Gen Z

¿Qué es “el aura” y por qué se ha convertido en el nuevo baremo de lo ‘cool’?

La palabra se ha popularizado en los últimos tiempos en redes sociales gracias a la generación Z, que lo ve como una nueva forma de destacar y llamar a atención, pero quizá tenga una serie de problemáticas

¿Qué es "el aura" y por qué se ha convertido en el nuevo baremo de lo 'cool'?
¿Qué es "el aura" y por qué se ha convertido en el nuevo baremo de lo 'cool'?
Netflix / Montaje: kiloycuarto

Cualquiera que tenga un mínimo interés en el mundo de la cultura, el deporte o las celebrities, se ha cruzado con la palabra “aura” en redes sociales innumerables veces en los últimos meses. El término lleva existiendo desde tiempos de los romanos e incluso antes, en la antigua Grecia. Sin embargo, es ahora cuando ha saltado al vocabulario popular. Los datos extraídos de Google Trends muestran un repunte de búsquedas de la palabra en julio de 2025, ¿pero qué significa “tener aura” (o la expresión en inglés, “aura farming”, algo así como “cultivar el aura”) y porqué se ha vuelto algo tan importante para la Generación Z?

Originalmente, el “aura” es un término procedente del latín y el griego que se refiere aquello que se encuentra en la paradoja de ser inmaterial pero al mismo tiempo notorio en algunas personas concretas. En algunos textos se llega a definir como una “suave brisa” que rodea a alguien. Sobre el siglo XIX, el término evolucionó para convertirse en algo más metafísico. La palabra adoptó una nueva acepción, una manera de describir el campo de energía invisible que rodea a determinadas personas. Hoy, se trata de una forma de capturar en palabras ese je-ne-sais-quoi que acompaña a determinadas personas y las hace tan magnéticas, encantadoras y atractivas.

El aura se ha convertido en algo aspiracional. Miramos el estilo, las apariencias o los gustos de músicos, actores, celebridades o personas de alrededor en el día a día. El aura de una persona puede manifestarse de muchas maneras y no responde necesariamente a unos requisitos específicos. La riqueza, los premios o el número de seguidores no son la medida para calcularlo, aunque pueden ser efectos secundarios de tenerlo. El aura se siente; no necesariamente tiene que verse, aunque, casi sin pretenderlo, las personas con una fuerte aura estén guiando nuestra mirada hacia ellos constantemente. Así, en sus acepciones de la RAE, la tercera recoge esta nueva descripción: “Favor, aplauso, aceptación general”.

¿Qué tiene la persona con aura?

Aunque el “aura” va más allá de la condición externa o superficial, sí que hay una serie de características que pueden verse en estas personas. El rasgo fundamental es su autenticidad. Aunque el estilo, la forma de vestir, sitios que frecuente o gustos personales son importantes para dar con alguien que tenga aura, esto no es tan importante como que, sea lo que sea, esta persona lo haga de verdad, desde sus entrañas. Es una forma de ver el mundo que parte de la concepción de no tener nada que demostrar, sino simplemente se es uno mismo.

De esta parten otra serie de propiedades de las personas con aura, como pueden ser el carisma, que hace que todos se sientan atraídos a esa ella; un punto de misterio, por el cual no deja ver de primeras todo lo que puede ofrecer (que también lo hace más sugerente), aunque a veces esto llega a suponer una imposición sobrecogedora del carácter ante todos los demás.

Sin embargo, estos parámetros no son fijos, ya que el concepto puede cambiar según la consideración de las personas que lo dicen. De hecho, a base de repetición constante en redes ha ido perdiendo su sentido con el tiempo. La cuestión se ha vuelto tan subjetiva y cómica que ya cualquier cosa puede tener aura o no tener nada en absoluto. Una variación del concepto es el instagramer @yibril.hmd cuyos videos en diferentes lugares o siguiendo varias temáticas califican todo tipo de cosas como “rap o no rap”.

El nuevo baremo de las redes sociales

Entonces ¿Cuál es el criterio para determinar si algo tiene o no tiene aura? El que uno quiera.Pero esto realmente no es un problema mayor para la Generación Z sino que responde de alguna forma a una generación que no quiere ser encasillada en ningún estrato ni grupo, sino que solo quieren ser ellos mismos como individuos. Los tiempos de las tribus urbanas quedaron atrás, pero lo que no quieren perder, por supuesto, y como las anteriores generaciones, es el destacar, estar a la moda, ser admirados. El aura solo es un nuevo giro a la forma de lograrlo: una que no parezca que te esfuerzas por ser “cool”.

Y sin embargo, de alguna manera no dejan de coincidir en las formas en que se categorizan. Esto se puede ver en la forma de vestir, de hablar, de actuar y de mostrarse al mundo. En un equilibrio entre lo alternativo y lo popular, acaban entrando en un simulacro de ellos mismos, dicho de otro modo, acaban siendo iguales intentando ser diferentes. Es un fenómeno similar al que ocurría con los famosos hombres performativos. Por mucho que se busque la autenticidad y la manera de ser único para atraer a la gente, la fuerza de las modas y su empuje acaba afectando a todo el mundo.

Por otro lado, merece la pena destacar cómo esta cuestión del aura se ha convertido en algo muy asociado a los hombres, a lo masculino. La grandeza, el misterio y el estilo propios de este nuevo baremo de popularidad, están conectados muchas veces a conceptos binaristas que se alinean no solo con hombres en la cultura, sino con gustos tradicionalmente asociados a lo masculino. Así, proliferan los edits de deportistas varones o raperos que por sus actuaciones individuales en el ámbito que sea se han presentado como alguien que impone su manera de hacer las cosas, duro, implacable. Sin embargo, es más difícil ver los mismos conceptos en relación a mujeres en el mundo de la cultura. Cabe preguntarse si esta manera de entender lo cool estaría abriendo un debate sobre la imposición de roles de género y si el prisma desde el que se mira esta nueva realidad de masas se apoya demasiado en los estereotipos.

Desde luego, el aura es un concepto que ya está totalmente asentado en el vocabulario de estos últimos tiempos, pero queda ver si, como tantas otras palabras que se ponen de moda, esa suave brisa acabará pasando de largo dentro de poco.

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