ESTILO 14

Aitana y Miguel Bernardeau, amor al “segundo intento”: ¿Cómo reconstruir un amor que ya se vivió?

La pareja está dando pistas de reconciliación. ¿Es posible enamorarse dos veces de una misma persona? Antoni Bolinches, maestro en terapia de pareja, puede orientarnos

Amor al segundo intento. Es la coletilla más oportuna para referirse a esas segundas partes que, según el dicho popular, nunca fueron buenas. También es el título más vendido del psicólogo clínico catalán Antoni Bolinches, considerado uno de nuestros grandes maestros en terapia de pareja. Si tenemos en cuenta que en su subtítulo añade que “después de los peores días llegan los mejores momentos”, no nos queda más remedio que bendecir la reconciliación entre el actor Miguel Bernardeau y la cantante Aitana Ocaña.

Y para despejar cualquier duda, la artista ha sellado su vuelta -o eso sugieren todas las pistas- con una nueva canción que lleva por título Segundo intento. Miguel y Aitana comenzaron en 2018 un romance que duró casi cuatro años. Después de la ruptura, ella se enamoró del músico colombiano Sebastián Yatra e iniciaron un noviazgo de idas y venidas que acabó en verano de 2024. El rumor de reconciliación con el hijo de Ana Duato empezó en noviembre, tras haber coincidido como voluntarios en las zonas afectadas por la DANA. Con las imágenes de ellos dos juntos y el elocuente título escogido por Aitana para su nuevo tema, el runrún parece tomar categoría de certeza.

Volvamos al psicólogo Antoni Bolinches para saber qué piensa de estas segundas oportunidades que a veces ya se intuyen desde lejos. ¿Significa recaída? ¿Obstinación? ¿Un peligroso “ni contigo ni sin ti”? ¿Amor verdadero? ¿O acaso tenemos que concluir que el amor es una cuestión de ensayo y error? Algo de esto último, bien desarrollado, hay en la teoría del psicólogo catalán cuando habla de cómo reconstruir un amor que fracasó en su primera vez.

Aitana y Miguel Bernardeau, amor al segundo intento

Él lo plantea en términos de madurez. Aitana y Miguel son muy jóvenes, 25 y 28 años, respectivamente, pero ambos dejan atrás un nutrido historial amoroso y algún que otro revés que les habrá ayudado a crecer a base de caer y levantarse. “El problema de la madurez, como antesala de la sabiduría, es que se no se alcanza hasta pasados los 50 o 60 años. Por eso, cuando entablamos las primeras relaciones es imposible ser sabio. No hemos tenido aún tiempo de aprender de los fracasos”, advierte.

Ferviente defensor de la pareja como núcleo social básico y del vínculo como impulso humano que surgió hace unos cuatro millones de años, Bolinches apuesta por mejorar la dinámica del romance para al menos tener la satisfacción de haber luchado por lo que se desea conservar y decidir de una forma congruente qué conviene hacer. En su opinión, el escenario óptimo de crecimiento personal es una crisis de pareja. Parece una idea extravagante, pero es verdad que confluyen elementos -sexo, compromiso de permanencia o un proyecto común- que no se dan en otro tipo de relaciones humanas, como puede ser una amistad. Obviamente, no quiere decir que todos los fracasos sean didácticos o fortalecedores.

En esa segunda oportunidad buena parte del éxito dependerá de si hay vida en la pareja más allá de la fase pasional, una armonía afectiva, complicidad, valores en común y un proyecto de vida. Todo ello hará que el amor termine consolidándose en ese segundo intento. Bolinches culmina con una idea que podemos tomar como recomendación: “Amar es renunciar a las personas que te gustan por respeto a las personas que quieres”.

¿Cómo reconstruir un amor que ya se vivió?

Tanto Aitana como Bernardeau poseen atributos más que suficientes para atraer a una nube de candidatos sentimentales: atractivo físico, fama, éxito, juventud… Siguiendo el consejo del profesional, deberán olvidarse de la opinión de Oscar Wilde, que decía que “la única manera de librarse de la tentación es ceder ante ella. Si se resiste, el alma enferma, anhelando lo que ella misma se ha prohibido”.

Si realmente se han vuelto a escoger el uno al otro, será que quieren recuperar una relación que valió la pena. Antes habrá que resolver aquello que fue motivo de ruptura, así como los resentimientos. No siempre las brasas que quedan después del fuego son detonantes de algo bueno. Cuando el resentimiento pesa más que los sentimientos, la vuelta está destinada a nuevo fracaso. Bolinches piensa que rehabilitar la relación a veces se convierte en una cuestión de contraste, y esas personas que han ocupado nuestro corazón durante el tiempo de separación han sido tan nefastas que han permitido avalar la relación con el ex. Como decían nuestras abuelas, otro vendrá que bueno me hará. ¿Es suficiente este argumento? Por supuesto, no.

Aunque no hay regla de oro, la reconstitución pasa por un ejercicio de autocrítica, un cambio de patrones para no tropezar de nuevo, cultivar el cariño y la admiración en la convivencia, atenderse, escucharse y entenderse, resolver aquellos problemas que tienen solución y encontrar un proyecto en común que dé sentido a la continuidad. ¿Cómo saber si la reconciliación fue una buena idea? Cuando estar en pareja nos suma manteniendo nuestra propia individualidad. Pero, si pasado un tiempo, lo bueno es ahora menos bueno y lo malo es peor, entonces quedará claro que lo oportuno sería volver a un punto de no retorno e invertir nuestra energía en una nueva búsqueda de una persona realmente afín. Conformarnos por segunda vez es una cosa; enamorarnos, otra bien diferente.

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