Caitlin Clark, figura de Indiana Fever, anunció que no volverá a jugar en lo que resta de la temporada 2025 de la WNBA (Women’s National Basketball Association).
La base de 23 años comunicó su decisión mediante un mensaje en redes sociales, en el que expresó su decepción tras semanas de trabajo sin el progreso necesario para regresar a la competencia.
Minutos después, la franquicia de Indianápolis lo ratificó con un comunicado oficial, cerrando cualquier opción de retorno antes de los playoffs.
La noticia supone un golpe deportivo y mediático para la liga: Clark es una de los grandes motores de asistencia a los pabellones, audiencias televisivas y conversación global en torno al baloncesto femenino.
Su baja reconfigura el mapa competitivo obliga a las Fever a redefinir su plan de ruta en el tramo decisivo del calendario.
Decisión final
Clark se lesionó la ingle derecha el 15 de julio, en la victoria frente a Connecticut Sun, y desde entonces no volvió a las canchas.
Durante la rehabilitación, el club informó además de una contusión ósea sufrida posteriormente, circunstancia que complicó los plazos.
Antes del parón había disputado 13 partidos en su segunda campaña profesional, muy lejos del volumen de juego que la consagró como Novata del Año en 2024.
En su mensaje público, la jugadora lamentó no poder reaparecer y calificó el proceso como “increíblemente frustrante”, agradeciendo el apoyo de los aficionados. La decisión despeja cualquier incógnita y sitúa el objetivo personal en una recuperación completa, sin atajos.
Lo que cambia para Indiana Fever y la liga
Las rotaciones deberán maximizar el tiro exterior y el rebote para sostener la pelea por los playoffs, ahora sin la amenaza constante del triple en movimiento que ofrecía Clark.
El vestuario necesitará un reparto creativo entre exteriores y pívots con buen pase, mientras el cuerpo técnico ajusta minutos y roles para no sobrecargar a las veteranas.
Hoja de ruta hacia 2026
En el plano de la WNBA, su baja tiene efectos inmediatos en taquilla, audiencias y agenda mediática; al mismo tiempo, abre una ventana para que otras estrellas consoliden liderazgo y para que mercados emergentes fortalezcan su base de aficionados.
Más allá del presente, tanto la franquicia como la liga priorizan el largo plazo: el plan pasa por una rehabilitación metódica y un retorno en 2026 con todas las garantías, después de una temporada que deja lecciones sobre cargas, calendarios y transparencia médica.