Unión Europea

La igualdad plena, la asignatura pendiente de la Unión Europea

El informe anual del European Institute for Gender Equality (EIGE) pone el foco en la necesidad de alcanzar la igualdad salarial, la violencia machista o la necesidad de redistribuir la carga de los cuidados familiares

“Europa ha avanzado poco a poco, pero a un ritmo demasiado lento. El Índice muestra que hay más mujeres empleadas, pero no las suficientes en puestos bien remunerados ni en los puestos directivos donde se fijan los presupuestos”, resumió Carlien Scheele, directora del European Institute for Gender Equality (EIGE), tras la publicación del Índice de Igualdad de Género en Europa del año 2025.

Hay ciertos datos que apuntan mejoras, pero todavía queda mucho camino por recorrer. “Necesitamos hacer realidad la igualdad salarial, construir sistemas de cuidados que no se limiten a liberar tiempo a las mujeres, sino a compartir la carga equitativamente con sus parejas. Y establecer objetivos de liderazgo que transforme el potencial de las mujeres en poder. Así es como pasamos del progreso teórico a la igualdad de género en la vida de las personas”, resumió Scheele. 

Faltan cincuenta años para la igualdad plena

El nuevo EIGE supone un “reinicio” respecto a la metodología utilizada en anteriores informes para calibrar la situación de la igualdad de género en el viejo continente. Se han introducido nuevos indicadores -que incluyen estereotipos de género- y más fuentes de datos para calibrar la situación. Acorde a las predicciones fijadas, la igualdad plena en toda la Unión Europea (UE) todavía está a cinco décadas de distancia. Los factores considerados en el estudio son el trabajo, la economía, el conocimiento, el tiempo, el poder o la salud. 

 

“Basado en 27 indicadores cuidadosamente seleccionados, el Índice de Igualdad de Género 2025 se alinea con las principales políticas de igualdad de género de la UE y responde directamente a las necesidades de los responsables políticos. Ofrece una herramienta eficaz para explorar y comparar cómo las desigualdades afectan nuestras vidas en el trabajo, el hogar o la vida pública, e impulsar acciones para una Europa más igualitaria”, destacó el sumario del informe. 

El informe apela a los políticos europeos a tomar más decisiones efectivas para acelerar políticas de empleo igualitario, la representación y, esencialmente, la lucha contra la violencia de género. La violencia contra las mujeres se mantiene como dominio específico, con indicadores pensados para medir su extensión, formas de violencia y respuesta institucional, sin integrarse en la puntuación “central” del índice. Esto permite tratarla como un fenómeno estructural que atraviesa trabajo, hogar y vida pública. 

En este sentido, España ha salido bien parada. El informe sitúa al país en el cuarto puesto de la UE respecto a los más avanzados sobre la igualdad de género, sólo por detrás de Suecia, Francia y Dinamarca. La puntuación media a nivel europeo es de 63,4 puntos sobre 100, lo que supone un avance de 7,4 puntos desde 2015 y 3,5 desde 2020. Con todo, hay un progreso desigual entre Estados miembros, desde el 47,6 de Chipre hasta el 73,7 de Suecia.

Con 70,9 puntos, España se coloca muy por encima de la media europea, y junto a Irlanda o Malta destaca como parte de los países que más progresos han hecho en diez años. En el lado opuesto, Hungría, Eslovenia y Bulgaria registran los avances más lentos en la última década. 

Junto a Irlanda, España es el país donde más ha avanzado la representación de mujeres en el poder y la toma de decisiones, con un avance de 22,7 puntos. El informe recoge que 11 estados de la UE han adoptado cuotas de género legislativas aplicables a las listas de candidatos para las elecciones nacionales. Solo España o Eslovenia superan el umbral aplicable. 

En el ámbito del conocimiento, España da un paso atrás, con un retroceso de 3,6 puntos. Los países que más avanzan en este ámbito son Francia, Bélgica o Irlanda. En el ámbito de la igualdad de género en la salud, apenas hay avances en comparación con el resto de ámbitos. En el dinero, el mayor avance se registró en Lituania, Polonia y Ucrania. España mejoró 2,4 puntos respecto al anterior informe. En el terreno laboral, España ha progresado 0,4 puntos. El 16 % de las mujeres empleadas y el 13 % de los hombres empleados en la UE que viven en hogares unipersonales tienen ingresos insuficientes para cubrir las necesidades básicas.

Según el perfil de país de EIGE, en 2022 se registraron 115.980 mujeres víctimas de violencia ejercida por su pareja y 182.078 delitos de “violencia de género” contra mujeres mayores de 18 años en España.. Entre 2003 y finales de 2024 se contabilizaron 1.293 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas varones, según el sistema oficial de femicidios.

Brecha salarial o el “trimestre fantasma”

Las mujeres de la UE ganan solo el 77% de lo que ganan los hombres al año. Esto significa que deben trabajar una media de 15 meses y 18 días para llevarse a casa lo mismo que los hombres en un año.

Esos tres meses y 18 días se pierden cada año por la brecha salarial, lo que se agrava con las pensiones y los ingresos a lo largo de la vida.

Estos meses perdidos, también conocidos como el “trimestre fantasma”, representan el tiempo que no se dedica a la familia, al estudio, a la formación o al descanso. En esencia, las mujeres trabajan este periodo de forma gratuita.