Si miramos atrás en la historia del deporte, o más bien la de los Juegos Olímpicos, tenemos que destacar una modalidad por encima de todas, el atletismo. Correr, saltar, lanzar. Es decir, es el culmen de las capacidad físicas y depende al 100% del cuerpo humano. Cada modalidad se divide en muchas pruebas y en cada una hay especialistas. Sin embargo, hay una que engloba todo y es la que sirve para encontrar al atleta más completo, el heptatlón, en el caso de las mujeres y el decatlón, en el de los hombres. Ambas son uno de los momentos cumbre de cada cita olímpica o competición atlética y reúnen un común de todas las modalidades y en ella se juntan los atletas más completos, con capacidades dispares y que pueden rendir en todo.
En las dos España tiene a grandes representantes. Por ejemplo, en la masculina ha destacado en los últimos años Jorge Ureña, un prodigio que llegó a estar entre los mejores de Europa, pero a quien en los últimos años las lesiones no le han acompañado. Y en la femenina, ha emergido un talento que ahora mismo es una de las mayores promesas -y realidades- del deporte femenino español, María Vicente.
Un talento superior
Se trata de uno de los mayores talentos de los últimos años, al que solo las lesiones han privado de ser aún más grande a sus 24 años. Y es que ella es la plusmarquista española absoluta con 6.304 puntos desde 2021, es decir, que con apenas 20 años logró su mejor marca, de hecho, fue campeona mundial Sub-18 y ha obtenido medallas en categorías juveniles, dejando claro desde muy joven su talento. Sin embargo, todo cambió en 2024, cuando compitiendo en el pentatlón del mundial indoor de Glasgow, iba a hacer un intento en el salto de altura y se rompió el tendón de Aquiles en su mejor momento.
Ahora, tras un año parada, está volviendo y casi rompe su récord de España y fue 12º en el mundial de Tokio, pero aún sin estar al 100%, algo que se espera que logre en 2026. De cara a ese año tiene que mejorar su consistencia en algunas pruebas como la jabalina o los 800 metros. Todo esto mientras que se ha especializado en una prueba que no está en su disciplina, el triple salto, donde ha llegado a ser campeona de Europa sub-23, lo que habla aún más de su polivalencia.
Pero lo dicho, el hecho de que el triple, su especialidad, no esté en el heptatlón, le resta algo de potencial, aunque sí lo está el salto de longitud, donde también destaca y de hecho, de las siete pruebas, es la que mejor se le da. Ahora vamos a conocer un poco más su disciplina, el culmen del atletismo.
¿Qué es el heptatlón y por qué es tan exigente?
El heptatlón es la gran competición combinada femenina de atletismo y consta de siete pruebas muy distintas, las cuáles se realizan en dos jornadas. Abarca carreras cortas de velocidad y obstáculos, saltos, lanzamientos y carreras de medio fondo. Las pruebas son:
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100 metros vallas
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Salto de altura
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Lanzamiento de peso
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200 metros lisos
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Salto de longitud
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Lanzamiento de jabalina
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800 metros lisos
Cada prueba puntúa de forma independiente según tablas de rendimiento, y el total de los puntos decide la clasificación, así que requiere una combinación muy amplia de habilidades atléticas: velocidad, potencia, resistencia, técnica, coordinación… y, sobre todo, gran preparación física y mental. No solo hay que rendir bien en cada prueba, sino mantener un buen nivel global, lo que la convierte en una de las competiciones más completas y duras del atletismo. También , como deja claro el caso de María Vicente, en una de las más lesivas.