El clásico del siglo XVIII que casi nadie ha leído y dio origen al thriller moderno

Mucho antes de los thrillers contemporáneos, 'Los misterios de Udolfo' ya exploraba el suspense psicológico con una profundidad sorprendente

Los misterios de Udolfo - Cultura
Una imagen simbólica de 'Los misterios de Udolfo', la obra de Ann Radcliffe
Revista Contrapunto

Cuando pensamos en el origen del thriller moderno, es habitual mirar al siglo XIX, con autores como Edgar Allan Poe o Alexandre Dumas. Sin embargo, existe una obra anterior que sentó las bases del género mucho antes de que la palabra “thriller” entrara siquiera en nuestro vocabulario. Se trata de Los misterios de Udolfo, una novela publicada en 1794 por Ann Radcliffe.

Aunque hoy no goce de la misma popularidad que otros clásicos, esta obra fue un hito en su tiempo y un verdadero germen de lo que sería el suspense narrativo moderno.

Los misterios de Udolfo no solo inauguró una manera de contar historias en torno al miedo, la incertidumbre y la tensión psicológica. También influyó directamente en autores que vendrían después. Desde las novelas góticas victorianas hasta los thrillers psicológicos contemporáneos, la huella de esta obra es profunda y persistente.

Los ingredientes del suspense moderno ya estaban aquí

Lo más sorprendente de Los misterios de Udolfo es que contiene casi todos los elementos que hoy asociamos con el thriller. La historia sigue a Emily St. Aubert, una joven huérfana que, tras la muerte de sus padres, queda bajo la tutela de una tía y es llevada al castillo de Udolfo. Un lugar oscuro, cargado de secretos y atmósferas opresivas.

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Portada de la novela ‘Los misterios de Udolfo’, de Ann Radcliffe
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La tensión se construye a través de pasadizos ocultos, voces misteriosas en la noche, castillos tenebrosos y personajes ambiguos. La autora maneja el suspense con tal maestría que Los misterios de Udolfo se convierte en un ejemplo temprano de cómo provocar ansiedad en el lector. No por lo que se ve, sino por lo que se intuye. Es este manejo del misterio lo que la sitúa como precursora directa del thriller moderno.

Cada capítulo de Los misterios de Udolfo introduce nuevos enigmas, nuevas amenazas y un juego constante entre la realidad y lo imaginado. Este juego psicológico es, sin duda, una de las herencias más claras que el género del thriller ha tomado de la obra de Ann Radcliffe.

Una novela gótica, sí, pero mucho más que eso

Aunque se enmarca dentro del género gótico, Los misterios de Udolfo va más allá del simple relato de castillos, fantasmas y doncellas en apuros. En el fondo, es una novela profundamente psicológica. El miedo que transmite no se basa en criaturas sobrenaturales, sino en el poder de la mente para construir terrores internos a partir de lo desconocido.

En Los misterios de Udolfo, el enemigo muchas veces es invisible o incluso inexistente. La protagonista duda, sufre, imagina. Y esa angustia emocional se convierte en una fuente inagotable de tensión narrativa. Este tratamiento del terror como una construcción mental anticipa el thriller psicológico. Un subgénero que explotaría siglos después.

Además, la obra de Ann Radcliffe introduce una figura fundamental en el thriller: la protagonista femenina en busca de su verdad. Emily, lejos de ser una víctima pasiva, representa una heroína emocionalmente compleja, inteligente y resistente. Su carácter la aleja del arquetipo de damisela en apuros y la sitúa en una tradición que encontraría eco en personajes como Clarice Starling o Lisbeth Salander.

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