De Paola Cortellesi a Alice Rohrwacher: las mujeres toman el cine italiano

Junto a la revolución de Paola Cortellesi y su film sobre la violencia de género, ha enamorado ‘La quimera’ de Alice Rohrwacher y el pseudomusical de la cantante Margherita Vicario

Siempre nos quedará mañana, la dirección novel de la actriz italiana Paola Cortellesi, se llevó seis premios David di Donatello, los Goya italianos, hace solo un mes. Entre ellos a mejor actriz protagonista para la propia Cortellesi. El culmen para una película que ha conquistado todos los récords en Italia y se sitúa ya entre las más vistas de la historia del cine de este país pero, sobre todo, que ha sido como un despertar intergeneracional para la sociedad en una materia, la de igualdad, en la que Italia aún está a la cola entre sus vecinos europeos. Tal fue el éxito que mucha gente pidió que fuese incluso proyectada en las escuelas del país. La historia de Delia, una mujer en la mitad de los años 40, atrapada en un matrimonio violento y que encuentra su pequeña ventana a la libertad pensando en el futuro de su hija, encajó de manera insólita con la realidad. Una madre que quiere salvar a su hija de un futuro negro, del sometimiento que ella misma ha vivido en sus carnes. El film es un homenaje a todas las mujeres que han luchado para cambiar su historia y que han sido heroínas de lo cotidiano.

La película, que ya ha sido estrenada en decenas de países, ha sido un éxito también en España, donde roza un millón de euros de recaudación. De hecho, consiguió ser el largometraje más visto durante cuatro semanas en algunos cines como el Renoir de Madrid. Un fenómeno que ha conquistado a todos, incluso fuera de las fronteras italianas y que ha puesto un nombre de mujer en el centro. No solo por su directora, Cortellesi, sino por la historia de su protagonista, Delia, y por la de su hija. Un proyecto que ha coronado una visión de mujer del cine, que hasta ahora no había despegado en el país transalpino, pero que este año ha tenido también otros ejemplos que demuestran un arranque femenino definitivo o, al menos, un interés creciente por las historias contadas por mujeres.

Fotograma de la película 'Siempre nos quedará mañana'

Fotograma de la película ‘Siempre nos quedará mañana’, dirigida y protagonizada por Paola Cortellesi

Cortellesi no está sola en esta primavera del cine italiano con nombre de mujer. La directora Alice Rohrwacher, de 42 años, ya enamoró a muchos con Lázaro feliz en 2018, una película sobre la amistad y que, además, fue nominada al Oscar por su corto Le pupille. Este año ha estrenado La quimera con Josh O’Connor e Isabella Rossellini. Una historia con tono de realismo mágico que cuenta la aventura de un grupo de jóvenes tombarolli, las personas que rebuscan entre las tumbas, iglesias o casas, restos arqueológicos y obras de arte que luego terminan en el mercado internacional ilegal. Muchos de ellos son incluso incautados luego por las autoridades italianas que son muy conscientes de este fenómeno. De hecho, hace solo unos días, el país transalpino logró recuperar 600 obras de su patrimonio artístico, valoradas en 60 millones de euros, que se encontraban en EE. UU. tras ser robadas en excavaciones clandestinas en el centro y en el sur de Italia.

En ese contexto se conjuga una historia con tono intimista y a la vez cómico sobre las batallitas de un grupo de jóvenes que se ganan un dinero saqueando viejas reliquias etruscas escondidas por Italia. Los guía Josh O’Connor, que dijo haber soñado siempre trabajar con Rohrwacher, que interpreta de forma magistral al personaje con más lazos emocionales del film, del que vamos descubriendo, entre excentricidades, una delicadeza asombrosa. Destaca también la actriz brasileña Carol Duarte, que trabaja como cuidadora de Isabella Rossellini, que interpreta a una vieja excéntrica y rica obsesionada con lo que queda de belleza en su vida y con una hija que ya no está. Todo en el contexto de una Italia rural y profunda que no esconde su folklore y que es, tantas veces, un mar de nostalgia. Culmina este entresijo un personaje misterioso hasta el final, Espartaco, que compra todo lo que tombarolli encuentran bajo tierra, interpretado por su hermana, Alba Rohrwacher, en un papel escrito a medida.

'La quimera' de Alice Rohrwacher

‘La quimera’ de Alice Rohrwacher

El gran valor del cine de Alice Rohrwacher es que esconde una gran crítica a la sociedad actual y a ese país, Italia, aún congelado en muchos de sus problemas y que ofrece tantas veces una imagen fija de un pasado que nunca se superó. Algo que valora especialmente Adriano Candiago, director y profesor de cine en la Accademia delle Arti de Roma. “Rohrwacher es una de las voces más interesantes en este momento en Italia: es fuerte, su propuesta es siempre innovadora, se sale de las normas y, con gusto lo digo, no es mainstream. En general es la crítica la que más se fija en ella, con razón. Además, no necesita hablar de forma explícita de temas de mujeres; es una directora libre fuera de trends y modas. Eso sí, se fija mucho en realizar una crítica a la sociedad”, explica a Artículo14. La directora es más apreciada en el extranjero. donde se ha convertido en un icono, que en Italia, añade el experto. De hecho, en los Premios Donatello de este año no recibió ningún premio, algo que llamó mucho la atención, mientras el reconocimiento le llegaba de la directora de Anatomía de una caída, Justine Triet, que dijo recogiendo su premio que tenía debilidad por Rohrwacher.

La tercera pieza que cierra este triángulo femenino es la romana Margherita Vicario, creadora multidisciplinar, actriz conocida en Italia y cantante que ha llenado teatros por todo el país con la irreverencia y el ritmo contagioso de sus canciones. Ahora ha sacado su primera película, Gloria, que se espera que llegue a España en pocos meses. Acaba de ganar el Gran Premio del Jurado en el Seattle International Film Festival y ha sido vendido a otros países como Francia, Alemania, Austria, Luxemburgo, Corea o Grecia. Es un intento de musical, como lo llama la directora, donde, tocando con puntas el género, la música es protagonista sin convertirse en el lenguaje principal de las actrices. Ambientada en la Venecia del 700, en un orfanato religioso femenino, la protagonista, Teresa, interpretada por la francesa Galatéa Bellugi, que trabaja casi como una esclava de un malévolo cura, conquista a un grupo de extraordinarias músicas en las que encuentra una vía de salvamento para su vida, que hasta ahora había estado sumida en un silencio mudo a causa de los traumas sufridos como mujer.

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Vicario parte de una pregunta que le habían realizado en demasiadas ocasiones: ¿cómo ve la realidad de las mujeres compositoras en Italia en este momento? Para intentar dar una respuesta se fue a buscar entre la documentación de las mujeres compositoras a lo largo de la historia y se encontró con las evidencias de que, a partir del 700, muchas de ellas estuvieron detrás de la música religiosa, especialmente en orfanatos como el que representa la película. La directora se toma muchas licencias, acertadas, en este trabajo que une el pasado con el presente para encuadrar una película que habla, sobre todo, sobre la sororidad. De hecho, se incluye, además, del repertorio creado por ella misma para la película y con inspiración de coro de Iglesia, enganchadizo y moderno, donde la autora conecta con su estilo de música y con unas letras llenas de luz, provocación y reivindicación femenina.

Según Candiago desde las productoras existe en este momento una atención especial en Italia a las historias escritas por mujeres. Alberto Crespi, que escribe y trabaja en el cine desde 1978, dice que no le convence el concepto de “cine para mujeres”, pero reconoce que, poco a poco, la industria de este país se está abriendo al trabajo de las directoras. Una ventana abierta y, ahora sí, tantas cosas que contar.

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