La Corporación de la Radio Televisión Española (RTVE) ha confirmado la cancelación de La familia de la tele, cuya última emisión está prevista para hoy mismo, 18 de junio de 2025. Esta decisión marca el fin de una apuesta televisiva que, a pesar de los esfuerzos por parte de la cadena, no logró consolidarse en la parrilla de La 1. Los continuos desafíos de audiencia, críticas y formato eran ya insalvables.
La cancelación de La familia de la tele era un secreto a voces
Desde su creación, el magazín presentado por María Patiño, Inés Hernand y Aitor Albizua, ha sufrido numerosos contratiempos. Se pospuso su lanzamiento varias veces, suceso que ya hizo saltar todas las alarmas entre los telespectadores. Una vez en emisión, La familia de la tele ya lo tenía bastante complicado de por sí, con un panorama competitivo realmente adverso, según diversas fuentes.
El formato partía con desventaja frente a otros, ya que se acordaban temas sin la polémica habitual de los mismos. Los espectadores, e incluso los propios presentadores, no se esperaban algo tan sosegado y “aburrido”, como llegó a confesar Belén Esteban. El programa llegó a registrar mínimos históricos para La 1 de TVE, equiparando sus cifras de share a las de La 2, un claro indicativo de lo lejos que estaba del público masivo.
Con la baja audiencia, llegaba la baja rentabilidad. Siendo incapaces de remontar, en RTVE decidieron recortar significativamente la duración del programa, dejándolo en apenas una hora, emitido entre las 15:50 y las 17:00 horas. Esta medida desesperada no fue suficiente para salvar la situación, lo cual llevó a tomar la decisión de eliminar el programa de la parrilla de contenidos.
Crónica de una muerte anunciada

La cancelación de La familia de la tele resulta en un nuevo duro golpe para José Pablo López, presidente de la Corporación. Tras laspolémicas del propio magacín y de las investigaciones a Malas lenguas y Mañaneros 360. López llegó a decir hace unas semanas que era “demasiado pronto” para tomar decisiones drásticas, a pesar de tener todas las estadísticas en contra del programa. Finalmente, no ha quedado más remedio que poner fin a un problema que, con tantos problemas, nació ya muerto.
El equipo del programa se despedirá de los espectadores en su última emisión de hoy. Se cierra, así, este oscuro capítulo de la televisión pública, que buscó ofrecer un formato particular pero que no encajaba con lo que se espera tanto del programa, como del ente pública. Ahora, RTVE tiene la tarea de encontrar un reemplazo en esa franja horaria, que ocupará temporalmente el programa de Jesús Cintora, Malas lenguas.
En resumen, esta cancelación es una consecuencia directa de un forma incapaz de generar un impacto relevante. La decisión de RTVE responde a una necesidad para no seguir cayendo en picado en audiencias, gastando en un programa que simplemente no funciona. El sector audiovisual continúa evolucionando, pero la cancelación de programas siempre estará al acecho. Solo las propuestas más sólidas y con mayor ingenio logran perdurar en el tiempo.