Hay campañas que parecen películas que no necesitan argumento. Love Unlimited, de Cartier, dirigida por Sofia Coppola y protagonizada por Jacob Elordi, pertenece a esa rara categoría donde el lujo se vuelve íntimo, casi silencioso.
En la forma en que Coppola mira el mundo todo parece estar envuelto en una melancolía dorada, como si el tiempo avanzara despacio solo para permitirnos saborearlo. Sus imágenes buscan la verdad que hay en pequeños gestos como una mirada distraída, un mechón de pelo que se escapa, la curva de una sonrisa que no se termina… Esa es su forma de entender el lujo.
El brazalete LOVE nació en 1969 con esa promesa eterna de unión, cerrada con un pequeño destornillador, como si el amor pudiera fijarse para siempre. Pero el tiempo pasa y Cartier lo sabe. Ahora, el gesto se vuelve más leve, más natural. Love Unlimited conserva la historia, pero la traduce al presente: más flexible, más vivo, con un cierre invisible y un diseño que se mueve al ritmo de la piel. Es una joya que no encierra, sino que deja espacio para respirar.
Quizás esa sea la gran enseñanza de esta nueva etapa; y que dice algo así como que el amor, como la joya, necesita moverse, adaptarse, dejar entrar la luz. Los vínculos ya no se miden en promesas inmutables, sino en la capacidad de permanecer sin aprisionar, de estar sin poseer.
Sofia Coppola lo entiende todo. Su mirada tiene esa mezcla de pudor y ternura, de cine y de vida. En la campaña, no hay poses ni artificios; solo Jacob Elordi en una habitación bañada por la luz de la tarde, paseando por una calle que podría ser cualquiera, sonriendo con esa calma de quien no necesita impresionar a nadie. “Quería que se sintiera real, como un día que se escapa entre las manos pero que, por alguna razón, se queda contigo”, ha dicho la cineasta. Y lo consigue. Cada foto tiene algo de recuerdo, de domingo sin prisas, de piel todavía tibia.
Sus escenas parecen fragmentos de una vida que alguna vez tuvimos o que tal vez imaginamos. Nueva York, bajo su lente, se convierte en un lugar que no pertenece a nadie y, al mismo tiempo, pertenece a todos: un rincón donde los relojes se detienen, donde los amantes se cruzan sin prisa. En ese contexto, el brazalete Love Unlimited es testigo silencioso del instante.
Jacob Elordi encarna la nueva masculinidad: contenida, suave, segura de sí sin ser arrogante. “Trabajar con Sofia de nuevo fue un lujo”, cuenta. “Esta campaña celebra la libertad de ser uno mismo”. Y quizás por eso su presencia resulta tan magnética.
Más que una campaña, Love Unlimited parece una carta de amor escrita con luz. Cartier nos vende la idea de amar sin miedo, sin control, con la serenidad de quien sabe que lo más hermoso nunca se posee del todo.
Y mientras Elordi se pierde entre los reflejos de una ciudad que nunca duerme, la cámara de Coppola lo sigue con discreción, como si temiera romper el hechizo. En el fondo, ese es el verdadero lujo.., la libertad de vivir un instante perfecto sin necesidad de retenerlo.