Durante años, el caso de Jeffrey Epstein ha desvelado abuso sistemático, redes de explotación y grandes silencios. Sin embargo, entre los miles de documentos que comienzan a ver la luz tras la liberación parcial de archivos del Departamento de Justicia de Estados Unidos, hay una historia particular que revela con crudeza no solo el carácter depredador de Epstein, sino también un patrón racista que terminó salvando a una menor dominicana.
Según detalla el medio dominicano Diario Libre, un documento del FBI expone que Epstein rechazó explícitamente a una joven descrita como “dominicana de piel oscura”, que había sido presentada para su explotación sexual. El hallazgo aparece en el archivo identificado como EFTA00004179, parte del lote de documentos divulgados el viernes bajo la Administración Trump, una liberación que ha sido muy criticada.
“JE no quería chicas hispanas ni oscuras”
El documento contiene notas manuscritas de una entrevista realizada por el FBI el 2 de mayo de 2019 a un testigo cuya identidad permanece en el anonimato. En esas anotaciones se describe un momento de “desesperación” del entorno de Epstein, motivado por “quedarse sin chicas”. Ante esa situación, un procurador recurrió a un “gran grupo brasileño” de contactos para conseguir nuevas víctimas, refiriéndose a Epstein simplemente como “JE”.
Fue en ese contexto cuando se presentó a la menor dominicana. La reacción de Epstein quedó registrada de forma directa en las notas del FBI: “JE no quería chicas hispanas ni oscuras”. El intermediario alegó haber llevado “chicas jóvenes”, pero la respuesta del financista fue tajante: “Sí, pero no oscuras”. El testigo relató que la escena culminó en un baño, donde, tras una ducha, Epstein reprendió al procurador por no cumplir con sus exigencias y le ordenó “seguir buscando chicas” que se ajustaran a sus preferencias.
“Asegurarse de que tuvieran menos de 18 años”
Aunque el documento no confirma si Epstein pagó directamente al reclutador, sí establece que la joven fue remunerada, lo que subraya, según Diario Libre, el carácter transaccional y depredador de toda la operación. En este caso específico, el rechazo racista de Epstein terminó evitando que la menor dominicana fuera víctima directa de sus abusos.
Este episodio no aparece como un hecho aislado. Las notas del FBI revelan un patrón más amplio en el reclutamiento de víctimas. Epstein priorizaba determinadas etnias y edades, y llegaba incluso a verificar identificaciones para “asegurarse de que tuvieran menos de 18 años”, molesto por ocasiones anteriores en las que le habían llevado chicas mayores. Los encuentros descritos en los documentos incluyen tocamientos “bruscos” y “ruidos locos” emitidos por Epstein, así como fotografías de niñas de entre 14 y 17 años en distintos lugares, como un apartamento en la 41st Street de Manhattan, Rochester y Brighton Beach.
La documentación expone que estas prácticas respondían a un patrón reiterado y no a hechos aislados. En ese contexto, el rechazo de la menor dominicana por motivos raciales aparece como una excepción dentro de un sistema de abuso organizado, en el que la edad y el origen de las víctimas formaban parte central de los criterios de selección de Epstein.