La gestión del Hospital de Torrejón se ha situado en el centro de la polémica tras desvelarse prácticas que comprometerían la seguridad de los pacientes y la calidad asistencial del centro. Según publicó El País, los empleados denunciaron internamente que se les ordenaba reutilizar material sanitario diseñado para un solo uso. Una instrucción que habría emanado directamente de la dirección. Este episodio, que marca un antes y un después en la gestión del hospital, ha derivado en el despido de varios profesionales que se negaron a asumir estas prácticas.
Reutilización de catéteres: el núcleo del escándalo
El punto más delicado de la gestión del Hospital de Torrejón es la presunta orden de esterilizar y reutilizar catéteres de un solo uso hasta en diez ocasiones. Estos dispositivos, esenciales en procedimientos de cardiología intervencionista y electrofisiología, superan los 2.000 euros por unidad y están regulados de forma estricta por la normativa europea y el reglamento 2017/745 junto al Real Decreto 192/2023. El hospital habría optado por ignorar estas directrices, comprometiendo la seguridad de los pacientes y forzando a los profesionales a trabajar en un entorno que calificaron de “mala praxis”.
Las denuncias encajan en una estrategia de rentabilidad impulsada por Ribera Salud, la empresa responsable de la gestión del Hospital de Torrejón bajo concesión pública. Audios filtrados del exconsejero delegado Pablo Gallart muestran instrucciones para aumentar beneficios mediante el crecimiento de las listas de espera y la selección de actividades más rentables. Este enfoque empresarial, aplicado a un centro público con gestión privatizada, estaría detrás de decisiones que priorizan el ahorro económico por encima de la calidad asistencial.
Las denuncias internas señalan fallos en la gestión del Hospital de Torrejón
Los empleados que alzaron la voz ante estas prácticas fueron despedidos, según consta en las informaciones publicadas. En sus denuncias describieron un clima de presión dentro de la gestión del Hospital de Torrejón, donde se alentaba a los equipos médicos a aplicar estas medidas pese a su incompatibilidad con la normativa sanitaria. Uno de los directivos afectados alertó de que tales decisiones suponían un riesgo evidente para los pacientes, vulnerando los estándares de seguridad establecidos en el ámbito hospitalario europeo.
Este escándalo ha abierto un debate sobre la gestión del Hospital de Torrejón y sobre los límites del modelo público-privado en la atención sanitaria. Las instrucciones reveladas podrían derivar en responsabilidades legales para la empresa gestora si se demuestra que vulneraron la normativa de uso de material sanitario. El uso reiterado de catéteres de un solo uso podría suponer riesgos de infección, fallos en los procedimientos cardíacos y daños evitables para los pacientes.
Impacto reputacional y futuro
La gestión del Hospital de Torrejón afronta ahora un escenario complejo:
- Pérdida de confianza
- Investigaciones internas
- Presión creciente para revisar el modelo de concesión
El caso reabre el debate sobre la transparencia en los hospitales de gestión indirecta. Y sobre si los objetivos económicos pueden interferir en decisiones clínicas. Las autoridades sanitarias deberán evaluar si el sistema actual garantiza la seguridad del paciente y si la gestión del hospital cumplió con los protocolos exigidos por la legislación vigente.