Vea y lea el editorial de Ana Rosa Quintana de este martes, 29 de abril en Artículo14.
Buenos días. Apagón eléctrico y apagón informativo. España se quedó a oscuras, sin luz ni información. Seis horas y media tardó el presidente en comperacer para arrojar un poco de luz sobre lo ocurrido. Un discurso en el que anunció algo que ya sabíamos, que se había ido la luz. No aclaró nada más, y tal y como llegó se marchó y nos volvió a dejar a oscuras. Todas las hipótesis estaban abiertas. Desde el ciberataque, a las causas climatológicas o la acumulación de enchufes en Moncloa. Un silencio que contrastaba con el sonido de los transistores a pilas, que fueron nuestra única ventana al mundo. Los locutores nos iban narrando cómo se iba restableciendo la energía en algunas ciudades. Una madre contaba cómo se enteró del regreso de la luz por los gritos de alegría de sus hijos, que estudiaban con velas, como en el siglo XIX. La gente celebraba el encendido de cada farola en las calles como si fuese el gol de Iniesta en el Mundial. Cada bombilla con energía era un paso más para salir del caos, de las aglomeraciones en las paradas de autobús, de la gente caminando horas como zombies hasta llegar a sus casas, de grupos de gente intentando coger wifi al lado de las empresas con generadores, de conductores inmovilizados en atascos kilométricos, de colas para comprar pilas, velas, comida y agua, de decenas de personas atrapadas en ascensores, y de hospitales reorganizando las agendas de sus quirófanos. Lo mejor de la jornada fue el comportamiento impecable y cívico de los ciudadanos, que hicieron frente al caos con paciencia. Mientras, el Gobierno seguía apagado. Pedro Sánchez pidió en su comparecencia que solo hiciésemos caso a la información de los canales oficiales, pero no había canales oficiales. Solo nos llegaba algo de información desde el Gobierno portugués, desde Bruselas o desde las radios. El presidente realizó una segunda comparecencia a las 11 de la noche, pero ya nos habíamos enterado antes por los transistores de que la causa de la caída del suministro hasta el “cero energético” fue la pérdida de 15 Gigawatios en cinco segundos, el 60% de nuestro suministro. El 2022 Sánchez dijo en el Senado: “España nunca va a sufrir apagones de electricidad ni escenas acocalípticas, es un bulo“. Solo faltaba Fernando Simón diciendo aquello de solo habrá uno o dos minutos de apagón.