooper

Alex Cooper, fotografiada por Ellen von Unwerth para Skims, la marca de ropa interior de Kim Kardashian

Se maquilló enfundada en un slip dress muy sexy de Victoria Beckham hecho a medida, un minivestido que combinó con unas bailarinas de Jimmy Choo, mientras que para la boda eligió un custom made de Danielle Frankel de seda con corsé estructurado. Para la fiesta, apostó por un vestido de Alexander McQueen procedente de la colección primavera/verano 2003, “Irene”, continuado de un dos piezas compuesto por un corsé de la colección primavera/verano 1995 de Gianni Versace y una falda de satén. Ante semejante despliegue, esperamos que esta sea su única boda y que el amor le dure para siempre, porque el presupuesto ha de haber sido desorbitado.

¿Qué hay tras esta moda?

Como hemos visto en editoriales, front rows y alfombras rojas, llevar moda nupcial de forma casual en el día a día es cada vez más común. “La estética bridalcore arrasa a calor del amor de las redes por poner en marcha actos irónicos en torno a la feminidad. Podría estar relacionado con la tendencia lobotomycore, que estalló hace poco a causa de la creadora de contenido @lex.delarosa, conocida por el contenido que crea acerca de sus dos hijos, en el que parece flotar por su hogar, siempre sonriente, haciendo sus tareas del día a día. Tiene que ver a su vez con la tendencia delulu.

Al igual que lobotomycore, bridalcore genera una sensación de incomodidad al situar a las novias en lugares en los que parecen no encajar al tiempo que opinan sobre las tradiciones y el papel de la mujer en la sociedad. Pero, ¿son estas posturas efectivas a la hora de promover la conversación sobre la igualdad?”, se pregunta Agus Panzoni, jefa de tendencias de DTS, la plataforma de suscripción global que desgrana las tendencia digitales. Mientras tanto, muchas personas piensan que llevar la tendencia nupcial más allá de las bodas y bañarla de sensualidad sirve para rechazar la necesidad de un hombre y para apostar por el compromiso con una misma y con el momento.

En realidad, no es casualidad que la moda ironice con los enlaces, pues inmersos en una sociedad en la que las relaciones son líquidas y en la que el amor fluido se impone, ¿quién es capaz de pensar en una boda al uso, cuando el ghosting se empeña en ponernos la zancadilla y las citas se suceden sin final feliz alguno?

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