brecha de género

¿Vive el empleo femenino una “primavera laboral” como dice el Gobierno?

El número de trabajadoras alcanzó el máximo histórico de 10,3 millones, con una caída del paro superior a la de los hombres. Sin embargo, las mujeres padecen peores condiciones en el mercado laboral

Una mujer corta flores.
Kiloycuarto

“El mercado laboral está inmerso en una ‘primavera’ en términos de empleo, con todas las variables en signo netamente positivo”. Así lo valoraron los secretarios de Estado de Trabajo y de Seguridad Social, Joaquín Pérez Rey y Borja Suárez, respectivamente, al dar a conocer los datos del mercado de trabajo correspondientes al mes de mayo, en el que se alcanzó una cifra histórica de 10,3 millones de mujeres trabajando. Durante los últimos siete años, el empleo femenino ha crecido en 1,5 millones de afiliadas, y la proporción de mujeres sobre el total se sitúa en el 47,4%.

A su vez, el paro femenino logró situarse por debajo de la barrera de los 1,5 millones. De esta forma, el número de mujeres desempleadas descendió en mayo en 29.066, hasta situarse en 1,486 millones, la cifra más baja desde octubre de 2008. Sin embargo, el número de mujeres en paro es un 53% superior al de los hombres (968.462). En los últimos doce meses, el paro femenino retrocedió un 5,4%: casi 85.500 mujeres lograron salir de la situación de desempleo, frente a 68.500 hombres ¿Vive el empleo femenino una “primavera laboral” como dice el Gobierno?

No hay duda de que los datos expuestos apunta a una tendencia positiva hacia la igualdad en el mercado laboral. Sin embargo, la brecha de empleo sigue abierta y persisten barreras: las mujeres continúan enfrentando peores condiciones. Como advierte a Artículo14 Begoña García Gil, doctora y profesora del área de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), “persisten diferencias significativas en el desempleo: aunque ha disminuido tanto en hombres como en mujeres, el paro femenino sigue siendo muy superior al masculino y su ritmo de reducción es menor, tanto en términos mensuales como interanuales”.

Un maldito 47 %

Para García Gil, los datos ponen de relieve una menor reactividad del empleo femenino ante la recuperación económica y confirman la persistencia de desequilibrios estructurales, lo que exige mantener políticas laborales con perspectiva de género, orientadas a la mejora de la inserción laboral de las mujeres, la corresponsabilidad en los cuidados, la reducción de la precariedad y la eliminación efectiva de las barreras que dificultan su acceso y permanencia en el empleo en condiciones de igualdad.

Aunque nunca en la historia del mercado de trabajo ha habido tantas mujeres trabajando y su tasa de ocupación crece, la igualdad en términos de participación laboral sigue lejos de alcanzarse. Desde 2018, solo se ha ganado un punto porcentual, y así, la proporción de mujeres se sitúa en el 47,4% en el total del sistema y en el 48,9% en el régimen general. Es en este último donde ellas están más representadas, pero los avances son escasos.

Temporalidad

Los datos de contratación evidencian la brecha de temporalidad que afecta especialmente a las mujeres a partir de los 45 años. “Solamente un tercio de las contrataciones de mujeres sénior son indefinidas; el resto siguen siendo temporales, y entre los contratos indefinidos destacan el fijo discontinuo y el indefinido a tiempo parcial, una modalidad especialmente usada por trabajadoras que compaginan empleo y cuidados. Se confirma que, evidentemente, las mujeres siguen siendo las protagonistas en el tema de los cuidados”.

Nueve países de la UE cuentan con un permiso parental retribuido de ocho semanas para el cuidado de hijos menores de ocho años.
Las madres son quienes más dificultades tienen para conciliar.
Freepik

Según detalla García Gil, en mayo los hombres firmaron 142.506 contratos indefinidos, casi tres veces más que las mujeres (55.401). Así, el número de contratos temporales firmados por mujeres mayores o iguales a 45 años roza los 116.600 y, aunque en el caso de los hombres la cifra también es elevada, queda compensada por su mayor volumen de empleo estable. En el caso de las mujeres, dentro de los contratos temporales, aquellos por circunstancias de la producción representan el 73% y los de sustitución el 16%.

Autónomas en minoría y por obligación

En mayo, el número de trabajadores por cuenta propia superó los 3,41 millones, 45.000 más que en enero de 2025. Aunque el número de autónomos crece y alcanza máximos históricos, las mujeres siguen infrarrepresentadas. Estas profesionales (1,265 millones) representan el 37% del total. Más allá del dato numérico, es importante contextualizar cualitativamente su perfil.

Como denuncia Pilar Mora, secretaria general de Autónomas por la Igualdad, el perfil predominante es el de una mujer de bajos ingresos, con escasa formación, que opta por el autoempleo tras haberse desvinculado del mercado laboral por cuidados. Medio millón de autónomas tiene más de 50 años.

Trabajos menos cualificados

La radiografía de los sectores en los que trabajan las mujeres apenas ha variado. ¿Qué sectores y qué profesiones tienen menor presencia femenina? “Son los de siempre: la construcción, la agricultura y la industria. Aunque esta última está algo más equilibrada que la construcción, hay determinados puestos como los oficios de taller y la logística que siguen siendo ocupados por hombres”, explica García Gil.

Una empleada del hogar.

En el polo opuesto, los datos de mayo confirman nuevamente que el sector servicios sigue siendo el principal nicho de empleo femenino, especialmente en comercio, hostelería, cuidados y limpieza. Los sectores feminizados son muy intensivos en mano de obra y de baja cualificación, y sus salarios están muy ligados al Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Como advierte Natixis en su análisis sobre el mercado laboral español, “desde la pandemia, el crecimiento del PIB se basa más en horas trabajadas que en mejoras de productividad por hora o per cápita”.

Desafíos

Otro de los retos es la existencia de 150.000 vacantes sin cubrir. Aunque la tasa de vacantes (0,9%) es baja en comparación con la media europea, las mujeres están en peor posición para acceder a estos empleos debido a su menor representación en carreras STEM. Así, aunque seis de cada diez personas desempleadas son mujeres —principalmente mayores de 52 años—, muchas no están en condiciones de responder a las exigencias actuales del mercado.

“Es necesario orientar la recualificación, especialmente de las paradas sénior, hacia los sectores donde hay vacantes que pueden cubrirse, y que además se benefician de las reducciones de cuotas vigentes para los contratos indefinidos”, concluye García Gil.