Los líderes del G7 se reúnen en Canadá en medio de la guerra comercial desatada por EE UU

Aunque la agenda oficial está centrada en temas como paz y seguridad, seguridad energética, transición digital y medidas para garantizar inversiones que mejoren la economía mundial, el trasfondo de la cumbre es el conflicto comercial provocado por Trump

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, es recibido por el embajador australiano en los Estados Unidos, Kevin Rudd, a su llegada al aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma en Seattle, estado de Washington, EE. UU., el 14 de junio de 2025.
EFE/EPA/LUKAS COCH AUSTRALIA AND NEW ZEALAND

Los líderes del G7 empezarán a llegar el domingo a las Montañas Rocosas de Canadá para celebrar una cumbre marcada por conflictos militares, como el de Ucrania, Gaza y ahora el de Israel-Irán, así como por tensiones comerciales, desatadas por las políticas arancelarias de Donald Trump.

Además de los líderes de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, se espera en el complejo turístico de Kananaskis, a unos 90 kilómetros al oeste de Calgary, a los presidentes de México, Brasil, Ucrania, Corea del Sur y Sudáfrica, así como a los primeros ministros de Australia y la India.

Aunque la agenda oficial está centrada en temas como paz y seguridad, seguridad energética, transición digital y medidas para garantizar inversiones que mejoren la economía mundial, el trasfondo de la cumbre es el conflicto comercial provocado por Trump.

Todos los líderes presentes intentarán mantener reuniones bilaterales con Trump al margen de la cumbre, para avanzar en negociaciones con Washington que busquen eliminar o reducir los aranceles impuestos por Estados Unidos en las últimas semanas.

Como anfitrión de la cumbre y líder de una de las naciones más afectadas por el regreso de Trump a la Casa Blanca, el primer ministro canadiense, Mark Carney, tendrá garantizado un cara a cara con el presidente estadounidense.

Para alivio de los canadienses, la conexión personal entre Trump y Carney ha sido fluida, en contraste con la beligerante relación que Trump mantuvo con Justin Trudeau, el anterior primer ministro.

Carney llegó al poder en marzo de este año, en gran parte gracias a las acciones de Trump, quien anunció aranceles a su principal socio y luego amenazó con la anexión de Canadá.

Trump y Carney llevan semanas negociando una nueva relación comercial, para reemplazar el modelo que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial ha ido integrando a ambos países, especialmente en sectores como el automóvil.

Ese proceso alcanzó su apogeo con el tratado de libre comercio de 1989, luego transformado en el TLCAN en 1994 con la entrada de México. Actualmente, el 77 % de las exportaciones canadienses tienen como destino EE.UU.

En productos como el petróleo —Canadá es el cuarto productor mundial—, las ventas al país vecino representan casi el 99 % del total exportado.

En 2024, el comercio bilateral de bienes y servicios entre Canadá y EE.UU. (más México), integrantes del T-MEC, ascendió a 904.200 millones de dólares. De esa cifra, 762.100 millones correspondieron al comercio de bienes.

Los aranceles impuestos por Trump a Canadá incluyen: 25 % a productos fuera del T-MEC, 10 % al petróleo y gas, 25 % al acero y aluminio, y 25 % al sector automotriz para vehículos no considerados norteamericanos.

Por estos motivos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recortado en 0,6 puntos la previsión de crecimiento de Canadá en 2025, situándola en 1,4 %. Entre las economías avanzadas, la canadiense es la más afectada por las políticas de Trump.

Carney, economista reputado y ex gobernador del Banco de Canadá (2008–2013) y del Banco de Inglaterra (2013–2020), ha diseñado una respuesta basada en tres puntos:

  1. Eliminar barreras domésticas al comercio.
  2. Aumentar la relación comercial con la Unión Europea (UE).
  3. Renegociar con Trump la estructura económica de Norteamérica.

La Cumbre del G7 en Kananaskis será el escenario clave para avanzar en los dos últimos puntos.

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