Radiografía

Polonia, radiografía de un país en femenino

Una perspectiva crucial sobre la compleja realidad de Polonia, analizando los desafíos y logros desde una óptica de género. La experiencia cotidiana de las mujeres polacas revelan las desigualdades persistentes y los avances conseguidos en diferentes ámbitos

Polonia celebra este domingo la segunda vuelta de unas presidenciales que se prevén de lo más emocionantes, dado que la jefatura del Estado cambiará después de 10 años de mandato del presidente Andrzej Duda.

Desde Artículo14 hacemos una radiografía en femenino de Polonia, analizando los aspectos y retos más importantes del país, desde la esperanza de vida a la paridad pasando por temas fundamentales como el aborto o la violencia de género.

Población y esperanza de vida

Según la Oficina Central de Estadística, en 2023 las alrededor de 19.454.000 mujeres constituían alrededor del 52% de la población total del país, que ascendía a 37.637.000 habitantes. Por cada 100 hombres, hay 107 mujeres, siendo este dato en las ciudades 112 y en las áreas rurales de 101.

Según datos del World Bank, la esperanza de vida para una mujer polaca es de 82 años, dos años menor que la media en la UE y seis años mayor que la media mundial.

Esperanza de vida
Las mujeres europeas viven más que los hombres
KiloyCuarto

No obstante, respecto a los hombres polacos el dato es mucho más abultado, viviendo siete años más que estos, que apenas llegan a 74,7 años, superando mundialmente la media de diferencia europea y global, por la que las mujeres viven alrededor de cinco años más que los hombres.

Participación y paridad

En cuanto a la participación política, se aprobó en 2011 un mecanismo de cuotas para garantizar al menos una representación del 35% para cada género, y a pesar de haber logrado avances, todavía no se ha alcanzado el objetivo, consistiendo las 138 diputadas actuales apenas el 30% de la cámara.

Además, no existe ningún distrito electoral que elija más mujeres que hombres para la cámara baja o Sejm, llegando a empatar en número con los diputados hombres en cuatro distritos, Varsovia entre ellos. La agrupación parlamentaria más feminizada es la izquierda, con una representación del 46%.

Las lideresas no abundan a la cabeza de los partidos, pues solo dos de las 13 candidatas en la primera vuelta del pasado 18 de mayo eran mujeres. Magdalena Biejat y Joanna Senyszyn, ambas candidatas independientes, fueron la séptima y la novena más votada, respectivamente.

Brecha de género

El desempleo en Polonia se encuentra en mínimos históricos desde los noventa, con un 5,2% de parados. Sin embargo, a pesar de ser bajo, las mujeres suponen el 53,7% de este porcentaje de desempleados. Además, entre los desempleados con estudios superiores, las mujeres representan el 68,2%, mientras que las que tenían estudios secundarios generales representaban el 65,9%. Entre los parados menores de 30 años casi el 60% eran mujeres, y en el paro estructural de más de 24 meses las mujeres representan más del 58% de los parados.

En cuanto al poder adquisitivo, índices del World Economic Forum que analizan la paridad entre hombres y mujeres en las cuatro áreas de desarrollo principales (participación económica, logros educacionales, subíndice de sanidad y empoderamiento político) sitúan a Polonia en el puesto 60 de 146, con una brecha de género del 27,8%. A pesar de haberla reducido un 1,2% y haber escalado 17 puestos, es el 24º de 36 países europeos.

Libertad de decisión en el aborto

Actualmente, el aborto voluntario solo se puede llevar a cabo si el embarazo supone una amenaza para la vida o la salud de la mujer embarazada o si existe una sospecha razonable de que el embarazo fue resultado de un acto delictivo, de acuerdo con el Artículo 1 de la Ley de 7 de enero de 1993. De una mujer interrumpir el embarazo violando lo estipulado en la ley, se castiga con pena de prisión de hasta tres años. Incluso para los casos de mujeres embarazadas.

Violencia de género

En lo referente a la violencia contra las mujeres, Polonia no cuenta con una ley que condene explícitamente la violencia de género. Según estadísticas policiales, unas 250.000 polacas sufren violencia doméstica cada año.

Las autoridades polacas firmaron en 2015 el Convenio de Estambul sobre la prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, en 2020 el Gobierno polaco inició el proceso para abandonarlo, puesto que, era “contraria a la moral del país” y “explotada por los neo-marxistas y los seguidores de la ideología de género”. En 2024, el nuevo primer ministro Donald Tusk, anunció que retiraba la solicitud para abandonar el Convenio de Estambul.

En la actualidad, Polonia carece de un compromiso legislativo real para combatir la violencia de género, ya que los únicos esfuerzos dedicados a este objetivo se encuentran codificados en materia de violencia doméstica o “derechos familiares”, pero sin condenarla explícitamente y restringiendo la igualdad de género. Esta inacción ha sido condenada tanto por el Consejo de Europa como por Amnistía Internacional, alertando del agravamiento de los peligros a los que las mujeres y niñas polacas se enfrentan. Según datos de la agencia EFE, en 2020, último año con estadísticas oficiales disponibles, casi medio millar de mujeres fueron asesinadas por sus cónyuges o parejas.

A la espera del próximo presidente de Polonia durante los próximos cinco años, queda claro que al país le queda un largo recorrido en cuanto a derechos de las mujeres.

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