En el corazón del Alto Mijares, entre montañas y barrancos esculpidos por el paso del tiempo, se esconde uno de los secretos mejor guardados de Castellón: la Ruta de los Molinos de Agua de Lucena del Cid. Este recorrido, que bordea el río Lucena a lo largo de varios kilómetros, ofrece a quien se aventura en él un auténtico paraíso natural con piscinas de aguas cristalinas, antiguos molinos en ruinas y una frondosa vegetación mediterránea que invita al descanso y a la contemplación.
Aunque Castellón cuenta con playas muy conocidas en su franja litoral, en el interior se encuentran parajes que no tienen nada que envidiar al Mediterráneo. Lucena del Cid, conocido como el “Balcón del Alto Mijares”, es uno de esos municipios que sorprenden al visitante por su riqueza paisajística, su historia y su entorno natural. Pero pocos conocen que a solo unos minutos del casco urbano, siguiendo el curso del río, se extiende una ruta que en verano se convierte en un remanso de paz y frescor para quienes buscan escapar del calor y del bullicio turístico.
Un viaje por la historia y la naturaleza
La Ruta de los Molinos de Agua no solo es un recorrido natural, sino también un paseo por la historia rural de la comarca. A lo largo del camino, los excursionistas se encuentran con más de una decena de antiguos molinos harineros, algunos en ruinas y otros restaurados, que formaban parte del sistema hidráulico tradicional de la zona. Estos molinos, que datan en su mayoría de los siglos XVIII y XIX, eran utilizados por los vecinos de Lucena y pueblos cercanos para moler el trigo aprovechando la fuerza del río.
El sendero, bien señalizado y de dificultad moderada, permite recorrer a pie (o en algunos tramos también en bicicleta de montaña) un entorno de gran valor ecológico. El río Lucena serpentea entre peñascos, formando cascadas, pozas y piscinas naturales donde el agua, completamente transparente, invita al baño. Uno de los puntos más espectaculares es el conocido como “El Pozo Negro”, una piscina natural de aguas profundas y cristalinas rodeada de vegetación, ideal para refrescarse en los días más calurosos del verano.
Un refugio de frescor en plena naturaleza
A diferencia de otras zonas fluviales más masificadas de la Comunidad Valenciana, la Ruta de los Molinos de Agua mantiene un perfil bajo en cuanto a turismo, lo que la convierte en un lugar ideal para quienes buscan tranquilidad y naturaleza en estado puro. La sensación de bañarse en aguas limpias, bajo la sombra de los árboles y con el sonido del agua corriendo entre las rocas, es difícil de igualar.
Además, el entorno cuenta con varias áreas habilitadas para el descanso, donde se puede hacer picnic o simplemente sentarse a escuchar el canto de los pájaros. Todo ello con acceso libre y gratuito, lo que añade un valor adicional a este rincón escondido.
Recomendaciones para la visita
Si estás pensando en visitar la Ruta de los Molinos, se recomienda llevar calzado cómodo y antideslizante, ya que hay zonas con humedad y piedras resbaladizas. También es aconsejable llevar agua, protección solar y algo de comida, ya que a lo largo del recorrido no hay servicios ni bares. Para evitar aglomeraciones, lo ideal es visitarlo entre semana o a primera hora del día, especialmente en los meses de julio y agosto.
En definitiva, Lucena del Cid ofrece mucho más que un bonito pueblo de montaña. Su ruta fluvial es una auténtica joya que combina historia, paisaje y frescura, perfecta para disfrutar del verano de una forma diferente y sostenible. Para quienes aún no la conocen, puede convertirse en uno de esos lugares que se descubren por casualidad… y ya nunca se olvidan.